El divino tesoro de la información

Para lograr la ley de acceso a la información fue clave el impulso del tercer sector. El fallo de la Corte a favor de Cippec en 2014, en una demanda por el acceso a datos de programas sociales, allanó el camino para la sanción en el Congreso. Ahora debemos expandir la conversación. Para que exista acceso hacen falta un proceso previo –que esa información se produzca y se guarde–, y uno posterior: que la información se use. Cuando en 2011 el Reino Unido hizo públicas miles de bases de datos, estimó que esa información vale 6000 millones de libras. Ese valor supone que los datos se utilizan.

A la información hay que usarla. La usará el sector privado para sus estrategias comerciales. La usaremos quienes buscamos monitorear al Estado. Y deberían usarla quienes gestionan el Estado para diseñar políticas públicas y evaluarlas. A mayor información, menor incertidumbre en el diseño de políticas públicas. La ley de acceso a la información es un paso indispensable en ese camino.

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