El dictamen fiscal: un respaldo a la denuncia de Yañez y una lectura severa de las acusaciones contra Fernández
El dictamen del fiscal Ramiro González le da crédito al relato de Fabiola Yañez, califica los hechos con severidad y le da con eso inicio a la recolección de pruebas para avanzar sobre el expresidente
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El dictamen del fiscal Ramiro González es la evidencia palpable de que cree el relato de Fabiola Yáñez cuando denunció que Alberto Fernández la abofeteaba casi a diario, la amenazaba, la hostigaba, le pegaba piñas y hasta una patada en el vientre cuando estaba embarazada.
Y, al mismo tiempo que califica estos episodios de manera gravísima, el dictamen es el punto de partida de una investigación que terminará con el expresidente indagado por violencia de género, más temprano que tarde, con su caso elevado a juicio oral y público, donde se expone a recibir una pena máxima de más de 10 años de prisión.
Las 16 páginas del escrito del fiscal son un racconto de todo lo que sucedió desde que arrancó este caso, con el hallazgo de las fotografías con evidencias de los golpes de Fabiola Yáñez. Estaban en los chats del caso de corrupción de los seguros, en el teléfono de María Cantero, la exsecretaria privada de Fernández y esposa del broker Héctor Martínez Sosa. El escrito cuenta los momentos en los que la ex primera dama no se decidía a denunciar, hasta que finalmente tomó la decisión de hacerlo.
En ese relato aparece un dato desconocido que deja mal parado al abogado Juan Pablo Fioribello, que se presentaba en los medios como letrado de Fabiola Yáñez y al mismo tiempo –según el relato de la víctima– fue quien la instó a no denunciar a Alberto Fernández. Es más, el expresidente le reclamaba a Yañez por celular que atendiera a Fioribello, para que el letrado por indicación de Fernández la convenciera de dejar todo como estaba.
El fiscal precisó que son nueve los hechos que hay que investigar. Arrancan con hostigamientos, pasando por el episodio donde la forzó a abortar, se convierten en golpes de puño, zamarreos en los brazos, patadas en el vientre y hasta cachetadas repetidas a diario, y culminan con las presiones para que no formalizara la denuncia.
Para Ramiro González todos estos actos constituyen los delitos de lesiones leves y lesiones graves, agravadas por el vínculo y por violencia de género; y amenazas. El concurso entre los delitos que imputa el fiscal es “real” con lo que en caso de una condena, las penas se suman.
Ahora, el desafío del fiscal es probar esta base fáctica establecida desde el inicio del caso. Y la tarea de Alberto Fernández es defenderse de estas imputaciones.
Por lo pronto, el expresidente ya esbozó que su estrategia de defensa es negar que las lesiones fueran producto de sus golpes y buscar proyectar sobre su expareja la responsabilidad por los moretones en el ojo, que adjudicó por momentos al consumo de alcohol y en otros momentos a un tratamiento estético antiarrugas.
La acusación empezó su trabajo con la recolección de las pruebas para consolidar un caso. Pidió que declaren todas las personas a las que Fabiola Yáñez le contó lo que pasaba. Son testigos importantes, porqué sumados a las fotos, pueden dar fe de que en aquel momento la ex primera dama les comentó los sucesos y que no fue un invento del presente.
Con María Cantero o con el médico presidencial Federico Saavedra, el fiscal optó por citarlos como testigos, pues es más la prueba que pueden aportar por lo que vieron, que imputarlos por un encubrimiento, por no haber denunciado estos episodios cuando ocurrieron. Ramiro Gonzalez privilegia la evidencia que suman con su testimonio por sobre una acusación penal.
A la prueba se sumarán nuevas fotos y chats que prometió aportar Yañez, lo que muestren las cámaras de la residencia de Olivos y el relato de los empleados de la quinta presidencial, más de 80. El fiscal ya pidió la lista para citarlos a declarar.
A las evidencias fotográficas, el relato los testigos y de la propia víctima, el fiscal quiere sumar los documentos de las historias clínicas de los tres lugares donde fue atendida Yañez: el instituto de Facundo Manes, donde hizo un tratamiento psiquiátrico, el Sanatorio Otamendi y los registros de una clínica de fertilización a la que concurrió la exprimera dama.
También pidió al juez que haga una inspección ocular en la quinta de Olivos. La medida obedece a preciar si efectivamente fue allí que sucedieron algunos de los hechos que narra Fabiola Yáñez.
Con estas batería de pruebas, el fiscal y el juez Julián Ercolini estarían en condiciones de escuchar al expresidente Alberto Fernández en indagatoria, como para que se defienda. Antes, el acusado puede proponer nuevas medidas de prueba y con todos esos datos, el juez estará en condiciones de evaluar si el expresidente puede ir a juicio oral, donde se expone a recibir una pena muy grave.
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