El Centro Islámico reclama una audiencia con el presidente Milei por “reiterados agravios” a la comunidad musulmana
La entidad cultural y religiosa, que representa a unas 400.000 personas en la Capital y el conurbano, lamenta el decidido alineamiento del mandatario argentino con el Estado de Israel y sus referencias al “terrorismo islámico”
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“Expresiones agraviantes reiteradas y en una escalada preocupante”. Así lamentan las autoridades del Centro Islámico de la República Argentina las “afirmaciones desafortunadas del presidente Javier Milei contra el Islam”, que impactan negativamente en la relación fluida que las comunidades judías y musulmanas mantuvieron históricamente en la Argentina.
Fruto de ese malestar, el Centro Islámico pidió por segunda vez en cuatro meses a la canciller Diana Mondino que gestione una audiencia con el Presidente, para transmitir el desagrado producido por sus condenas al “terrorismo islámico” y al “fanatismo” musulmán. También se lo transmitieron al secretario de Culto, Francisco Sánchez.
La primera señal de descontento fue el mensaje de Milei en la apertura de los Juegos Macabeos, el 28 de diciembre pasado, cuando expresó su “compromiso inalterable con el Estado de Israel y con su pueblo en la lucha contra el terrorismo Islámico, por la paz y la libertad’”.
Al sentirse agraviados por la expresión “terrorismo islámico”, las autoridades de la organización civil transmitieron su preocupación a la ministra Mondino, en una audiencia celebrada el 2 de enero en la Cancillería. “Terrorismo es terrorismo. No se lo puede asimilar a ninguna expresión religiosa ni cultural”, advirtió el vicepresidente del Centro Islámico, Fabián Héctor Jatib, en diálogo con LA NACION.
El 2 de abril, en uno de los encuentros con la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, la general Laura Richardson, Milei expresó tres veces su enérgica condena al “terrorismo islámico”. Y el 8 de mayo último, en el acto por el Día del Holocausto y el Heroísmo, en el exCentro Cultural Kirchner, lo repitió cuatro veces, según contabilizan en la comunidad islámica.
“No cuestionamos la política exterior del Presidente, pero su decidida posición en favor de Israel impacta en la relación entre las comunidades musulmana y judía, que en la Argentina siempre se caracterizaron por el respeto y el acercamiento”, dijo Jatib, al recibir a LA NACION en la sede de la entidad, en el barrio de San Cristóbal. Lo acompañaron el secretario general de la institución, Hassan El Bacha; el prosecretario general, Martín Saade, y el historiador Ricardo H. Elía, intelectual de reconocida trayectoria en la comunidad islámica.
Las acusaciones a Irán
El Centro Islámico mantiene una postura de “respeto y neutralidad” hacia todos los países y busca promover la paz y el entendimiento entre diferentes naciones y culturas. “Es fundamental abordar los conflictos internacionales con una perspectiva equilibrada y basada en el diálogo”, explicó Saade.
Frente a las acusaciones a Irán, los dirigentes de la entidad consideran que deben ser evaluadas cuidadosamente en el contexto de la política internacional y los intereses geopolíticos en juego. “Demonizar a un país sin un análisis exhaustivo y objetivo puede llevar a malentendidos y a exacerbar los conflictos”, agregó Jatib, al sostener que la situación en Gaza es compleja y multifacética, y no puede ser atribuida de manera simplista a un solo actor.
Alertaron sobre el riesgo de denuncias sin pruebas ni fundamentos, como la que formuló el gobierno argentino en enero último contra una célula terrorista que planeaba un atentado en Buenos Aires y que finalmente la Justicia determinó que era falsa. La integraban un peluquero, un profesor de tenis de mesa de origen sirio y un presunto mercenario español. Permanecieron dos semanas en prisión y fueron liberados por falta de pruebas.
Constituido formalmente en 1931, el Centro Islámico es una asociación civil de carácter religioso, cultural, educativo y social que canalizó en un formato institucional los vínculos que la comunidad musulmana comenzó a tejer con la Argentina a fines del siglo XIX. Se estima que representa a unas 400.000 personas en el área metropolitana de Buenos Aires, a lo que se suma una extendida presencia en el interior.
Desde 2001, la entidad desarrolla todos los viernes una campaña de distribución de alimentos y abrigo entre la población vulnerable. Mujeres de la comunidad cocinan en las mezquitas y reparten entre 250 y 300 viandas a personas en situación de calle.
Una convivencia dañada
Los dirigentes comunitarios entienden que las expresiones del Presidente dañan el clima de sana convivencia que tradicionalmente unió a las comunidades judías y musulmanas en el país.
Recordaron, al respecto, las polémicas expresiones de Sergio Pikholtz, quien renunció a la vicepresidencia de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), luego de declarar que no hay inocentes civiles en Gaza, tal vez los niños de menos de cuatro años”, al referirse a la respuesta de Israel por el brutal ataque del grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza.
“Nos preocupa que el gobierno argentino haya tomado una posición casi fanática por una de las partes en conflicto, cuando el país siempre mantuvo neutralidad y bregó por la paz frente a disputas internacionales”, resumió el vicepresidente Jatib.
Según pudo saber LA NACION, embajadores de países islámicos –como Argelia, Kuwait, Indonessia y Pakistán- también hicieron llegar sus quejas por las generalizaciones del presidente libertario. Se lo transmitieron diplomáticamente al propio mandatario y a la canciller Mondino, en el acto de presentación de sus cartas credenciales realizado el miércoles en la Casa Rosada.
La propia institución comunitaria animó a todos los embajadores de los países islámicos acreditados en el país a presentar sus reclamos ante la Cancillería.
Los directivos advirtieron que la comunidad islámica, presente en el país desde hace 150 años, está formada por ciudadanos argentinos. “Con sus agravios, el Presidente estigmatiza y discrimina a sus propios connacionales”, advirtieron.
Otros enfoques
En su encuentro con la ministra Mondino, el Centro Islámico transmitió su preocupación por el acercamiento que muestran sectores del Gobierno con la comunidad Ahmadía, que se presenta como musulmana. “Es una secta, surgida en el Reino Unido y llamativamente un representante de ese grupo acompañó a la canciller en sus viajes al Vaticano y a la Organización de Estados Americanos (OEA)”, advirtió Jatib.
Al respecto, representantes de la comunidad Ahmadía negaron las imputaciones y afirmaron que esos viajes fueron organizados en forma independiente y sus integrantes no formaron parte de la delegación oficial. “Nosotros prohibimos categóricamente la justificación de la violencia en nombre de la religión y condenamos el ataque del grupo Hamas a la población de Israel”, dijo a LA NACION el imán Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en la Argentina.
Se trata de una corriente surgida en el siglo XIX en la India y con presencia en la Argentina desde hace siete años. En un reciente encuentro sobre el “diálogo global para fomentar la tolerancia, la paz y el respeto a la libertad de religiones y creencias”, realizado en el Senado de la Nación, el imán Gill también pidió al presidente Milei, a dirigentes políticos y a periodistas evitar hablar de “terrorismo islámico”. Sostuvo que “adjetivar de esta manera el terror aludiendo a una religión no perjudica solamente la imagen de una creencia, sino que fomenta también el odio contra ella”.
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