El dilema político que le plantea el Conurbano a Alberto Fernández
Los votos en ese territorio le pueden servir al Gobierno para contrapesar posibles derrotas en la Ciudad, Córdoba y Mendoza, pero acentuarían su dependencia del kirchnerismo
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El Conurbano bonaerense puede ser la salvación y, a la vez, la perdición para el gobierno de Alberto Fernández. El dilema que se le plantea al presidente está proyectado en el resultado que tendrán las elecciones legislativas en ese entramado urbano superpoblado que rodea a la ciudad de Buenos Aires y que, si bien puede facilitar la victoria nacional del Frente de Todos, también agudizaría la dependencia que el mandatario ya tiene respecto del kirchnerismo.
Así lo perciben en el interior de la propia coalición gubernamental, donde sectores leales a Fernández advierten que está en marcha un operativo que, montado sobre los votos que el oficialismo obtenga en el Conurbano como un reaseguro electoral, impulsaría resonantes cambios en la estructura del gobierno para la segunda mitad del mandato presidencial. La Jefatura de Gabinete y la comunicación oficial figuran en la lista de las áreas más cuestionadas.
A tal punto, que empezaron a tomar cuerpo versiones que indican que un referente de la Tercera Sección Electoral, en la que más diferencia le podría sacar el Frente de Todos a Juntos por el Cambio, sería amadrinado por la vicepresidenta Cristina Kirchner para reemplazar a Santiago Cafiero tras las elecciones. El dirigente señalado es el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, un aliado dilecto de La Cámpora en el sur del Conurbano, que a la vez no despierta simpatías en el PJ de la Primera Sección.
En medio de los rumores, Fernández ya ensayó una maniobra preventiva: volvió a designar a Cafiero como su jefe de campaña, al igual que en 2019, en la búsqueda de blindarlo en el cargo ante la preanunciada embestida del kirchnerismo hacia fin de año. “Santiago se queda donde está; es un asunto cerrado”, enfatizó ante LA NACION un ministro del Gabinete. Y agregó, a modo de comprobación: “El peronismo se ordena en campaña”. Sin embargo, no aventuró qué pasará tras las elecciones.
En el fondo, lo que empezará a estar en juego tras los comicios legislativos de noviembre es el liderazgo de la coalición gubernamental de cara al recambio presidencial de 2023. Para el ministro consultado por este diario, Fernández tiene por delante “un ciclo de ocho años”, con reelección incluida. Pero otros sectores del Frente de Todos piensan que el candidato al próximo mandato debe ser el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
En los próximos meses, el pragmatismo que maneja el peronismo gobernante hará, no obstante, que Fernández y Kicillof sean las caras visibles de la campaña del oficialismo en el territorio bonaerense. Ocasionalmente se sumarán Cristina Kirchner y Sergio Massa, el titular de la Cámara de Diputados, pero el jefe de Estado y el gobernador se pondrán al hombro una agenda de límites difusos que mezclará la gestión con actividades de claro sesgo electoral.
“Nos jugamos la vida en la provincia de Buenos Aires”, aseguró el ministro que recibió a LA NACION. La clave del triunfo electoral del gobierno, sostuvo, volverá a estar en el Conurbano bonaerense. Claro que las proyecciones no asoman para el Frente de Todos tan holgadas como las de 2019, cuando Kicillof le sacó casi 14 puntos porcentuales de ventaja a María Eugenia Vidal. “Con 7 u 8 puntos estaremos bien”, admitió.
Esa proyección, razonó el funcionario, debería alcanzarle al oficialismo para contrapesar derrotas esperables en la franja central del país: la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y el interior de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. En la cuenta nacional, el Frente de Todos incluye también una victoria en el Norte argentino. Y espera que la campaña de vacunación contra el coronavirus esté prácticamente concluida para la fecha de las PASO, el 14 de septiembre.
“Hay dos o tres cosas que los 45 millones de argentinos tienen que saber antes de votar: la primera de ellas es que finalmente conseguimos las vacunas para inmunizar a la población. Y que el Conurbano, que iba a explotar, no explotó”, dijo el ministro que suele ser convocado al despacho presidencial. “Vacuna y bolsillo, bolsillo y vacuna”, hizo un juego de palabras, al momento de describir la estrategia electoral que desplegará la coalición gubernamental.
El perfil de los candidatos legislativos que presentará el oficialismo también forma parte de las conversaciones en las mesas políticas del Frente de Todos. “Tiendo a pensar que la cabeza de la lista en la provincia de Buenos Aires va a ser una mujer. Alberto impulsó la legalización del aborto y creó el Ministerio de la Mujer”, sostuvo el ministro consultado por este diario. Y mencionó el nombre de Victoria Tolosa Paz como eventual primera candidata a diputada nacional.
La concejal platense y miembro del Consejo contra el Hambre es la candidata más cercana a Fernández, aunque todavía no está descartado que Cristina y Máximo Kirchner puedan impulsar otro nombre para ese puesto, como el de la titular de la ANSES, Fernanda Raverta. Massa también conversa seguido con la funcionaria. “En todo caso, tiene que ser alguien que Alberto conozca, que no se la presenten cinco minutos antes de la campaña”, sostuvo el ministro al definir el perfil de la futura postulante.
Pero más allá de los candidatos, impera en el Frente de Todos la idea de componer una foto para los afiches de campaña: “La imagen que hay que jugar en la Provincia es la de Alberto junto con Axel y en tercer lugar, recién, la de los candidatos; todo en conjunto, para que los votantes identifiquen el proyecto”, remarcó. Y sumó otro concepto emanado desde la Casa Rosada: “Los candidatos vamos a ser todos, incluidos los funcionarios que no vamos a las listas”.
En este contexto, los intendentes del Conurbano aparecen como figuras clave para la coalición oficialista: “Van a jugar todos adentro sin dudar; tendrán obras para sus distritos y sigue pendiente la definición de las reelecciones”, aseguró el ministro nacional, de sólidos nexos con los jefes comunales. Algunos de ellos, como el lomense Insaurralde, son considerados incluso para futuros recambios del Gabinete; su pacto con La Cámpora lo ubica en el banco de relevos.
La identificación del intendente de Lomas con Máximo Kirchner llegó al punto de que se le atribuye la idea original de que el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos desembarque en el PJ bonaerense, en una maniobra desprolija que provocó ruidos en la estructura partidaria. Y el acuerdo que tejió con La Cámpora incluye la cesión del municipio a un (o una) delfín del hijo de la vicepresidenta. Por eso mismo, dirigentes peronistas históricos empezaron a abandonarlo.
Entre ellos, quien fuera su jefe de Gabinete, Guillermo Viñuales, ahora codiciado por un armado político-electoral que capitanea el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, referente de Juntos por el Cambio en la Tercera Sección. Los militantes vinculados al municipio del sur del Conurbano salieron a capitalizar esas conversaciones: “Viñuales es Macri”, pintaron en algunos de los paredones del distrito, de esos que se usan para marcar la cancha en la política local.
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