El dilema electoral de Patricia Bullrich de cara a la batalla con Larreta en el mayor bastión kirchnerista
La exministra se encamina a definir si unge a Grindetti, De la Torre o Iguacel con miras a la interna con Santilli en Buenos Aires; el caso de Ritondo y la influencia de Macri
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Desensillar hasta que aclare. Esa es la consigna que se autoimpuso Patricia Bullrich en la antesala de su primera gran definición con miras a las próximas presidenciales: elegir quién será su representante en la estratégica provincia de Buenos Aires. El tema la perturba, pero no quiere acelerar los tiempos políticos. Pese a la presión de sus aliados para que decida, ella pretende aguardar a que Mauricio Macri confirme si será o no candidato y María Eugenia Vidal, que tiene la carta de Cristian Ritondo en ese distrito, oficialice si planea o no disputar la Presidencia. Una vez que esté descampado el tablero, dicen cerca de Bullrich, ella definirá. Queda tiempo para negociar.
Hasta ahora, la exministra de Seguridad se benefició de impulsar a tres aspirantes a gobernador en el territorio bonaerense, donde Horacio Rodríguez Larreta, su principal adversario en la interna de Juntos por el Cambio, pone todas sus fichas por Diego Santilli en la carrera por la sucesión. El distrito más influyente del país era su punto débil. Para darle volumen a su esquema, la titular de Pro apostó por Néstor Grindetti, intendente de Lanús, el senador provincial Joaquín de la Torre, con un rol clave en la primera sección, y el extitular de Vialidad Nacional y jefe municipal de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, un dirigente con ADN de “halcón”.
A su vez, Bullrich tendió puentes con Ritondo, jefe de bloque de Pro en Diputados y heredero de la estructura de Vidal en Buenos Aires. El exfuncionario provincial movió los hilos para recortar la ventaja que le había sacado Santilli a sus contrincantes internos desde que se impuso por un punto ante el peronismo en las legislativas de 2021.
Distanciado del ecosistema larretista, Ritondo cerró filas con Mauricio Macri y apalancó las ambiciones presidenciales de Vidal. Al mismo tiempo exhibió sintonía con Bullrich y su tropa bonaerense. Cerca de él no descartan que puedan confluir en Buenos Aires para enfrentar al tándem Larreta-Santilli. Y hasta lo ponen como un buen interlocutor, junto a De la Torre o Iguacel, para seducir a Javier Milei para una eventual negociación en la provincia.
En el campamento de Bullrich son mucho más cautos. Es más, sugieren que la exministra también imagina a Ritondo como eventual titular de la Cámara de Diputados. Hay conversaciones, pero Bullrich se enfoca por ahora en su lote de tres alfiles. “Ella debería pensar que son cuatro”, sugieren desde la tropa macrista. A la exfuncionaria no le agrada que se la vea subordinada a los designios del expresidente. Como Larreta, pretende construir su liderazgo sin depender del fundador de Pro.
Quienes la trataron durante los últimos días la notaron inquieta por el asunto bonaerense. Sin certezas sobre cuál será su decisión. Es que la exfuncionaria de Macri hubiese preferido que Grindetti, De la Torre e Iguacel acordaron un método para dirimir quién será el candidato a gobernador. Pero, frente a la paridad en las encuestas, los aspirantes optaron por pedirle a Bullrich que unja a uno de los tres. Ella aún no lo tiene decidido ni fijó un deadline. Claro que sabe que no podrá esperar hasta junio, pero aguarda que se ordene la interna nacional. Un caso similar al juego porteño de Larreta.
Como ocurrió con su alianza con Ricardo López Murphy, que sellará hoy con un asado en el que participaran los equipos técnicos y armadores en medio de la interna en Republicanos Unidos por el anuncio del “bulldog”, Bullrich prioriza los perfiles que aportan “nitidez”. No quiere un aliado que la desperfile. Por eso tejió durante semanas en silencio con Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés para armar la foto del polo anti-Morales en la Fiesta de la Vendimia.
A Bullrich le fastidia que se interprete que Macri fue el arquitecto de esa cumbre, como aseguró el jujeño. Por esos motivos, se enfrió su aproximación a Facundo Manes. Más allá de la buena sintonía que tuvieron cuando compartieron el café, Bullrich pretende arrimarse a socios con ideas claras y que le permitan fidelizar su voto en el universo antikirchnerista.
Grindetti, con peso en la tercera sección electoral, es uno de los que sugiere no demorar la decisión. En el entorno del intendente de Lanús resaltan que Bullrich debería ungir pronto a uno de los tres para fortalecer el posicionamiento de su espacio en Buenos Aires y evitar complicaciones en el armado. La exministra de Seguridad asistió hace unos días al lanzamiento de Grindetti, quien le dedicó una batería de dardos a Santilli. Bullrich y su comitiva se sorprendieron cuando lo vieron en la primera fila a Gerardo Milman, exmano derecha de la titular de Pro. Pese a que intentó cerrar ese capítulo al apartarlo, Bullrich aún tiene un frente abierto de cara a la campaña.
A De la Torre, quien recibió ayer a la titular de Pro en San Miguel, no le preocupan las demoras. Es de los que creen que Bullrich debe esperar y fortificar su estructura bonaerense. Está convencido de que la provincia se gana con la boleta presidencial. Es decir, los números del postulante a gobernador -nivel de conocimiento o intención de voto- no inclinan en una elección que suele nacionalizarse.
Iguacel tampoco presiona a la titular de Pro por una definición. En su círculo de confianza creen que la postergación tiene “pros y contras”. “Ayuda a empujar, pero no a ordenar”, sintetizan.
Por lo pronto, Bullrich avanza en la confección del tramo de la boleta de candidatos a intendentes. Desde hace tiempo impulsa a Juan Pablo Allan en La Plata, Ramón Lanús en San Isidro o Nicolás Massot en Tigre. Pero Sebastián García de Luca, el encargado de su armado bonaerense, le arrimó más postulantes para distritos clave del conurbano. Durante su paso por Expoagro se entrevistó con varios de ellos.
Envalentonada con su posicionamiento en el mapa nacional, Bullrich desconfía de la idea de los intendentes de Pro de imponer el esquema “Y” para cuidar sus territorios y evitar que les planten competencia interna. “¿Van a garantizar ecuanimidad y cuidar las dos boletas los que ya declararon que están con Larreta?”, braman cerca suyo.