Cómo se vivió afuera del Congreso el apoyo militante a Cristina Kirchner: “¡El que no salta es del Partido Judicial!”
Cientos de militantes kirchneristas se reunieron afuera del Palacio Legislativo para acompañar a la vicepresidenta mientras hacía su descargo tras el pedido prisión de los fiscales de la causa Vialidad
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“¡Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es del Partido Judicial!”. Mientras Cristina Kirchner hacía su descargo desde su oficina en el Senado tras el pedido de pena de los fiscales de 12 años de cárcel por asociación ilícita y administración fraudulenta en el juicio de Vialidad, cientos de militantes kirchneristas se congregaban a las afueras del Congreso Nacional en una fervorosa muestra de apoyo a la vicepresidenta que llegó a las 10.50.
La esquina de Yrigoyen y Entre Ríos estaba colmada de militantes que arengaban a Cristina Kirchner durante su defensa, que fue transmitida vía streaming. La ventana de su despacho del Congreso, la misma que en marzo fuera vandalizada por las piedras durante la votación del acuerdo con el FMI, se encontraba cerrada. “Cristina no hizo ningún daño a la Nación, el que hizo daño fue Macri, que nos endeudó”, dijo a LA NACION una mujer que se definió como “autoconvocada” y que prefirió no dar su nombre.
Una vez finalizada la exposición de la exmandataria, que duró una hora y media, la multitud permaneció en estado de alerta. Hasta que, de un momento a otro, los celulares se levantaron en el aire y apuntaron en dirección a la puerta de Yrigoyen 1835. La vicepresidenta salió al balcón para saludar a los presentes y la militancia estalló en un solo grito, con la marcha peronista como principal cántico: “Perón, Perón que grande sos...”.
“Todo lo que dijo es verdad. No entiendo cómo siguen pensando que es culpable después de todo lo que dijo. Ahora hay que defenderla”, comentó, por su parte, Sebastián, que dijo haber sido uno de los militantes que pasó toda la noche en la puerta del edificio donde reside la vicepresidenta. “Si nos ven a nosotros movilizados, no va a ir ningún gorila”, agregó.
La ansiedad de muchos de los presentes era tal que ni siquiera esperaron la salida de la jefa del Senado para dar media vuelta y volver a Recoleta. “¿Te vas para Juncal?”, le preguntó una mujer a otra, quien aprovechó el tiempo muerto para averiguar precios en el stand de remeras, piercings y demás merchandising que se vendía en los alrededores del Congreso.
A otros de los militantes, en tanto, se los podía ver con un semblante más tranquilo, algunos hasta con un choripán en la mano. Nada parecía apurarlos. Así y todo, las rondas se debatían entre la esperanza y cierto dejo de pesimismo. “No quieren que sea candidata el año que viene, esa es la única razón de todo esto”, le dijo a LA NACION Romina, una simpatizante de La Cámpora, que portaba un cartel con la leyenda “Cristina: aguante por tanta lealtad al pueblo”.
La vigilia en su casa de Recoleta
Pasadas las 10.30, Cristina Kirchner dejó su casa de Recoleta, ubicada en la esquina de Juncal y Uruguay, rodeada de feligreses, que desde temprano formaron un cordón en la puerta de ingreso al edificio y cantaron para darle respaldo, en medio del pedido de prisión contra ella que realizó el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad. Emocionada, los saludó antes de retirarse. También tocó su corazón y colocó sus dedos en V, el tradicional saludo peronista.
Al ritmo del cántico “¡Cristina presidenta, Cristina presidenta!”, los militantes acompañaron al auto de la vicepresidenta hasta la esquina de Juncal y Paraná. Allí, una vez que el vehículo continuó su camino hacia el Congreso, hicieron una ronda y la arenga se incrementó.
Con el correr de los minutos, la cantidad de personas apostadas en Juncal y Uruguay disminuyó. La efervescencia de quienes permanecieron comenzó a transformarse en expectativa, a la espera de las palabras de la vicepresidenta, para quien la fiscalía a cargo de la causa Vialidad pidió 12 años de cárcel y una inhabilitación perpetua par ejercer cargos públicos.
“¿Ya empieza?”, le preguntó una mujer a otra, mientras buscaba en su celular el streaming de la transmisión de la defensa que ensayó Cristina Kirchner a partir de las 11. “Espero que los datos me alcancen”, comentó otro, visiblemente preocupado.
En un discurso que terminó a los gritos, las palabras de la vicepresidenta versaron, entre otros puntos, acerca de una supuesta omisión judicial del caso de José López, elexsecretario de Obra Pública de su gobierno que fue capturado in fraganti con millones de dólares y armas en 2016. “Había que ver de dónde venían los 9 millones de dólares. ¿Cómo investigaron esto? Yo me enteré de esto cuando los fiscales metieron esto en la causa entre gallos y medianoches”, dijo. Y planteó: “Pararon de tirar el ovillo, cuando aparecieron ellos, cuando aparecieron los macristas. Los nueve millones de López eran de ellos. Cuando el fiscal dice cuando uno aprieta sale pus. Tiene razón fiscal Luciani, la pus de ustedes los macristas”.
“Creo que es necesario que reflexionemos sobre las cosas que están pasando. Esto no es un juicio a Cristina Kirchner, es un juicio al peronismo, a los gobiernos nacionales y populares. A los que peleamos por la memoria, la verdad, la justicia, el salario, las jubilaciones. Y también por la obra pública sí, la obra pública, en la que fue una formidable gestión de gobierno desde La Quiaca hasta Ushuaia”, enumeró la vicepresidenta y descartó de plano que las tres gestiones kirchneristas puedan considerarse una “asociación ilícita”.
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