El “armado propio” del macrismo, en tela de juicio por las condiciones que pone Milei a un acuerdo electoral
El partido del expresidente reacciona de distinto modo al ultimátum del jefe libertario según su ubicación geográfica; en el interior se muestran escépticos y en el AMBA lo leen como parte de la negociación
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La advertencia de Javier Milei sobre la necesidad de homogeneizar un posible acuerdo electoral con Pro erosiona la última directiva de Mauricio Macri, jefe nacional del partido y quien mandó a construir “armados propios” en todos los distritos. Es que el ultimátum del libertario fue leído diferente en el macrismo del interior, territorio de los mandatarios provinciales, que entre la dirigencia amarilla bonaerense y de la Capital Federal, donde manda el expresidente.
Mientras que en las provincias primó el escepticismo al señalar la preponderancia de los gobernadores por sobre cualquier acuerdo federal -un tiro por elevación a Macri-, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) decodificaron las palabras de Milei como una parte “lógica” de la tensa negociación política con la Casa Rosada. A pesar de esta diferencia, la cautela reinó en ambas geografías: evitarán, por ahora, hacer pronunciamientos que detonen el vínculo con el Gobierno.
Para preservar su bastión electoral, el jefe de Pro cuenta con la provincia de Buenos Aires como prenda de negociación. Un enfrentamiento directo entre los libertarios y el macrismo en la Ciudad podría dinamitar cualquier entendimiento en el territorio bonaerense, donde Milei necesita al macrismo como aliado para desafiar la maquinaria kirchnerista. “Estamos en un juego de seducción peligroso. Todos queremos ir juntos, pero seguimos subiendo el precio”, evaluó un dirigente del Pro en el AMBA.
Mientras que en las provincias primó el escepticismo al señalar la preponderancia de los gobernadores por sobre cualquier acuerdo federal -un tiro por elevación a Macri-, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) decodificaron las palabras de Milei como una parte “lógica” de la tensa negociación política con la Casa Rosada. A pesar de esta diferencia, la cautela reinó en ambas geografías: evitarán, por ahora, hacer pronunciamientos que detonen el vínculo con el Gobierno.
“Con el Pro vamos juntos en todos lados o si no iremos separados, no vamos a engañar al electorado”, afirmó Milei durante una entrevista con la revista Forbes. En otras palabras, el Presidente advirtió que o hay acuerdo en todos los distritos o no habrá nada. Esta frase suma un nuevo giro al zigzagueante vínculo entre el jefe de Estado y Macri, a quien los libertarios desafían en su casa matriz, la Ciudad de Buenos Aires.
Para preservar su bastión electoral, el jefe de Pro cuenta con la provincia de Buenos Aires como prenda de negociación.Un enfrentamiento directo entre los libertarios y el macrismo en la Ciudad podría dinamitar cualquier entendimiento en el territorio bonaerense, donde Milei necesita al macrismo como aliado para desafiar la maquinaria kirchnerista. “Estamos en un juego de seducción peligroso. Todos queremos ir juntos, pero seguimos subiendo el precio”, evaluó un dirigente del Pro en el AMBA.
Dos acontecimientos recientes intensificaron los roces entre libertarios y macristas. El primero ocurrió en la provincia de Buenos Aires, donde Milei respaldó al líder de Pro en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo, quien enfrenta una polémica por presuntas cuentas no declaradas en el exterior a nombre de su esposa. Este apoyo de Milei fue interpretado como un intento de atraer a los legisladores macristas hacia las filas de La Libertad Avanza (LLA). “Fue un gesto inesperado. En Pro no estamos acostumbrados a este tipo de defensas”, admitió un diputado macrista.
El segundo golpe se dio en la Ciudad de Buenos Aires, territorio de Macri. Los libertarios no solo confirmaron su intención de competir en solitario, sino que también se negaron a aprobar el Presupuesto de Jorge Macri. Además, sorprendieron al nombrar a Diego Kravetz, quien estaba al frente de la Policía porteña, como segundo al mando en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
Con estas movidas, la Casa Rosada reiteró su estrategia: en lugar de forjar un acuerdo global con Macri, busca cooptar individualmente a figuras clave de Pro, como ya hizo al incorporar a Patricia Bullrich y Luis Petri al gabinete. Estas jugadas llevan el sello del asesor presidencial, Santiago Caputo.
En el interior, la dirigencia Pro mira su pago chico. Amparados bajo la marca Juntos por el Cambio (JxC) -que sobrevive en algunas provincias- relativizan la injerencia de Macri en el armado de listas y señalan que la posibilidad de construir acuerdos con los libertarios dependerá de la relación entre Milei y los gobernadores así como de la fortaleza del peronismo en cada uno de los distritos.
“Macri es el presidente de Pro y le puedo ofrecer una parte del acuerdo nacional con base en la Capital y algo en Provincia de Buenos Aires. Los 10 gobernadores de JxC tienen autonomía”, dictaminan en el interior. De esa decena de mandatarios provinciales, dos tienen pedigree macrista: Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). No obstante, resguardarán su territorio por sobre los intereses del expresidente. “Dividir en esos escenarios es funcional a revivir al kirchnerismo”, consideran. Hacen foco en Entre Ríos donde, además de diputados, se eligen senadores. “El punteo final siempre es según el distrito”, dicen.
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