El domingo comienza a develarse el futuro
En pocas horas se podrá saber cuál de las dos agrupaciones que dominó la escena en la última década ingresará en una convulsión que, tal vez, determine su fractura
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Es posible que el próximo domingo no termine de despejarse la incógnita sobre quién será el próximo presidente de la Nación. Tal vez haya que esperar al segundo turno del 19 de noviembre. Sin embargo, las elecciones generales ayudarán a descifrar otros enigmas. Por ejemplo, en la eventualidad de que haya que concurrir a un ballottage, estará definido qué fuerza quedó fuera de juego. En medio de una espesísima bruma, los encuestadores presumen que será Unión por la Patria (UP) o Juntos por el Cambio (JxC). Dan por seguro que La Libertad Avanza (LLA) seguirá en el primer puesto. Si este fuera el escenario, en pocas horas se podrá saber, entonces, cuál de las dos agrupaciones que dominó la escena en la última década ingresará en una convulsión que, tal vez, determine su fractura. Otro acertijo relevante que se podrá resolver este 22: ¿conservará el PJ la provincia de Buenos Aires? Se supone que el triunfo de Axel Kicillof está fuera de duda. Pero, si no se verificara ese lugar común, empezaría a escribirse una nueva historia. El naufragio bonaerense de Unión por la Patria es lo más parecido al siempre vaticinado y siempre desmentido colapso final del kirchnerismo. Quiere decir que en los próximos comicios el poder tal vez no encuentre su destino definitivo. Pero comenzarán a aparecer rasgos sobresalientes de su nueva configuración.
Javier Milei va hacia esta encrucijada convencido de mantener el primer puesto. Se propone mantener las líneas principales de su campaña, que fija su asesor Santiago Caputo: seguir siendo el centro de la conversación, sobre todo en las redes sociales, su territorio principal; eso quiere decir establecer temas y mantenerlos varios días. El éxito de la primera vuelta inauguró otro problema: el control del voto, la fiscalización. Es una preocupación central del candidato porque esta vez no contará con la colaboración del peronismo. Sergio Massa suele confesarse ante íntimos: “Lo apoyamos, le cuidamos la boleta, y se nos fue la mano”. Es verdad: el ministro de Economía pensó a LLA como un instrumento para quebrar la base electoral de JxC. Los números plantearon otro panorama. Milei socava también la plataforma del peronismo. “Esa mitología que tiene el pueblo argentino”, según la definición de José Mujica, está siendo desafiada. En el norte del país y en el conurbano bonaerense.
El imperativo de custodiar el sufragio es una novedad para Milei. De allí deriva su vínculo con Luis Barrionuevo quien, con el sueño de inventar un nuevo Menem, puso a disposición de esa carrera la estructura federal de su gremio. La “pureza del sufragio”, por usar los términos del ultraliberal Leandro Alem, no está asegurada para el candidato de la ultraderecha. Varias imprentas del Gran Buenos Aires recibieron el fin de semana que pasó pedidos para producir boletas de LLA con la alteración de algún detalle. Por ejemplo, el número de la lista, un error que es fácil de identificar por los fiscales que pedirían la anulación del voto. ¿Qué sucedería si se desatara una ola de impugnaciones? Nadie hasta ahora lo ha previsto.
Milei se ha convertido en el eje de una controversia internacional. Se había notado cuando el polémico Tucker Carlson viajó a Buenos Aires para presentarlo ante su audiencia en la red X. El lunes, en la agencia oficial Télam, se le sumó el papa Francisco, quien no necesitó citar su nombre y apellido para caracterizarlo. Habló de los falsos mesías que se ofrecen como la solución inmediata a una crisis compleja. Jorge Bergoglio ve en Milei la encarnación argentina de un proceso de fascistización que afecta a otras democracias y que encuentra retratado en Sindrome 1933, el libro de Siegmund Ginzberg que él regala a los líderes que suelen visitarlo.
La advertencia de Bergoglio tiene un eco en la preocupación de Lula da Silva. El presidente de Brasil advirtió a Joe Biden sobre el peligro que enfrenta la democracia en la Argentina. Biden no podía ser más receptivo: entre los soportes internacionales de Milei se encuentran sus rivales internos, con Donald Trump a la cabeza. El de Lula no es sólo un temor político. Hay una bandera de LLA que pone en tela de juicio la armonía con los brasileños. Es la dolarización. No es una novedad. A comienzos de 2002, Fernando Henrique Cardoso envió a Buenos Aires a su ministro de Industria, Sergio Amaral, para examinar el terreno sobre el que trataba de afirmarse el frágil gobierno de Eduardo Duhalde. Después de realizar ese relevamiento, Amaral afirmó: “Vamos a dar a Duhalde todo el apoyo que necesite porque la alternativa a su programa es la dolarización; y la dolarización para nosotros significa el fin del Mercosur”. Palabras que vuelven.
Aquí es donde hay que buscar la explicación sobre la intensa participación brasileña en la campaña de Massa. El PT lo niega con comunicados oficiales. Pero es dificilísimo descartar que los expertos en marketing político Sidônio Palmeira y Raul Rabelo colaboren con el candidato del Gobierno como lo están haciendo sin una recomendación del presidente de Brasil, para cuya campaña trabajaron en 2022. El puente entre los oficialismos brasileño y argentino lo estableció Edinho Silva, quien estuvo al frente del proselitismo de Lula. Massa lo visitó en San Pablo. A este equipo hay que sumar los análisis de la española Esther Solano, quien ha estudiado la competencia con Jair Bolsonaro. Ellos aconsejan a Massa no repetir el error que cometió Fernando Haddad con Bolsonaro en 2018: lo hostigó, lo ridiculizó, y perdió, debido a que los simpatizantes del exmilitar se sintieron hostigados y ridiculizados. “Hay que refutar los argumentos, no atacar a la persona”, recomiendan estos expertos, defendiendo la receta que hizo ganar a Lula en 2022.
Es interesante esta conexión brasileña de la disputa argentina. En 1999, el mítico Antonio Carlos Magalhaes destacó junto a José Manuel de la Sota a su publicista de cabecera, Eduardo “Duda” Mendonça. De la Sota triunfó como gobernador y se lo transfirió a Duhalde, que cayó derrotado frente a Fernando De la Rúa, que corría con la monta de Dick Morris. Es curioso: Palmeira viene también del Estado de Bahía, como Mendonça. Allí asesoró a Nelson Pelegrino. Massa, insaciable, también contrató a la consultora Macaco Gordo, de otro bahiano, Chico Kertesz, rival de Pelegrino. Sin embargo, al que el candidato más escucha es a Antoni Gutiérrez-Rubí, su asesor catalán. Plata es lo que sobra. A pesar de que el ministro es lento con los cheques.
La otra regla que los brasileños inculcaron en Massa es ignorar a Patricia Bullrich. Para JxC sólo cabe la campaña sucia. Bullrich ordenó su campaña a partir de dos vectores. Uno es reforzar su potencial territorial. Debe mejorar sus chances en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos y el interior de la provincia de Buenos Aires para compensar la dificultad que presenta el conurbano bonaerense. La compañía de Mauricio Macri es crucial en este empeño, porque son territorios donde el expresidente conserva su atractivo. El otro objetivo de Bullrich ha sido seducir a los que no la votaron en la interna. Había dudas sobre la adhesión de los simpatizantes de Horacio Rodríguez Larreta y de la UCR. Por eso la incorporación del jefe de Gobierno como eventual jefe de Gabinete y la aproximación de Gerardo Morales. Son las recomendaciones de Derek Hampton, el estratega de campaña de la candidata. ¿Con Larreta llegó también el caudal de información sociológica recopilada durante años por Federico Di Benedetto? Hasta ahora no. Esos valiosísimos archivos sostienen un emprendimiento privado de Di Benedetto, fundador de lo que promete ser el call center más potente del país.
Bullrich intensificó en las últimas horas su presencia bonaerense, proyectando también la imagen de un equipo. Las últimas presentaciones sumaron a Cristian Ritondo, Diego Santilli, además de Néstor Grindetti, Maximiliano Abad y el resto de los candidatos bonaerenses. En la sesión fotográfica hubo una broma de mal gusto: “¿Faltó Chocolate?”. El chistoso que la hizo hacía alusión al escaso énfasis que puso la oposición para que se libere toda la información de ese caso. Gran parte de la política bonaerense temió a que le información que conserva el radioactivo celular de Julio Rigau se libere antes del domingo. Para suerte de muchos dirigentes la astuta relojería judicial se encargó de conjurar ese riesgo.
La necesidad de componer un cuadro homogéneo con las figuras de JxC pretende neutralizar un argumento principal de la campaña de Massa: la convocatoria a un gobierno de unidad nacional con integrantes de la coalición que postula a Bullrich. Es el preludio del discurso que desplegará el ministro de Economía, aconsejado por sus gurúes brasileños, si le toca enfrentar a Milei en un ballottage: debe formarse un frente para defender a la democracia, amenazada por la ultraderecha. Fue la bandera de Lula frente a Bolsonaro.
El gobierno de unidad nacional de Massa no es un acuerdo entre partidos. Es una cooptación de estilo kirchnerista, que promete blanquear túneles que existen hace tiempo. Entre numerosos dirigentes de JxC el candidato de UP obtiene más lealtades que Bullrich. Una transversalidad alimentada por amistades compartidas en el mundo empresarial y por emprendimientos de lobbying. Una demostración la acaba de dar el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que concedió a la familia Eskenazi, a través de una subasta pública, dos codiciadísimas parcelas de 18.000 metros cuadrados, en lo que fueron las tierras del Tiro Federal, por 24,55 millones de dólares. Las autoridades porteñas estaban orgullosas: “Hubo 35 pujas a lo largo de tres horas, que hicieron subir el precio de base en 35%”.
Según los términos del remate, los Eskenazi, cercanísimos a Massa, podrán pagar ese monto en pesos, con la cotización oficial del Banco Nación. Está previsto que lo hagan en cuotas: 20% al cabo de los 10 días hábiles corridos desde que se adjudicó la propiedad, y el 80% restante durante los 15 días siguientes al vencimiento del plazo anterior. Festejan los Eskenazi, beneficiarios del litigio del fondo Burford por la estatización de YPF, y generosos facilitadores de aviones privados para la campaña de Rodríguez Larreta, según consignó en su momento en Clarín, el periodista Ricardo Roa. A propósito de Burford, reclamó a la justicia neoyorkina que involucre a YPF y no sólo al Estado en la satisfacción de su reclamo de 16.000 millones de dólares.
Massa hace sonar una música parecida a la que ejecutaba Larreta cuando proponía una alianza del 70% de la dirigencia política. La ocurrencia más reciente de esa operación es la de conceder a la oposición la mitad del directorio del Banco Central, que sería semi-independiente. El control de esa institución acaso no sea tan indispensable para Massa, quien ha demostrado tener otras palancas para dominar al que durante esta campaña ha sido su rival más peligroso: el dólar. Como explicó un conocedor del submundo financiero, “el gobierno habló con las cuatro grandes cuevas para limitar las operaciones en la última semana de campaña. A las chicas es imposible controlarlas”. El experto agregó: “Esas cuatro grandes pertenecen a amigos de los funcionarios”.
El movimiento del mercado de cambios está conectado por distintas interfases con el oficialismo. Una cantidad llamativa de fuentes coincide en señalar como uno de los operadores principales del sistema a Elías David Piccirillo, el magnate que saltó a la fama por haber alquilado en 1,3 millones de dólares el yate Bold, con el que paseó junto a Jesica Cirio por Ibiza y Formentera durante el mes de julio. Una costosísima travesía de la que la exesposa de Martín Insaurralde dejó constancias fotográficas. Más allá de Piccirillo, en el circuito financiero insisten con un interrogante: ¿es verdad que existe un mecanismo por el cual algunas agentes tienen acceso al dólar oficial, acaso simulando operaciones de comercio exterior, para después intervenir con esos dólares en el mercado paralelo, ayudando al Gobierno y, a la vez, obteniendo una renta extraordinaria? Son las que la técnica macroeconómica denomina “manos amigas”. Arcanos del bimonetarismo que tanto interés despierta en Cristina Kirchner.
Massa celebraba este miércoles haber conseguido una baja del 8% en la cotización del dólar blue. Ese retroceso cuenta con una característica que ejerce sobre él una fascinación hipnótica: el cortoplacismo. Porque la brecha entre el contado con liquidación y el dólar oficial siguió superando el 140%. Y la UIA, que jamás podría ser confundida con una entidad opositora, levantó la voz para quejarse de la deuda de 40.000 millones de dólares que mantiene el Banco Central con las empresas que han realizado importaciones productivas. Entre ellas, las pymes que tanto aprecia Massa.
Una de las peculiaridades más asombrosas de la campaña electoral en curso es la prodigiosa capacidad del ministro de Economía para evitar carbonizarse con el incendio que él mismo provoca. O, visto de otro modo, la llamativa impericia de la oposición para responsabilizarlo por el desastre material en el que va hundiendo la Argentina. En la entrevista que Daniel Malnatti le hizo para Canal 13 en Concordia, Massa explicó que él no paga los costos de la pésima situación del país “porque la gente distingue y sabe que este no es mi gobierno”. Una forma de agradecer a Alberto Fernández, quien aportó su más generoso acto de campaña trasladándose hasta el otro lado del planeta para ver a Xi Jinping, cuando faltan pocas horas para las elecciones. Malnatti también interrogó a Massa por las fechorías de Insaurralde. Ahí Massa recuperó el sentido de pertenencia para consignar: “Yo soy funcionario del gobierno nacional. Ese es un problema bonaerense”. Para decirlo de un modo más simpático: si cortan boleta, corten a Axel Kicillof. El intercambio fue emitido el Día de la Lealtad.
Insaurralde sigue siendo una cruz para la campaña oficialista. Sobre todo, porque aparecen las ramificaciones de su sistema en el orden bonaerense. Su alter ego, vicejefe de Gabinete provincial durante su gestión, Juan Pablo de Jesús, aporta sus propias andanzas inmobiliarias. Por ejemplo, consiguió que la ministra de Gobierno de Kicillof, Cristina Álvarez Rodríguez, regularizara el 13 de agosto último el country Costa Esmeralda del Partido de la Costa, plagado de irregularidades por la ocupación de espacios públicos. El gobierno comunal aprobó también con licencias similares en 2014, cuando De Jesús era intendente, la expansión del barrio Northbeach, donde se levantaron varias torres de 180 departamentos sobre la línea costera, a escasos 300 metros del mar. Iniciativas que ahora serán investigadas en las infinitas ramificaciones de la causa por enriquecimiento ilícito que abrió la Justicia por impulso de la concejal Evangelina Cordone.
Northbeach es un desarrollo que interesa a la Justicia porque allí tendría intereses Marcelo Bonavita, exjefe de gabinete del Partido de la Costa, que sigue siendo el reino de De Jesús. En el organigrama provincial se repite esta cadena de intereses. Cuando Insaurralde ingresó al gobierno de Kicillof, se garantizó que en el área de medio ambiente fuera designada Daniela Vilar, la esposa de Federico Otermín, presidente de la Cámara de Diputados, protector superior de “Chocolate” y su delfín en Lomas de Zamora. Reclamó también la autoridad del Agua para Héctor Olivera, el intendente de Tordillo. Son áreas cruciales en la aprobación de emprendimientos inmobiliarios.
Ese afán de Insaurralde compite con el que lo vincula al juego. Allí ubicó a su leal Omar Galdurralde y, subordinado a él, a Ricardo Baubagna, expresidente del Concejo Deliberante del Partido de la Costa. Desde esa plataforma administrativa el exesposo de Jesica Cirio lanzó sus iniciativas más audaces. En el mundo de las apuestas afirman que la última fue un acoso a la empresa Codere, para que venda sus numerosos bingos a Federico De Achával, padre del intendente de Pilar y socio, en el casino de Palermo, de Cristóbal López, uno de los empresarios más leales a la señora de Kirchner. La operación se frustró por un factor inesperado. Ya estaban fijando precio a la sala de juego de San Martín y a Sofía Clérici se le ocurrió, desde Marbella, apretar enter en su cuenta de Instagram para que se sacuda todo el peronismo.
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