Coronavirus: el decreto antidespidos que se tejió al filo de la medianoche y casi sin consultar
Al filo de la medianoche, apenas unos minutos antes de conocerse públicamente el decreto de necesidad y urgencia que prohíbe los despidos por 60 días como consecuencia del avance del coronavirus, en las cúpulas de la CGT y de la Unión Industrial, es decir en la central sindical y empresaria más importantes del país, reinaba el desconcierto.
"Creo que tiene que ver con una compensación a las Pymes, la suspensión del pago de las ART y [ampliar] el seguro de desempleo", escribió anoche a las 23 por WhatsApp uno de los jerárquicos de la CGT que más diálogo mantiene con la Casa Rosada.
La falta de certezas también nubló por momentos a los empresarios. "Nos llamaron, nos dijeron que estaban evaluando medidas, pero no esperamos que sean así, de un momento a otro, con tanta urgencia", dijo un dirigente fabril después de haber cruzado mensajes con los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Claudio Moroni (Trabajo). Nadie pensó que la medida podía salir anoche, de urgencia. "Nos dijeron que salía esta semana, pero no anoche", planteó otro hombre fuerte de una compañía de alimentos.
Lo cierto es que el decreto que restringe los despidos y amplía beneficios en 30.000 millones de pesos para auxiliar a empresas en crisis tomó anoche por sorpresa tanto a empresarios y sindicalistas. En la CGT algunos dirigentes dijeron sentirse "ninguneados", aunque reconocieron que el atajo que tomó el Gobierno es una respuesta a su demanda de suspender dos artículos de la ley de contrato de trabajo vinculados a las suspensiones e indemnizaciones. La preocupación sindical es porque la letra chica de la normativa instaura el concepto de "fuerza mayor" como ordenador de las relaciones laborales y habilita suspensiones sin costo para el empleador hasta un plazo máximo de 75 días en un año.
Fue clave para lograr la reacción oficial la advertencia de los gremios sobre la posible pérdida de un millón de empleos en el sector privado, público e informal a partir del guadañazo económico de la pandemia. "Socialmente es insostenible tener a cinco millones de trabajadores confinados", presionó Héctor Daer, jefe de la CGT, para buscar una flexibilización de la cuarentena.
Tanto empresarios como sindicalistas cruzaron ayer mensajes con Kulfas y Moroni, pero también con Gustavo Béliz, cada vez más influyente en esta suerte de acuerdo económico y social en medio de la pandemia. Los tres funcionarios estuvieron ayer en Olivos e informaron permanentemente al Presidente. Uno de ellos fue el que bautizó el proyecto como "un gran Repro", por el subsidio a empresas llamado de Recuperación Productiva.
Moroni, que dará hoy precisiones de la medida en la comisión de Trabajo del Senado, estuvo a cargo de la letra chica del decreto junto con Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica. El ministro de Trabajo perdió credibilidad entre empresarios y sindicalistas después que en diciembre, a los pocos días de haber asumido, aseguró que la doble indemnización no estaba en sus planes. Una semana antes de la Navidad, Alberto Fernández estableció lo contrario a través de un decreto, cuyo vencimiento es en junio, pero que podría prorrogarse hasta fin de año, según fuentes oficiales consultadas por LA NACION.
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