El discurso de Javier Milei en el Congreso | Los blancos del Presidente en un discurso que descalificó al sistema político
Apuntó a la “casta política”, los gobernadores, los sindicalistas, los periodistas, los piqueteros y con nombre y apellido mencionó a Massa, Pablo Moyano, Máximo y Cristina Kirchner y Juan Grabois
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El presidente Javier MIlei eligió su blanco de ataque en el discurso inaugural de su mandato: la política, o en sus términos “la casta política”. Identificó con más precisión sus objetivos: los propios diputados y senadores a quienes tenía adelante en la Asamblea Legislativa, a los gobernadores, al kirchnerismo, a los piqueteros, la izquierda, y al sindicalismo . E incluso le puso nombres propios, como cuando denominó como “jinetes del fracaso” al exministro Sergio Massa, al diputado Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta, al sindicalista Pablo Moyano y al dirigente social Juan Grabois. Tuvo un párrafo aparte para Cristina Kirchner.
La casta política
Milei centró su discurso más en su ataque la “casta política” que a la ciudadanía que lo estaba escuchando. Habló de que “los políticos suman con dificultad excepto cuando se trata de la propia” y les dijo que “la mayoría de los políticos son ricos como muchos de ustedes” cuando el 60 por ciento de los argentinos es pobre. Dijo que el Estado era “una organización criminal diseñada” para que detrás de cada trámite, o permiso haya una coima para el político de turno”. Extendió su crítica a todos los estamentos del Estado.
Sindicalistas, empresarios y periodistas
Milei también fue contra los “empresarios prebendarios” que dijo prefieren “pagar una coima”. Puso en foco a lo que denominó “periodistas ensobrados”, que dijo cobran pauta oficial para “elegir a quien acusar y a quienes”. Dijo que hubo periodistas que ante el fin de la pauta oficial “han decidido salir a defender sus privilegios de manera descarnada, llegando a caer en delitos de calumnias e injurias y mentir de manera despravada”. De los sindicalistas dijo que engañan a los trabajadores y promueven un régimen laboral que sólo los beneficia a ellos”. Habló de un sistema político “moral e injusto” que produce “una casta que vive como monarcas”. Prometió acabar con un régimen de “apartheid político, donde los políticos y sus amigos son ciudadanos de primera y los argentinos de bien son ciudadanos de segunda”.
Gobernadores
Los gobernadores estuvieron en la mira del Presidente. Ya los había tildado de traidores y ahora los vapuleó de diversas maneras, sin nombrarlos con nombre y apellido. Fue la cámara de televisión de la transmisión oficial la que los enfocó a medida que hablaba Milei. Se vio a Martín Llaryora, de Córdoba; Jorge Macri, de la Ciudad de Buenos Aires; Axel Kicillof, de la provincia de Buenos Aires, y al chubutense Ignacio Torres, con quien se enfrentó esta semana. También se divisó al de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, entre otros.
Sin nombrarlo aludió al exmandatario de Jujuy Gerardo Morales, cuando habló de “un sistema que solo puede generar pobres y a costa de ellos produce una casta privilegiada que vive como si fueran monarcas”. Ahí mencionó que un ejemplo “obsceno de impunidad” se dio con " unex gobernador que metió tras las rejas sin debido proceso a un ciudadano por 50 días, meramente por el crimen de hablar mal de la corona en un chat privado”. Y de paso le pegó a la UCR y al Pro cuando dijo que “ofende el silencio de los republicanos” ante esta situación. Habló de los políticos que “tienen una concepción laxa de para que se usa un avión sanitario”, a los que son afectos los gobernadores. Les achacó “que sólo les importa asegurarse la caja para poder seguir con la fiesta del gasto público, la pauta oficial, los recitales de artista con alto cachet y dudosa calidad, los aviones privados y tantos otros vicios a los que nos tienen acostumbrados”.
Ellos y nosotros
Milei ubicó a los legisladores que tenía adelante y a los dirigentes políticos que lo miraban desde sus provincias en el sector de los que quieren el conflicto y que no están dispuestos a cambiar. Dijo que desconfiaba de muchos de ellos porque “la corrupción, la mezquindad y el egoísmo están demasiado extendidos”, les dijo. Y no obstante, tras vapulearlos, dijo que los invitaba a firmar un pacto de Córdoba, pero a cambio de que le avalen la ley ómnibus y el pacto fiscal.
Piqueteros y la izquierda
Mencionó a los piqueteros como “los gerentes de la pobreza, que usan la intermediación de planes como mecanismo recaudatorio y como recurso extorsivo para manipular a los que menos tienen” . Y denunció entonces los 53.000 planes sociales asignados de manera indebida. Dijo que las organizaciones piqueteras extorsionan a la gente para llevarlas a las marchas y que la asistencia social “funciona como botín de guerra para organizaciones de izquierda que le roban la plata a quienes dicen defender”. Sostuvo que las organizaciones de izquierda son las que toman la calle “en su afán de extorsionar” y mencionó que en las universidades nacidas de la política, hay currrículas educativas de izquierda, abiertamente anticapitalistas y antiliberales”.
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