El ARA San Juan implosionó y ven "muy difícil" poder reflotarlo
Fue localizado a 907 metros de profundidad y el casco estaba entero, aunque abollado; el Gobierno desalienta la extracción
Un año y dos días después de su última comunicación, el ARA San Juan yace a 907 metros de profundidad sobre el lecho del mar. Lo halló a 500 kilómetros de Comodoro Rivadavia el buque Seabed Constructor, que había comenzado la búsqueda hace 60 días, contratado por la empresa Ocean Infinity.
La noticia, confirmada en la madrugada de ayer, generó conmoción en todo el país y provocó la reacción de los familiares de los 44 tripulantes, que fueron informados de la novedad en Mar del Plata. Muchos de ellos reclamaron que ahora el buque sea reflotado. El Gobierno considera improbable la posibilidad de rescatar el submarino. La jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, anticipó que por ahora no pedirá el reflotamiento: quiere preservarlo como prueba y teme que se rompa al subirlo.
"Implosionó dos horas después de su último contacto", dijo el ministro de Defensa, Oscar Aguad. Insistió en que los expertos "ven muy difícil" sacar el submarino a la superficie. Aguad habló en la sede de la Armada, acompañado por el jefe de la fuerza, vicealmirante José Luis Villán. Anoche, el presidente Mauricio Macridecretó tres días de duelo nacional.
"El casco resistente del submarino fue encontrado en una sola pieza, casi entero, pero deformado y abollado hacia el interior, por la presión del mar", explicó el capitán de navío Enrique Balbi, al mostrar imágenes del hallazgo.
En un radio cercano, de 80 a 100 metros, se hallaron esparcidos escombros del submarino, correspondientes a la proa, a la popa y a la vela de la nave. "Eso sugiere que podría haber colapsado muy cerca del fondo marino, porque el desprendimiento de escombros es muy acotado", dijo el vocero naval Balbi, al explicar que el ARA San Juan fue encontrado en una zona de cañadones.
Al anticipar que el submarino sufrió una implosión, dijo: "Cuando hablamos de implosión y colapso, es porque la presión de agua supera la resistencia del material del submarino".
Las reacciones de los familiares fueron contundentes, aunque no unánimes. "No sé cómo explicarle a mi hijo, no puedo mirarlo a la cara y contarle", dijo a LA NACION Andrea Merelles, esposa del malogrado suboficial Gabriel Alfaro Rodríguez. El capitán Jorge Bergallo, quien integra la comisión de expertos que investiga las causas de la tragedia y cuyo hijo Jorge Ignacio Bergallo fue otra de las víctimas, declaró que no quiere que refloten el submarino.
La empresa norteamericana Ocean Infinity confirmó la localización de los restos de la nave. En un comunicado, dijo que espera que el hallazgo del submarino "pueda traer cierto consuelo a las familias afectadas por la terrible tragedia".
Frente a los iniciales reclamos de los familiares para que se intente reflotar el ARA San Juan y recuperar los restos de los tripulantes, el ministro Aguad admitió que la Argentina no cuenta con equipamiento "para extraer un buque de estas características".
"No teníamos, ni siquiera, medios para bajar a las profundidades del mar. No contamos con los AUV (vehículos submarinos autónomos), que son de la tecnología más moderna, ni tampoco los ROV (operados remotamente) para bajar a esas profundidades. Tampoco tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características", insistió el ministro.
El ministro afirmó, además, que los pasos que se darán en adelante, incluso la posibilidad de reflotarlo, serán resueltos por la Justicia. Y recordó que se abrieron sumarios internos en la Armada y en el Ministerio de Defensa.
El contacto
La localización se produjo cuando el Seabed Constructor, que se encontraba explorando el jueves una zona cercana a la Península Valdés, advirtió que en los informes recogidos por los AUV existía un contacto localizado en la llamada Área de Búsqueda 1 -la misma en la que hace dos meses habían comenzado las operaciones- presentaba características que merecían ser investigadas.
A la medianoche, el buque llegó a esa zona, con cuatro familiares a bordo y tres veedores navales, e hizo descender los ROV. El equipo tecnológico extrajo imágenes de alta resolución y eso permitió finalmente la identificación del ARA San Juan.
"Por el mismo pasaron nuestros barcos y todas las armadas del mundo y nunca se pudo detectar nada. La empresa, que también investigó el lugar, tenía amplia libertad para buscar donde creyeran más conveniente, y al revisar toda la cartografía, advirtió que había un punto de sumo interés para investigar", explicó el vicealmirante Villán.
Las autoridades navales reivindicaron que el submarino fue hallado, finalmente, en la zona donde la Armada insistía en que debía estar. Se basaban, para ello, en el lugar de la última comunicación, el sitio de la última conexión satelital y la ubicación de la "anomalía hidroacústica" señalada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares (CTBT).
Al respecto, el embajador argentino en Austria y representante ante ese organismo, Rafael Grossi, destacó, en diálogo con LA NACION, que el hallazgo se produjo a una distancia de 15 a 18 kilómetros del lugar en el que se detectó la "anomalía hidroacústica".
Balbi explicó que la zona en que se halló el buque "fue barrida en los últimos días de forma más lenta. Hay presencia de cañones, entonces se hace más dificultosa la interpretación de la información de los AUV. Esa información como dato duro no es instantánea, se dieron cuenta analizando información de días anteriores", sostuvo. Villán, en tanto, dijo que la visibilidad en el lugar de la localización "es bastante reducida en virtud de la turbulencia y la salinidad" y confirmó que la estrategia de la empresa Ocean Infinity era "buscar primero en los lugares más fáciles y, después, en los más difíciles, para no arriesgar los aparatos, muy costosos".