El día después: la Ciudad limpió, quedan destrozos y un grupo de manifestantes volvió a la casa de Cristina
“Es un desastre. Está todo sucio, todo roto”, se quejó el encargado de una propiedad de esa zona de Recoleta; un grupo de manifestantes ocupa unos 15 metros en la calle Juncal
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Las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner en el barrio porteño de Recoleta amanecieron este domingo limpias, tras los incidentes de ayer protagonizados entre militantes kirchneristas y la Policía de la Ciudad, mientras menos de un centenar de manifestantes se mantenía en la calle Juncal cantando la marcha peronista y mensajes de apoyo a la vicepresidenta.
Las manifestaciones comenzaron luego de que el fiscal Diego Luciani pidiera que fuera condenada por la corrupción en la obra pública de Santa Cruz. El sábado por la noche llegaron a su punto de máxima tensión y dejaron destrozos a su paso.
Sin embargo, el panorama del domingo por la mañana era más tranquilo. Los manifestantantes eran pocos, se habían retirado las vallas y la infantería se había alejado del lugar. Solo aparecían dos camionetas de infantería en Santa Fe y Uruguay. En cambio, cerca de la casa de Cristina Kirchner sólo se veían policías de tránsito.
El grupo de manifestantes que se mantenía frente a la casa de la vicepresidenta repetía también el cantito tradicional “si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar”, que se convirtió en una suerte de slogan del kirchnerismo a medida que los fiscales Luciani y Sergio Mola iban repasando los actos de corrupción cometidos entre funcionarios y el empresario Lázaro Báez.
Las movilizaciones para apoyar a la vicepresidenta terminaron anoche cerca de las 22.30, cuando la exmandataria concluyó un discurso improvisado entre la multitud y llamó a la gente a “descansar”, porque había sido un “día largo”. Esta mañana quedaban los resabios de una jornada.
Mientras personal de la gestión porteña terminaba de limpiar las calles donde miles de manifestantes no solo de la Capital, sino también del conurbano, se apostaron para clamar a la dirigente del Frente de Todos que fue acusada en la causa Vialidad y que se considera víctima del lawfare, cerca de las 8.30 de este domingo todavía las pintadas sobre las paredes de los edificios de Recoleta estaban intactas. Entre mensajes de respaldo a Cristina Kirchner, se entremezclaron dardos hacia el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta
El encargado de un edificio que aún tiene escrito en su fachada “Te amo CFK” en aerosol, un graffiti firmado por una facción de Merlo que llegó hasta la Capital ayer, tiraba agua con una manguera hacia la vereda durante las primeras horas del día, en miras de dejar todo acomodado. Pero eso le iba a ser imposible, según contó.
Es que esa vivienda terminó con los vidrios de su entrada estallados. La propiedad justo está ubicada en el sector donde ayer por la tarde se dio uno de los focos de enfrentamiento más álgidos, cuando los militantes derribaron parte de las vallas dispuestas en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta por la Policía de la Ciudad. Este vallado fue el que motivó la movilización hacia esa zona de la Capital, al considerar los militantes que estaban atentando contra las libertades de su referente.
“Es un desastre. Está todo sucio, todo roto. Estamos tratando de limpiar la vereda”, contó el hombre a LN+. “Me rompieron los vidrios de la puerta, fue al momento que entraron todos, que vencieron las vallas. Fue acá el foco, por eso rompieron vidrios”, detalló después esta persona que, como otros colegas, buscaba dejar todo en regla otra vez. “Estamos tratando de limpiar y ordenar el edificio. La pared mandará la administración a limpiarla”, indicó en cuanto a la pintada que con rojo quedó marcada sobre la entrada de mármol de ese edificio de la calle Juncal.
El encargado, incluso, reveló cómo vivieron los vecinos de la propiedad las movilizaciones de ayer, donde se instalaron puestos de comida y los manifestantes hasta tiraron fuegos artificiales en el medio de la calle. “Se quedaron todos adentro, no salió nadie en ese momento. Fue un desastre, fue muy feo todo lo que pasó”, aseveró el hombre, quien también reveló que -de momento- no se había presentado nadie de la administración que conduce Rodríguez Larreta para preguntar si necesitaban colaboración.
En tanto, mientras otros encargados hacían lo suyo en otras veredas, el empleado de un puesto de diarios de las inmediaciones, que quedó con un sticker de la cara de la vicepresidenta adherido en la parte superior de uno de sus laterales, contó que no pudo comercializar durante esta seguidilla de días, ya que las protestas frente a la casa de Cristina Kirchner se extendieron desde comienzos de la semana y hubo vigilia.
“No se vende nada, abro solamente para repartir”, relató a LN+ este trabajador, quien dijo estar “muy mal” ante la situación. Frente a su kiosco, estaba estampada la leyenda “Perón o muerte”. Cerca también quedaba otra pintada: “CFK 2023″.
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