El detrás de escena del sorteo de Javier Milei: nuevo programa de streaming y cuidado extremo por las fotos
El diputado nacional eligió una transmisión sin multitudes, a diferencia del primer sorteo en Mar del Plata; se inscribieron otras 700.000 personas a la base de datos que administra La Libertad Avanza
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En el piso noveno de la Torre Fortabat, en Retiro, se respiraba ansiedad, nervios y entusiasmo. Allí funcionan las oficinas de Bull Market Group, la empresa de asesoramiento financiero de Ramiro Marra, legislador porteño de La Libertad Avanza y asesor en el equipo económico del diputado nacional Javier Milei. El reloj marcaba las 18.30 y faltaba apenas media hora para iniciar la transmisión por streaming del sorteo del segundo sueldo de Milei.
Se ponían en juego $369.828 entre 1.740.000 de personas que habían registrado sus datos personales en una página armada para la ocasión. Entre el primer sorteo y el segundo se anotaron otras 700 mil personas (las que estaban inscriptas no necesitaban volver a hacer el trámite) en medio de un sistema de recopilación de información personal que generó controversias.
“Estoy muy contento. Vamos a transmitir desde un nuevo programa que nos permite incluir varias cámaras durante el streaming”, le cuenta a LA NACION, Iván Dubois, integrante del equipo de La Libertad Avanza. El Open Broadcaster Software (OBS) les permitió dejar atrás la imagen estática de este tipo de transmisiones por la red y dar un salto “de calidad”.
Facturas, sandwiches de miga, gaseosas, agua y café estaban dispuestos en una sala contigua al sector desde donde se realizarían la transmisión. “¿El café está caliente?”, pregunta Dubois. Se disculpa porque lo había mandado a preparar con tiempo. “Hay café instantáneo de todas maneras”, señaló en dirección a una caja con saquitos de café sobre la mesa.
Lila Lemoine, la asesora en imagen de Milei, ingresó en la sala y se acercó a coordinar unos detalles con Dubois. ¿Podemos hacer una foto con Javier antes de empezar? le preguntó el fotógrafo de LA NACION. “No, después”, respondió Lemoine. El fotógrafo insiste. “No, después es mejor. De la previa ya le saqué todas las necesarias”, agregó.
Ramiro Marra se movía en forma constante a través de los diferentes espacios. Era el dueño de casa.
De traje negro, Milei apareció momentos más tarde en la puerta del ascensor con el celular por encima de la altura de los ojos. “Bueno, hola a todos”. El diputado arrancó la transmisión. Explicó entonces que su sueldo de $369.828 estaba desglosado en $339.808 en concepto de salario más $30.020 de movilidad.
Antes de dirigirse al salón donde se llevaría adelante la transmisión, pasó por otro donde saludó a Marra, agradeció a su empresa y concedió una entrevista televisiva. Luego, enfiló hacia el salón del evento, donde lo recibió Santiago Oria, el cineasta detrás de su campaña.
Con saco y pantalón azul, el escribano Juan Alberto Panullo era uno de los pocos que llevaba barbijo. Sin embargo, ya al finalizar el evento se lo sacaría. Para ese momento, Karina Milei, la hermana del diputado, ya era dueña entonces de la escena. Asumió el rol de moderadora de la transmisión.
“Ya hay más de 10 mil personas en línea”, celebraba Milei mientras se acomodaba en un escritorio. Karina y el escribano estaban a su lado. Un grupo de entre cinco y seis personas, miembros del frente, monitoreaban el minuto a minuto de la transmisión, mientras adelante se agolpaban las cámaras. A un costado, un hombre encargado de la edición de video estaba también atenta a la pantalla.
Frente a la cantidad creciente de personas que se sumaban a la transmisión, se realizó el sorteo. El escribano certificó que que se tratara de una persona física, y le dio el aval a Karina Milei. “¿Ah, lo vamos a llamar?”, se sorprendió el diputado y agregó entre risas: “después hacemos nexo con la prensa”.
Cuando Jonatan Lewczuk, un productor audiovisual de Lanús, atendió del otro lado, la sonrisa se le dibujó en forma instantánea a Javier Milei. “Te sigo a muerte”, le dijo al ganador. “Que bueno, esta vez tocó de nuestro bando”, afirmó el legislador.
Sobre el cierre, LA NACION le solicitó tomar unas fotografías. Cuando el fotógrafo comenzó a disparar el flash, el diputado lo interrumpió enseguida. “Que sean en picada en por favor”. Se trata de una imagen desde arriba. Rápidamente intervino Santiago Oria, quien apoyó la postura del legislador.
“No queremos fotos desde abajo”, remarcó Oria, en referencia a un plano que había elegido el fotógrafo. “Si las fotos salen de esa manera, entiendo que nos querés perjudicar”, agregó. LA NACION consultó el motivo. “Porque no me gustan”, respondió Milei.
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