El aumento salarial de suma fija que impulsa el kirchnerismo suma obstáculos dentro y fuera del Gobierno
Empresarios y gremios se resisten a salir del esquema de las paritarias porque aducen que se achata la escala salarial; en la Casa Rosada piden un análisis del costo fiscal por los empleados estatales
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Pasaron tres semanas desde que Alberto Fernández dijo que convocaría a gremios y empresas a suscribir un acuerdo de “precios y salarios” para frenar el deterioro del poder adquisitivo por la inflación, pero la posibilidad de un convenio de ese tipo se evaporó con el correr de los días.
El kirchnerismo esta semana explicitó lo que hasta ahora era un secreto a voces: que quiere un aumento de suma fija que eleve el piso de la escala salarial. Pero la idea encuentra detractores no solo en el empresariado, sino también en gremios de peso y en algunos funcionarios que advierten por el gasto fiscal y el riesgo de que el incremento de los haberes de los empleados se trasvase a precios.
En el congreso del PJ bonaerense del jueves, Máximo Kirchner no solo promovió la solidaridad con Cristina por su situación judicial sino que también hizo saber que trabajará para que un aumento de suma fija se adicione a las paritarias. “No es una cosa o la otra, son las dos”, dijo un colaborador del kirchnerismo muy cercano al líder de La Cámpora. “No es fácil. Hay que hilar fino para ver a quiénes va a llegar e ir tejiendo un acuerdo. Pero se va a trabajar en conjunto y va a salir en las próximas semanas”, confió.
Máximo Kirchner retomó protagonismo en la escena pública desde el pedido de pena del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad, luego de meses de bajo perfil tras su portazo por el acuerdo del FMI. “Me callé 60 días y me quedé dando la discusión adentro. No me fui”, dijo en las últimas horas.
En el kirchnerismo defienden la idea con un peculiar paralelismo con el ministro de Economía, Sergio Massa. “Es lo mismo que hicieron Cristina y Sergio con el personal del Congreso, subieron el piso salarial y además cerraron paritarias”, dicen en las filas de La Cámpora.
En el oficialismo, la propuesta que se le quiere hacer al sector privado no está clara respecto al monto (se habla de $20.000 o $30.000), la modalidad (por única vez o permanente) y el destinatario del incremento (en la Casa Rosada apuntan a los salarios de entre $80.000 y $120.000 y hay dudas sobre qué hacer con los informales).
Fernández, según pudo saber LA NACION, tras anunciar las intenciones del Gobierno –antes de tiempo– pidió que le presenten “dos o tres alternativas” con los estudios de impacto fiscal y análisis económico. “(El secretario de Hacienda, Raúl) Rigo debería analizar el impacto fiscal por el gasto en sueldos de los empleados públicos. Es cierto que impacta en la escala salarial de las empresas y que hay que cuidar que no se vaya a precios”, dijo a LA NACION un funcionario cercano al jefe de Estado.
“Lo que está en la cabeza de Alberto es un acuerdo de 60 días en donde un eventual aumento de haberes sea acompañado por un acuerdo de precios hasta normalizar la economía. Pero con los empresarios está muy difícil pactar algo así”, agregó.
Empresarios y gremios
El diagnóstico es certero. “Los que creen que se puede hacer un aumento de suma fija son algunos librepensadores del Gobierno. Eso achata la escala salarial. Hoy, gremios y empresas coincidimos en que el camino son las paritarias”, dijo a LA NACION un importante empresario al tanto de las tratativas.
En la UIA, donde resisten la idea con firmeza, aspiran a que la discusión se dilate hasta que Massa vuelva de los Estados Unidos. “Primero tienen que tener más despejado el horizonte macroeconómico y las metas para venir a hablar con nosotros”, dijo un integrante de esa cámara. Por ahora, el Gobierno no se comunicó con la UIA de forma institucional por este tema, pero hubo charlas informales con Massa en sus oficinas de avenida Del Libertador.
El reclamo de las empresas, en cambio, hoy viene por el estrangulamiento de las importaciones de insumos, que comienza a generar problemas en las líneas de producción. En el Gobierno también reconocen que es el debate que se viene, si se frena la sangría de reservas. ¿El BCRA pasará a acumular dólares o liberará importaciones?
La tercera pata de la discusión, la CGT, también rechaza el aumento de suma fija, aunque hay fuertes diferencias internas, como quedó escenificado en la movilización del 17 de agosto de la central obrera. Pablo Moyano, afín a La Cámpora, le pidió al Presidente que “ponga lo que tenga que poner” y pidió el aumento de suma fija además de las paritarias. Gremios de los “Gordos”, como el de Sanidad de Héctor Daer, en cambio, no quieren salir de la discusión del incremento porcentual sector por sector. Los sindicatos de los estatales, por su parte, serían más proclives al incremento de suma fija.
Son demasiados los acuerdos que hay que zurcir antes de una foto con empresarios, sindicalistas y funcionarios sentados a una misma mesa.