El caso Insaurralde: Sofía Clerici pidió que la sobresean porque trabaja como “acompañante de viajes” y recibe “importantes honorarios”
Dijo que la Organización Internacional del Trabajo recomienda reconocer la “industria de la prostitución”, aunque ella no se dedica a eso; se quejó de que la “cosifican” y de la “moral patriarcal”
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La modelo Sofía Clerici, quien desató la investigación por lavado de dinero y enriquecimiento contra el exintendente Martín Insaurralde cuando publicó sus fotos en medio de un paseo de lujo en Marbella, navegando por el Mediterráneo en el yate Bandido, reclamó ante la Justicia ser sobreseída mediante un escrito en el que argumentó que su trabajo es ser “acompañante de viajes”, en tareas que no considera un delito y por las que percibe importantes honorarios que, según ella, no puede declarar ante el fisco.
La mujer, a la que se le secuestraron 100.000 dólares, carteras y relojes de marca valuados en decenas de miles de dólares en su casa, recordó que la Organización Internacional del Trabajo recomienda a los gobiernos “con relación a las trabajadoras del sexo y actividades relacionadas (aunque las mías no guarden correspondencia con la prostitución)”, que reconozcan “oficialmente la industria de la prostitución”, así puede pagar impuestos y preservar los derechos de esas trabajadoras. Justamente dijo que esta falta de reconocimiento es la que le impide registrar sus ingresos.
“Mis servicios y profesión, reitero, a pesar de mi extraordinaria publicidad y reconocimiento, tiene la peculiaridad de ser excluida como asunto impositivo, pero mis ganancias económicas a lo largo de todos estos años no pueden considerarse como un hecho delictual”, sostuvo Clerici.
“No pueden ser considerados prohibidos comportamientos que están permitidos socialmente: en el caso, todas las actividades vinculadas a mi quehacer profesional como Modelo y Acompañante de Viajes, salvo que esas actividades pretendan ser criminalizadas a partir de preconceptos y prejuicios propios de una moral patriarcal”, dijo Clerici en un escrito redactado en primera persona, donde abunda en conceptos de teoría jurídica, filosofía del derecho, reclamos de género y asuntos de alcoba.
Clerici, que apareció posando en Instagram con Insaurralde en la cubierta del yate, tomando champagne Veuve Clicquot y comiendo langosta, señaló: “Por mi exposición y reconocimiento público de, al menos, los últimos quince años, es altamente requerida mi compañía y acompañamiento profesional para diversos acontecimientos, entre ellos para realizar viajes al exterior por períodos prolongados, por lo cual percibo honorarios que en la mayoría de las veces se trata de importantes sumas de dinero, y en otras de regalos costosos, ya sean joyas, ropa o accesorios”.
Cómo usa las redes
La modelo señaló que sus redes sociales, donde publicó la foto con Insaurralde difundidas antes de las elecciones de octubre del año pasado, son la forma en la que habitualmente publicita y da a conocer sus “actividades y los servicios” que ofrece como “acompañante de viajes”.
Pero dijo que a partir de ese momento fue expuesta a “todo tipo de destrato, prejuicio y vejamen”. En particular se quejó como al allanar su casa se vieron fotos de su baños, sus perfumes, sus cosméticos y su ropa interior. “La finalidad era demonizar y cosificar mi figura de MUJER”, escribió, en letras mayúsculas. Dijo que si un hombre hubiera publicado la foto inicial en redes, no hubieran salido a la luz esas fotografías. Y pidió ser investigada con “perspectiva de género”.
Clerici aclaró que los objetos de lujo hallados en su casa no se vinculan con ninguna actividad ilícita y son suyos. Además, afirmó que el dinero encontrado, 600.000 dólares, es “el producto de ahorros y ganancias obtenidas a través de emprendimientos comerciales y de la explotación que realizo de su propia imagen como modelo y acompañante”.
”A esta altura, es obvio que resultó más ventajoso cosificarme y vilipendiar mí actividad profesional, al punto de criminalizarla como tal, que velar por los derechos de quien aparece como más vulnerable”, sostuvo Clerici.
Argumentó que “la sola circunstancia de poseer carteras de una reconocida marca internacional no habilita juicio de reproche alguno; máxime, cuando el origen y procedencia de tales carteras no debiera estar controvertido, salvo que recibir regalos (sin ser funcionario público) o adquirir indumentaria o accesorios de marca con el propio peculio, constituya delito”.
“En esta causa se pretende que pruebe que el diablo no existe”, dijo la modelo que, con argumentos jurídicos, señaló que la fiscalía quiere plantear “la acreditación material de hechos negativos; es decir, mi no participación en la maniobra atribuida: una prueba diabólica, que por su naturaleza jurídica y racionalmente perversa es rechazada por los tribunales modernos”.
El juez Ernesto Kreplak recibió este escrito los últimos días antes de iniciar la feria judicial de invierno y lo tuvo presente. Mientras tanto, continúa la investigación contra ella, contra Insaurralde y contra su exmujer Jésica Cirio por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
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