Rosario y una Justicia funcional al narcotráfico; la alianza que promueve al juez Lijo; Servini de Cubría y una causa por lesa humanidad; Bullrich contra Macri, que toma distancia de Milei; el conflicto con Lula
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Hace bastantes años le escuché a Alejandro Rozitchner una idea muy central, un poco traída del psicoanálisis pero aplicada a la sociedad: “Si tenés mucha pobreza durante mucho tiempo, fijate bien porque sos muy bueno generando pobreza”. Cuando una sociedad se encuentra con un problema sistemático durante muchos años, cuando ese problema se va a ampliando y agravando, y adquiere rasgos de cronicidad, hay que mirar bien, porque lo que manifiesta es que a su alrededor hay un sistema, factores alineados e incentivos poderosos de personas, agentes sociales, grupos y sectores dedicados a que ese problema se mantenga. Rozitchner lo decía respecto de la pobreza. Lo mismo podemos decir respecto del crimen organizado. O, si queremos enfocar más todavía, del narcotráfico.
Todos sabemos que en Rosario está ocurriendo en cámara lenta un hecho histórico. No todos los hechos históricos son dignos de ser aplaudidos. En este caso, es repudiable. Allí vemos, como especie de reducción a escala, de concentración de mayor densidad de un problema mucho más difundido, la aparición del narcotráfico de manera sistemática. El narcotráfico se ha transformado, por momentos, en terrorismo. Ya la violencia no se circunscribe a la lucha de bandas involucradas en ese delito, sino que está destinada a aterrar a la población en general, a aquellos que no son parte de esa guerra. Para que esto ocurra, hay que mirar cómo se genera un sistema alrededor.
Voy a seleccionar un ejemplo particular. Hay un juez federal en Rosario que se llama Marcelo Bailaque. En Rosario se da una situación muy curiosa. Hay algunos jueces y fiscales de la Justicia provincial y federal que luchan contra el narcotráfico y tienen que andar por la ciudad con chalecos antibalas. El nivel de protección que demandan es proporcional al riesgo que asumen en la lucha contra ese delito. Hay sin embargo jueces que pueden tomar un vermut a la luz del día en el centro de Rosario sin ningún tipo de custodia, suponiendo que nadie los va a molestar. Bailaque se parece más a este segundo grupo de personas. Él ha tenido entre manos muchas veces la causa de uno de los grandes narcos de Rosario, que se llama Lindor Alvarado. Y ha tenido reproches, pedidos de investigación en el consejo de la Magistratura por las demoras, omisiones, casi por la complicidad con Alvarado. En los últimos tiempos, sobre todo por una investigación del periodista de LA NACION Germán de los Santos, se descubrió que Bailaque compartía algo con el narco. ¿Qué compartían? Nada menos que el contador. Como todos sabemos, en una mafia, el contador es un engranaje imprescindible del que se espera mucha lealtad. Bueno, Bailaque, el juez, y Alvarado, el narco, tenían al mismo contador: Gabriel Mizzau. Pero no solo esto. El hijo de Gabriel Mizzau, Sebastián, trabajaba en el juzgado de Bailaque.
Esto ha sido denunciado. Seguramente, alimentará las denuncias que tiene Bailaque en el Consejo de la Magistratura. Pero lo curioso es una novedad que ocurrió el jueves pasado. A horas de la tarde, se dictó una orden de allanamiento sobre las oficinas del contador Mizzau. Cuando lo fueron a buscar, no estaba. No apareció hasta el viernes a la noche. Lo curioso es que ninguno de los domicilios que había dado el contador ante la AFIP o el Consejo de Ciencias Económicas era el que, en realidad, utilizaba. No eran ni los domicilios de su estudio ni los de su casa. Que un contador no declare el domicilio real de su estudio es una falta grave. Por casualidad, hay que suponer, el primer juez al que se solicitó esa orden de allanamiento fue Bailaque. Obviamente, se excusó. Nadie sabe muy bien si se enteró de cuál era el blanco del allanamiento. Pero todo el mundo sospecha en la Justicia de Rosario lo obvio: que Bailaque le avisó a Mizzau.
¿Quiénes protegen a Bailaque? La lista que comentan en Rosario es larguísima. Se trata de un entramado institucional que llega hasta la Ciudad de Buenos Aires, pero que tiene además en el medio a algunos operadores. Y, por los pedidos que ha hecho a favor de Bailaque, muchos nombran al binguero Daniel Angelici. Como sabemos, Angelici es uno de los principales impulsores de la candidatura de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.
Cuando uno retira el zoom de este caso muy particular, de esta “anécdota” que ocurrió entre el jueves y el viernes pasado, empieza a haber un fenómeno mucho más sistémico. ¿Qué es Rosario si uno mira el planeta? Es el segundo sistema de puertos del mundo. Compite con Nueva Orleans y Santos. Es curioso que en un sistema portuario de esa magnitud, por el que circula mucha mercadería, haya tan pocas causas de contrabando, narcotráfico, trata de personas. Es como si allí no pasara nada en relación con la dimensión de los negocios que normalmente se tramitan. Hablamos entonces de un sistema. Por eso es importante entender que el sistema que protege a Bailaque está muy ligado al sistema que promueve a Lijo hacia la Corte Suprema de Justicia. Son bloques de poder con estrategias inteligentes que defienden negocios importantes y, por lo tanto, ponen mucho empeño en cuidarlos.
Hoy el foco legislativo, tras el gran triunfo del Poder Ejecutivo en la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal, está puesto en los pliegos del doctor Manuel García-Mansilla y de Ariel Lijo. Aparentemente, hay dificultades para que pasen los dos por la resistencia de muchos senadores y senadoras a aprobar por razones ideológicas el pliego de García-Mansilla, en quien ven un candidato muy conservador. Lijo tiene otros problemas. Tampoco está garantizado, como informó Gustavo Ybarra en LA NACIÒN, que pase tranquilamente por el filtro del Congreso. El problema de Lijo es su baja calidad moral. Es visto como un juez corrupto. Fue investigado por el fiscal Franco Picardi y el juez Julian Ercolini de manera muy acelerada y superficial en una causa por asociación ilícita, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencia con su hermano Alfredo, un reconocido lobista de tribunales. La causa fue cerrada con premura, sin siquiera incorporar un informe de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) lapidario para Lijo. En aquella causa, que se investigó de manera tan liviana, el abogado defensor del doctor Lijo era Mariano Cúneo Libarona, actual ministro de Justicia.
También se lo investigó en el Consejo de la Magistratura. Avanzó bastante la investigación. Apareció una excuñada de Lijo, casada en su momento con su hermano. Denunció negocios del juez Lijo en el negocio de los caballos de carrera, en el gran haras La Generación, en Dolores. Ahí se entienden las afinidades con Angelici. Todo tiene que ver con el negocio del juego. Pero, por presión del kirchnerismo y sectores del macrismo, esa investigación fue abortada.
Frente a todo este cuadro tan poco edificante, al Presidente se le vive preguntando por qué mandó el pliego de Lijo. La última vez que se lo preguntaron fue en una entrevista con Franco Mercuriali, en TN, y hubo incomodidad en su respuesta. Resulta increíble que alguien tan inteligente como Milei para explicar cuestiones muy intrincadas del sistema monetario, alguien que aspira al Nóbel en Economía, tenga una respuesta tan poco solvente para un tema tan grave. Dijo que no cederá ante la presión mediática. Pero no es verdad que hay presión mediática sobre la designación de Lijo. En todo caso, lo que hay es una noticia muy importante. Y es que, en la historia de la Justicia argentina, nunca un juez propuesto para la Corte fue tan controvertido. Se pronunciaron desde el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, la Federación del Colegio de Abogados, la Facultad de Derecho y otras instituciones como el Foro de Convergencia Empresarial, Human Rights Watch y otras asociones académicas. Podríamos seguir nombrando decenas de instituciones que dijeron “este juez es muy controvertido para estar en semejante lugar”. Pero además hubo 328 impugnaciones formales en el Ministerio de Justicia, que fueron contestadas de manera muy superficial, lo cual es muy lógico, ya que el titular de la cartera es el que defendía a Lijo en las investigaciones antes mencionadas.
Acá es donde uno se pregunta qué es lo más importante. El Gobierno, felizmente, va a lanzar ahora una ley antimafias. El ministro de Defensa, Luis Petri, ya ha elaborado con mucho detalle una reforma a la Ley de Seguridad y todo el aparato legal de Defensa para que las Fuerzas Armadas puedan, con determinados límites, intervenir en cuestiones de seguridad interior. Entre otras, el control de las fronteras y el control del narcotráfico. Pero es muy difícil que todas esas reformas institucionales tengan algún sentido si van a ser operadas por jueces más o menos mafiosos, como el caso de Bailaque. O jueces tan impugnados, como el caso de Lijo. ¿De qué sirven las reformas legales si el Poder Judicial no es la última garantía de que la ley se va a cumplir? Todas estas cuestiones se recortan sobre el telón de fondo de una evidencia. Hay un sistema judicial en crisis. Esa crisis es funcional, está enderezada a favorecer la corrupción y el crimen organizado. Todo esto se identifica con distintos núcleos judiciales. Rosario es uno. Comodoro Py es otro. Y la candidatura de Lijo a la Corte no es la candidatura de un juez sino la conquista de una posición más en la Corte por parte de este sistema.
A propósito de los tribunales, empezó a circular en el ambiente judicial una noticia delicada respecto de una figura central de Comodoro Py. Una de las más gravitantes y antiguas. Es nada menos que la jueza federal electoral María Romilda Servini de Cubría. Esa noticia que empieza a inquietar en Tribunales dice lo siguiente: un ciudadano se presentó ante la Justicia planteando la probabilidad de que él sea hijo de desaparecidos. Es adoptado y denuncia que la jueza que lo habría entregado cuando era bebé era justamente la entonces jueza de menores Servini de Cubría, durante los años de la dictadura. Esta última, casada con el brigadier Juan Cubría, quien era un oficial de la Fuerza Aérea durante los años más atroces de la Argentina. Aparentemente, se abrió una causa judicial que, presumiblemente, podría estar en Lomas de Zamora porque la información surge del entorno del juez Federico Villena. Tal vez Villena no tenga con Servini una relación demasiado buena. Acá se instala un interrogante llamativo sobre una jueza muy importante. Ella está, como sabemos, muy ligada al juez Lijo, porque es una de las madrinas de su candidatura.
El Gobierno parece tener problemas para hacer pasar los pliegos de Lijo y García-Mansilla, juntos. Esto da lugar a que se empiece a pensar en la ampliación de la Corte. Se abriría el espacio para una gran negociación política, donde intervendrían las distintas fuerzas que tienen poder en el Senado, para designar allí miembros más o menos afines.
Una alternativa que, en su momento, cuando todavía no era ministro de Justicia y le preguntaron, Cúneo Libarona negó por completo. Ahora daría la impresión de que podría ser parte de un acuerdo mucho más amplio que incluya también un cargo que está vacante como es el de Procurador General de la Nación. Nada más y nada menos que el jefe de todos los fiscales. Es un cargo importantísimo si es verdad que el Gobierno avanza hacia lo que se llama el “sistema acusatorio”, que rige en Rosario o en Salta.
Cúneo Libarona es quien promueve ese sistema que le da todo el poder de la investigación a los fiscales. Pero es cierto también que el ministro no se anima a plantearlo en Comodoro Py. Prefiere ir lejos, como a Mendoza. En un sistema acusatorio donde los fiscales se convierten en el centro de gravedad del proceso penal, es importantísimo quién es el Procurador General de la Nación, que sería su jefe y goza de autonomía, y que requiere también para ser designado de una mayoría especial en el Senado. Hay una ley que debería ser reformada. Ese sería el comienzo de la negociación para designar un procurador. En tiempos de Macri se intentó reformar y quedó abortada.
Hay varios candidatos para ocupar ese cargo. Uno es el doctor Mariano Borinsky, que es juez de la Cámara de Casación. Otro es un camarista de Comodoro Rivadavia, el doctor Javier Leal de Ibarra. Y también está el fiscal general de la ciudad de Buenos Aires Juan Bautista Mahiques, muy ligado al Pro y dañado en esta candidatura por la conducta de su padre, Carlos Mahiques, que es quien firmó el escandaloso fallo que quiso convertir en un caso electoral el caso de las coimas de Ángelo Calcaterra, junto con el doctor Daniel Petrone y el doctor Diego Barroetaveña.
Está abierta esta negociación judicial importantísima en un momento en que la Justicia está puesta en la mira por muchas razones, una de las cuales es el avance del crimen organizado. Sobre todo el que vemos en Rosario.
Todo esto está ligado al juego político que se está abriendo en la Argentina, que lo vimos prefigurado en el tratamiento de la Ley Bases, en el tratamiento del paquete fiscal y que ahora empieza a tener algunas mutaciones. Los grupos políticos en general se parecen a sus líderes. Y es obvio que La Libertad Avanza tiene un temperamento conflictivo porque Milei es un hombre al que le gusta el conflicto. Es muy difícil pensar que Milei hubiera llegado a la presidencia si no fuera a través del conflicto. Él plantea una pelea entre la sociedad y la dirigencia, lo que él llama casta. Por eso es tan difícil de entender cómo no conecta la supervivencia de esa casta, que él llama corrupta, con la otra casta que protege, la judicial.
Milei surge de un conflicto. Este debe estar alimentado, porque él carece de fuerza parlamentaria y fuerza territorial, no tiene inserción en los sindicatos, y carece de inserción en los movimientos sociales. Casi lo único que tiene como activo importante es la adhesión de la opinión pública, que lo sigue sosteniendo y acompañando, aun en medio de un ajuste importante, como el que se está viviendo en la economía.
Para ganar las elecciones del año que viene y aún para gobernar hasta el año que viene, el Presidente está ante un gran desafío: por un lado, debe mantener el conflicto, y por el otro, debe armar un oficialismo. Logró armarlo provisionalmente en el Senado y en la Cámara de Diputados. Hubo una mayoría que operó a favor del Gobierno. La cual podría haber estado en contra, como pasó por ejemplo con la ley de reforma de la movilidad jubilatoria que todavía tiene que pasar por el Senado.
Este objetivo de Milei y LLA, que es constituir un oficialismo, se ve afectado por el espíritu conflictivo de esa misma fuerza que no debe ser atribuido solamente al Presidente. Por ejemplo, de Patricia Bullrich podríamos decir que “fusiló” a su segundo hace diez días, Vicente Ventura Barreiro. El secretario de Seguridad fue acusado de querer manipular una licitación de comida para las cárceles y denunciado por el jefe del sistema carcelario y por Bullrich ante la Oficina Anticorrupción. Ahora también fue denunciado en la Justicia penal federal por el propio Gobierno. Cayó en el juzgado de Lijo. Esto es importante desde el punto de vista político, porque el “fusilado” es la mano derecha e izquierda de Cristian Ritondo. Y el diputado nacional y presidente del bloque de Diputados del Pro en el Congreso, como sabemos, es una figura importantísima en el Pro, sobre todo en el campo macrista. Razón por la cual, la decisión de Bullrich generó tanto ruido dentro del Gobierno de no esperar, antes de denunciar a Ventura Barreiro, a que saliera la Ley Bases. Había una probabilidad de que Ritondo, o eventualmente, el Pro se diera por ofendido por esto, que es un cañonazo penal, ético y político.
Otro de los aliados del Gobierno que empieza a tener ruidos con el Gobierno por esta misma conducta es Gustavo Valdés, el gobernador de Corrientes. Curiosamente, el problema también se liga a Bullrich. Valdés, un aliado territorial del Gobierno, se siente agredido por el gobierno nacional. Cree que la ministra de Seguridad desembarcó en la provincia por el caso Loan, ni siquiera se sacó una foto con él, y se replegó sobre las Fuerzas Federales y la Justicia Federal. Bullrich le explica de tal manera las cosas al Presidente, que Milei termina diciendo que investigaron en Corrientes hasta donde los dejaron. Es decir, como si el gobierno radical de Corrientes, la justicia provincial y la Policía local fueran barreras para la investigación del caso.
Dicho sea de paso, este martes se conocerá el peritaje de la camioneta con la cual, según la última versión, el marino Carlos Pérez atropelló a Loan y lo puso al borde de la muerte, según la declaración de la tía Laudelina Peña. ¿Esa camioneta nunca había sido peritada? Sí, pero solo fue peritada por dentro y a nadie se le ocurrió peritarla por fuera. Se sabrá si la sangre que está en el exterior de la carrocería de la camioneta tiene que ver con la sangre del chico atropellado o presuntamente atropellado. Si esto fuera así, estaríamos frente a un accidente y, por lo tanto, no tendría lugar la intervención de la Justicia Federal en la provincia. Habría que ver qué actitud adopta Bullrich y qué actitud toman otros actores. Por ejemplo, el controvertido abogado Fernando Burlando que aterrizó en Corrientes para ponerse a disposición de la familia de Loan y empezó a hablar de que el “nefasto”, y el “obstáculo” principal que tiene esta causa es el gobernador Valdés. En el gobierno de Corrientes llama la atención esta conducta. Y aunque no quieren pensar en una extorsión, sí llama la atención que en la campaña del año pasado, Burlando estaba muy cerca de Néstor Grindetti, que era el candidato a gobernador de Bullrich en la provincia de Buenos Aires. Todo el mundo está muy paranoico, y piensa en un complot. Eso está entorpeciendo las relaciones entre el gobierno nacional y Valdés, que es uno de los aliados que tiene el Ejecutivo en el radicalismo y en el mapa federal.
Todo esto esconde en el fondo otra pelea: la de Milei y Macri. Al menos, el Presidente no ha dado señales de que no haya un espíritu belicoso hacia el Pro y el exmandatario.
Sin embargo, hay un distanciamiento. Por ejemplo, el Gobierno y muchos observadores políticos, pusieron una lupa sobre el tuit que emitió Macri después de la aprobación de las leyes en el Congreso. Felicitó a los bloques del Pro, y nada más que a los bloques del Pro, y dijo que ahora sí se podrán poner en marcha las ideas que él mismo inauguró. Y agrega que “ojalá” puedan resolver la grave situación en la que se encuentra la Argentina, ahora que tienen las leyes. Es decir, algo que se le escucha mucho en privado a Macri: “Pónganse las pilas y gobiernen”.
Muchos anticipaban que después de que saliera la ley, Macri se iba a diferenciar del Gobierno. Empezó a hacerlo. Muchos con mala intención o manipulando la verdad, sostienen que el documento que sacó este lunes la Fundación Pensar del Pro -al frente de la cual está María Eugenia Vidal- es anti-Milei. A pesar de que se evalúa hasta ahora al Gobierno con ojos bastante benignos y lo aplaude, dice que hay más dudas que certezas.
La Capital Federal, que es el lugar donde el Pro gobierna con más visibilidad y es el distrito de los Macri, es el banco de pruebas de toda esta pelea. Si uno ve la Legislatura porteña, los diputados del Pro que se alinean con Bullrich están mucho más cerca del bloque de Karina Milei que del bloque macrista. Están más cerca del bloque que dirige Pilar Ramírez, la mujer de Darío Wasserman, el vicepresidente del Banco Nación, muy ligado a la hermana del Presidente. ¿Qué va a pasar en las elecciones en la Capital Federal? La Libertad Avanza dice que van con candidatos propios, probablemente Manuel Adorni. ¿Y el Pro qué va a hacer? ¿Se va a sumar a otro partido en el distrito donde gobierna? Salvo que Milei tenga otra idea, y le pida a Patricia Bullrich que se postule. Hay versiones que dicen que ya Milei y Karina le sugirieron a la funcionaria de Seguridad que el año que viene compita en la ciudad de Buenos Aires como senadora, dado que mide extraordinariamente bien en el distrito porteño. En ese caso, si hubiera que salvar las banderas del macrismo, tendría que competir el propio Mauricio Macri.
Todo esto es importante, porque una incógnita que domina hoy la política argentina, y que probablemente sea la más importante, es si la fragmentación del campo no peronista se va a resolver con un nuevo sujeto, una nueva articulación, en el centro de la cual estaría La Libertad Avanza y Milei. O si quizás va a haber más fragmentación. Es importante, sobre todo porque el jefe de gabinete, Guillermo Francos, que es el encargado de la estrategia legislativa del Gobierno, anunció que él pretende mandar al Congreso una ley que suprima las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para el año que viene. Ley que seguramente sería aplaudida por la sociedad, ya que es bastante fatigoso y hasta inconveniente someter la disputa por el poder a elecciones cada dos años y además dos veces por año. Sin embargo, las primarias sirven sobre todo para que el no peronismo se ordene, donde no hay un liderazgo claro y donde hay muchos partidos. Entonces, si no hay PASO, probablemente lo que haya es fragmentación. Y si esto sucede, habría que mirar en el otro campo, el peronista. Es mentira que la fragmentación del campo no peronista (Juntos por el Cambio, La Libertad Avanza el año pasado) se debe a Massa. Pero sin duda Massa hizo mucho para que Milei llegue a la presidencia, “hasta puso plata”, se dice.
En el campo peronista se mira de otra forma. Este domingo, Cristina Kirchner, que no suele dar entrevistas, le dio una a Pedro Rosemblat en Gelatina. Es una entrevista larga donde habla de cosas que no acostumbra a hablar y otras que son muy tradicionales en ella. Pero interesa la obsesión con un tema: la necesidad de llegar a acuerdos políticos. “Debemos estar pensando en el mundo que viene. Y si se ve el debate de Biden y Trump en Estados Unidos, en serio que necesitamos por lo menos que una parte de la dirigencia argentina se siente a pensar qué vamos a hacer con esta Argentina súper endeudada (...) No puede ser que el peronismo discuta solo. Sino parece que estamos locos. Me parece que tenemos que discutirlo con alguien más. Y con alguien más tenemos que discutir, por ejemplo, qué hacemos con la deuda (...) Brasil también tuvo una inflación altísima del 3000% e Israel también y pudieron superarlo, pero para eso tenés que tener acuerdos básicos. No bases”.
Es una Cristina mucho más acuerdista de la que conocíamos, y sobre todo de lo que conoció Alberto Fernández. Porque habría que imaginar cómo le hubiera ido al expresidente si hacía los deberes de esta teoría e iba a un acuerdo con otros. Lo cierto es que Cristina Kirchner, el peronismo, está pensando en lograr alianzas, frente a un no peronismo disperso.
Una de ellas tiene que ver con la alianza entre peronistas y radicales en la ciudad de Buenos Aires. Ahí hay que fijarse en dos actores: el jefe del radicalismo porteño que no es Martín Lousteau, sino Emiliano Yacobitti, aliado a Angelici, y el jefe del peronismo porteño que es Juan Manuel Olmos. ¿Qué negociaciones hay ahí para aprovechar esas divergencias, esa dispersión entre el Pro y LLA y probablemente intentar un triunfo en la Capital Federal? ¿Lo mismo se puede reproducir en la provincia de Buenos Aires? Es relevante porque la gran pregunta histórica de la Argentina es si los sectores más dinámicos, más proclives al mercado, más dispuestos a una economía competitiva y abierta, tienen un instrumento político para llevar adelante ese programa. Hasta ahora no lo tienen. Por el momento hay dispersión. El Gobierno, que es conflictivo, ¿va en esa dirección? Es un problema que está ligado a la economía. Este lunes la brecha cambiaria, por primera vez, superó el 50%. Con una economía que genera cada vez más dudas, la tarea de unificar y conseguir base política se vuelve más trabajosa.
En otros planos también hay conflicto. Hemos visto que el Presidente decidió no asistir a la Cumbre del Mercosur, ofendido porque Lula da Silva dijo que le tendría que pedir disculpas antes de verlo “por las tonterías que dijo”. Había un compromiso tácito de que Milei no se iba a referir a Lula y Lula no se iba a referir a Milei. Lo quebró Lula para, seguramente, dolor de cabeza de la diplomacia brasileña que no quería romper el compromiso e intentaba abuenar una relación estratégica. Milei no va a la cumbre de Asunción, donde seguramente se iba a encontrar con el presidente Luis Arce, con quien también tiene un conflicto por la interpretación de lo que fue o no fue un golpe de Estado en Bolivia. En cambio, sí va a un congreso de la derecha brasileña bolsonarista, los peores enemigos de Lula, en Camboriú. El Presidente retrocede lo poco que había avanzado en la pacificación de la relación entre la Argentina y Brasil.
Al Gobierno no parece importarle esto. Milei se ve como un líder global. Y en el juego mundial, lo que él promueve va ganando. Ganó la derecha en Francia, le fue muy mal a Biden en Estados Unidos; pareciera que avanza Donald Trump. Y en la organización de Europa, en la conducción de la Comisión Europea, también hay una sustitución del socialismo o el progresismo de centro izquierda por la derecha. A Trump no solo le va bien en los debates. Ayer la Corte Suprema de los Estados Unidos dictó un fallo diciendo “en todo lo que tiene que ver con decisiones políticas durante su gobierno, el presidente Trump es inmune. No puede ser juzgado”. Aquí no festeja Milei. Paradójicamente, festeja Cristina Kirchner. Porque si hubiera un fallo así en la Argentina, por ejemplo, el entendimiento con Irán no sería materia judiciable.
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