El Centro Cultural Néstor Kirchner y un curioso cartel de cuatro tornillos
Cuentan que pocos días antes de inaugurar el Centro Cultural Kirchner, la empresa constructora recibió un pedido. No era el primero ya que durante el largo período de construcción, las órdenes de la Casa Rosada llegaban como flechas.
Ya sobre la hora de la apertura, el recado que venía de la cúspide del poder era esculpir en la fachada Centro Cultural Kirchner. La fastuosa obra se debía coronar con el nombre del ex presidente en reemplazo de la leyenda Secretaría de Comunicaciones con la que, en 1928, se inauguró el edificio que sirvió como sede central del Correo Argentino.
Con un material simil piedra, confeccionaron una pieza que colocaron por sobre aquella leyenda histórica
Ingenieros y arquitectos le explicaron a los emisarios de la Casa Rosada que el pedido era imposible. Sucede que aquella vieja leyenda estaba esculpida en piedra. Además, el Palacio de las Comunicaciones, proyectado y diseñado por el arquitecto francés Norbert August Maillart, había sido declarado monumento histórico en 1997 por lo tanto, no debía modificarse la fachada.
Pues no hubo caso, el pedido era concreto: sí o sí debía cambiar el nombre. Los constructores, pragmáticos al fin y conocedores de los humores electorales, decidieron capitular. Con un material simil piedra, confeccionaron una pieza que colocaron por sobre aquella leyenda histórica.
Así quedaron conformes todos. Unos, por consagrar el Centro Cultural con el nombre de su líder en el pórtico. Los otros, con la solución arquitectónica que encontraron para salir del apuro.
Ahora, el futuro titular del Sistema Nacional de Medios, Hernán Lombardi, que tendrá dentro de su órbita de administración el museo, dijo que seguramente cambiará el nombre al lugar. ¿Qué separa a Lombardi de ese proyecto? Apenas una docena de tornillos que sostienen un nombre de mampostería.