El Cippec volvió a reunir a figuras de la política y líderes empresarios
En su cena anual, los temas dominantes fueron la situación en Santa Cruz y las próximas elecciones
Como ocurre todos los años, la cena anual del Cippec se convirtió anoche en un lugar de confluencia de importantes dirigentes políticos y empresariales.
La vicepresidenta, Gabriela Michetti ; el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti ; el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta ; el líder del Frente Renovador, Sergio Massa ; el presidente de AEA, Jaime Campos; el presidente del PJ, José Luis Gioja , y gremialistas como Gerardo Martínez , de la Uocra, fueron algunas de las figuras más importantes del evento, que reunió a unas 1300 personas en el hotel Hilton de Puerto Madero.
A diferencia de otros años, no estuvo Mauricio Macri. Sí estuvo presente su amigo el empresario Nicolás Caputo .
"Quienes estamos reunidos acá tenemos que preguntarnos qué estamos dispuestos a perder para que todos ganemos", interpeló a los presentes Julia Pomares, directora ejecutiva del Cippec, el principal think tank de la Argentina.
En la recepción previa a la cena pudo apreciarse la diversidad del público presente. Eso sí: costaba encontrar un kirchnerista. Daniel Filmus fue uno de los pocos presentes. Los dirigentes políticos eran, en su mayoría, del oficialismo y del Frente Renovador.
Aunque con una agenda dispersa, el tema recurrente en las charlas informales y algo caóticas por la cantidad de gente que convocó el encuentro, sobresalió la crisis de Santa Cruz. El secretario de Seguridad Interior, Gerardo Millman, detalló a sus ocasionales interlocutores que la situación de seguridad en el distrito estaba controlada. "El tema es que la provincia está quebrada", dijo.
Otro que se refirió al tema fue el presidente de la cámara de Diputados, Emilio Monzó . En una ronda con acreditados de medios extranjeros, contó que había hablado del tema con Máximo Kirchner. "Tienen que parar un poco la mano", relató de su charla con el hijo de la ex presidenta.
De acuerdo con la versión oficial, que anoche repitieron todos los dirigentes de Cambiemos, la Casa Rosada ayudó y está dispuesta a seguir ayudando a Alicia Kirchner. Pero, insisten, la gobernadora kirchnerista debe hacer una autocrítica.
A pocos metros de distancia, Gioja conversaba animadamente con Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, dos viejos lobos de la política. El presidente del PJ reclamaba una ayuda urgente del gobierno nacional para Santa Cruz. Morales parecía aliviado: ya casi nadie habla de Jujuy.
De a poco, ese sector, justo a la izquierda de las escaleras que llevaban al segundo subsuelo del hotel, se fue transformando en lo que, con ingenio, Felipe Solá bautizó "el rinconcito de los peronistas". Ahí se fue a zambullir, cuando llegó, Massa. Como si el calendario hubiese vuelto atrás, intercambió abrazos y comentarios al oído con Monzó y Nicolás Massot. Al grupito se sumaron los intendentes del Grupo Esmeralda Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis. "El enemigo no está acá", coincidieron.
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