El cambio de Dujovne: de fusible a mandamás de la economía
El detalle pasó desapercibido, pero el 4 de septiembre hubo un hecho que puso al desnudo las diferencias internas entre Nicolás Dujovne , entronizado como único mandamás de la economía, y Luis Caputo . Ese día, el extitular del Banco Central debía aterrizar con el ministro de Hacienda para renegociar el acuerdo con el FMI , pero, a último momento, se bajó del avión.
Las diferencias entre Dujovne y Caputo sobre cómo manejar la crisis económica ya eran evidentes, y el presidente Mauricio Macri terminó por favorecer a Dujovne, quien había liderado hasta ese momento la negociación con el organismo multilateral de crédito. A partir de ese momento, la relación entre el Palacio de Hacienda y el Banco Central se hizo más difícil, lo que impactó en la coordinación entre ambas áreas.
Con el relevo de Caputo, quien hasta hace una semana era "el Messi" del equipo y le acercó a Macri la idea para ir a pedir financiamiento al Fondo Monetario para "evitar una gran crisis económica", el Presidente dejó en claro que desde ahora solo habrá un responsable de la gestión del programa económico y financiero: Dujovne.
La determinación de nombrar a Guido Sandleris , segundo del ministro de Hacienda y uno de los funcionarios más involucrados en las negociaciones con el staff del Fondo, como reemplazante de Caputo fue la señal más nítida. Atrás quedaron los días en que la renuncia de Dujovne era una constante.
Así, la decisión de Caputo, de anunciar la salida del Banco Central el día del paro y con Macri en Nueva York cerrando la renegociación del acuerdo con el FMI, cayó mal en el Gobierno, que pese al cimbronazo buscó atemperar el golpe.
Desde temprano, la Casa Rosada bajó el mensaje de que la salida de Caputo fue programada, que no hubo "sorpresa". El encargado de enviar una señal de continuidad fue Dujovne. El titular del Palacio de Hacienda, desde Estados Unidos, buscó minimizar el hecho.
"Esta noticia no es una sorpresa", indicó Dujovne, apenas comenzó una improvisada rueda de prensa en el hotel Langham, horas después de que se conoció la renuncia de Caputo, uno de los alfiles de Macri durante sus casi tres años al frente del país.
"El titular del Banco Central ya había expresado hace tiempo al Presidente su deseo de dejar la posición, por lo cual Guido Sandleris, que es el nuevo presidente del Banco Central, venía trabajando con el equipo del banco, con el vicepresidente Cañonero, y con las líneas técnicas, en lo que va a ser sus líneas de trabajo", sostuvo.
Dujovne dijo que debía mirarse el enroque con "muchísima tranquilidad", como el recambio lógico de un equipo que sufre modificaciones a lo largo del tiempo. Y agregó: "Eso es algo que ocurre en todos los gobiernos. La Argentina necesita dar señales de mucha claridad respecto de cuál es su política monetaria".
A la mala sintonía por la política monetaria se sumó la crítica de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde , quien hace dos semanas dijo que el organismo buscaba una política monetaria que tuviera "claridad, transparencia, información adecuada y debida para los operadores del mercado y una mejor comunicación".
Para evitar que el tema escale, Dujovne dijo que tenía "una gran relación personal" con Caputo y negó diferencias, pero, a su vez y para que no haya dudas, se deshizo en elogios a Sandleris y dijo que espera que pueda empezar "a ganar la batalla contra la inflación".
El fortalecimiento de Dujovne, como capitán de tormenta en medio de la crisis, ató su futuro, al igual que Marcos Peña, al éxito o fracaso de Macri.
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