El canciller de Nicaragua criticó a Alberto Fernández por haber invitado a EE.UU. a la cumbre de la Celac
Denis Moncada, enviado de Daniel Ortega a la Argentina, transmitió el enojo del mandatario nicaragüense; tuvo una agenda magra en Buenos Aires, pero se anotó un triunfo con la elección del nuevo presidente del foro
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Cerca de las 4 de la mañana del martes, el canciller nicaragüense, Denis Moncada, pisó suelo argentino. El enviado del presidente sandinista Daniel Ortega a la cumbre de la Celac fue recibido por la diplomática Sandra Winkler, según el cronograma armado por la Cancillería, y así comenzó un periplo de poco más de 24 horas en el país, horas de extremo bajo perfil que terminaron con un sabor amargo para él por la presencia de Chris Dodd, el enviado especial del presidente Joe Biden, invitado por el presidente Alberto Fernández.
“En esta reunión, uno se pregunta, ¿qué hace el delegado de Estados Unidos ahí si la Celac fue concebida, precisamente organizada, por nuestros líderes, en aquel momento, el presidente Chávez, el presidente Fidel, para fortalecer su identidad, sus intereses, sus objetivos, al margen de la injerencia de Estados Unidos?”, dijo Moncada en una entrevista a la cadena Telesur, ya en Nicaragua. En otro tramo de la entrevista, Moncada apuntó directamente al gobierno argentino por haber invitado al senador Dodd, quien sostuvo ayer una reunión con Alberto Fernández.
“No tiene nada que ver... pero en este momento tiene la presidencia pro témpore el presidente Fernández, hizo las invitaciones y estaba ahí un delegado, enmarcándolo en la presencia de… los amigos, los países extraregionales. La lucha es compleja, difícil, y todos tenemos que hacer lo posible para hacer prevalecer la Celac, porque Estados Unidos intentó desde el inicio bloquearla, torpedearla”, se extendió el canciller, aunque el entrevistador le recordó que la propia Venezuela de Nicolás Maduro sostiene “vínculos” con Washington relacionados con la venta de petróleo.
Acompañado por el embajador nicaragüense en el país, Carlos Midence, Moncada tuvo una actividad discreta a su paso por Buenos Aires. Más allá del saludo protocolar con el canciller Santiago Cafiero, no tuvo, según fuentes diplomáticas cercanas, reuniones bilaterales oficiales, más allá de cruces con otros presidentes y funcionarios en los superpoblados pasillos del hotel Sheraton. Tampoco se reunió con algunos de los habituales interlocutores de la izquierda y el kirchnerismo argentino.
Cuando le tocó hablar en el plenario, en la tarde del martes, Moncada leyó un mensaje de Ortega y su esposa Rosario Murillo, en el que también recurrió a la retórica anti-norteamericana. “Desde nuestra Nicaragua, bendita, soberana y siempre libre, saludamos a los Jefes de Estado y de Gobierno, a sus pueblos, cancilleres, a sus delegaciones, en el ánimo y la convocatoria a seguir juntando energías, energías victoriosas, esperanzas prodigiosas, asombrosas, iluminación, imaginación, creatividad e innovación, para seguir alumbrando los nuevos tiempos de liberación”, dijo, con un toque poético, el canciller de Ortega.
“La unión debe marcar estas otras horas, tiempos, para nuevas memorias de libertad, dignidad, fraternidad y de absoluto repudio a la intervención extranjera en cualquier forma... a las agresiones, invasiones, injerencias… a los bloqueos y guerras económicas… a lo que llaman sanciones que no son más que mayores agresiones, todas ilegales”, leyó Moncada, en un discurso en el que reclamó: “Que los imperialismos genocidas nos respeten de una vez por todas”.
Como podía preverse, ni Ortega por escrito ni Moncada en vivo mencionaron los cuestionamientos y condenas de los organismos internacionales hacia su país por violaciones sistemáticas a los derechos humanos y el encarcelamiento de la mayoría de los candidatos opositores antes de las elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega se aseguró su continuidad en el poder de Nicaragua.
El enojo de Ortega con Fernández tiene como antecedente concreto las votaciones de la Argentina condenando a Nicaragua en los foros internacionales como la ONU. En septiembre de 2021, Nicaragua se negó a votar a la Argentina en la presidencia de la Celac, y allí se inició una larga negociación -de la que participó Cafiero- que derivó en la presidencia para Fernández en 2022 y el turno para “el Caribe” en 2023.
Aislado hasta por varios de sus colegas del progresismo (el presidente chileno Gabriel Boric suele criticarlo en público) y ausente en la cumbre, Ortega obtuvo, de todos modos, un módico triunfo. Su “protegido”, el presidente de la pequeña San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, fue elegido por unanimidad como nuevo titular de la Celac. En clara muestra de alineamiento, minutos después de asumir su cargo, Gonsalves negó ante los periodistas que en Nicaragua se violen los derechos humanos y pidió “tener pruebas y evidencias” antes de condenar a esos países.
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