El alegato del fiscal Diego Luciani: “Está comprobada la participación de Máximo Kirchner”
El acusador mostró comunicaciones entre José López y el hijo de la vicepresidenta; él, según el alegato, “no tenía ningún cargo” y decidía sobre las licitaciones
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En el tercer día de su alegato del caso Vialidad, el fiscal Diego Luciani mostró nuevos mensajes del teléfono del exsecretario de Obras Púbicas José López y apuntó contra el hijo de la vicepresidenta, Máximo Kirchner, que -afirmó- “no tenía ningún cargo” y, sin embargo, intervenía en la toma de decisiones y era consultado sobre qué obras públicas iban a realizarse.
“Está comprobada la participación de Máximo Kirchner”, dijo Luciani cuando cerraba la semana del juicio que tiene como principal acusada a Cristina Kirchner, señalada como jefa de una asociación ilícita destinada a hacerse de fondos públicos.
Entre las pruebas que esgrimió este viernes Luciani, mostró llamadas del hijo de la vicepresidenta a López. “Digitaban cada paso de la licitación pública en Santa Cruz”, afirmó el fiscal.
Según los mensajes del teléfono de López que exhibió Luciani, el exsecretario de Obras Públicas -el hombre de los bolsos con millones y armas en el convento- le consultaba a Máximo Kirchner dónde debían realizarse las obras, que luego serían adjudicadas a Báez.
“¿Pudiste hablar con Maxi para definir la ubicación de las 100 cuadras?”, dice un mensaje que López le envió a un asesor del hijo de la vicepresidenta, Matías Bezi, dirigente de La Cámpora y exfuncionario de YPF. Se trataba de una licitación para obras de pavimentación en Río Gallegos, la ciudad de Máximo Kirchner.
En ese momento, destaca el fiscal, “Máximo Kirchner no había ejercido cargos públicos, pero estaba al frente de la administración de distintos negocios de su madre”.
“Nótese cómo Máximo Kirchner era la persona encargada de definir la ubicación de las 100 cuadras que se iban a repavimentar”, subrayó Luciani. El fiscal mostró además mensajes de López al propio Máximo. Uno de ellos, del 30 de julio de 2015, decía: “Encaminado lo de la Viv de El Calafate y de 28 de Nov. El miércoles firma los dos convenios Nivello [Germán, que luego se convirtió en el primer exfuncionario kirchnerista en admitir el cobro de sobornos]. Viaja a los dos lugares”. La misma información le envió López a Bezi para que le avisara a Máximo Kirchner.
“Estos mensajes demuestran la coordinación de los imputados, de José López, del hijo de la Presidenta y de su asesor sobre licitaciones que se llevaban a cabo en Santa Cruz hasta el final del mandato”, dijo Luciani.
A lo largo de esta semana, los fiscales Luciani y Sergio Mola hicieron un análisis detallado de las distintas licitaciones que ganó Báez en Santa Cruz durante el gobierno de Cristina Kirchner. Mostró los mensajes de López cuando analizó la última, hecha al filo del final del último gobierno kirchnerista: las cien cuadras de pavimentación en Río Gallegos.
“No queda duda de que esta licitación fue un montaje, con una orden de los jefes de la organización. Detrás de esta licitación estaba Cristina Fernández, con su hijo, direccionando la licitación hacia Baez -afirmó Luciani-. Esta fue la última licitación, tenía que direccionarse como fuera y se debía cobrar lo antes posible porque se acercaban las elecciones presidenciales”.
Según Luciani, hasta los últimos días de gobierno hubo dinero disponible para desviar fondos para Lázaro Báez, pero no para hacer las obras. “Las obras nunca les importaron”, insistió el fiscal.
La oferta de Kank, cuenta Luciani, fue objetada por falta de información y Kank pidió diferentes prórrogas, “concedidas una y otra vez con una paciencia asombrosa de la administración”.
El fiscal destacó que, más allá de la intervención de Máximo Kirchner, en la licitación de la obra de las 100 cuadras hubo muchas otras irregularidades; varias de ellas debido a la urgencia que se le imprimió al trámite para llegar a ejecutarlo antes del cambio de gobierno. “Quedó establecido que la orden y el apuro para adjudicar esta licitación emanaban directamente de lo más alto del Poder Ejecutivo y en esta obra aparecen como intermediarios José López y el hijo de la Presidenta”, sostuvo el fiscal. Y añadió: “La urgencia no hubiera tenido sentido sin una orden de lo más alto del Poder Ejecutivo”.
“Fueron 25 millones de dólares por hacer 100 cuadras”, contó Luciani. “Algo así como 250.000 dólares por cuadra”, detalló.
Y relató: “La empresa ganadora fue Kank y Costilla [del grupo de Báez]. Ya desde el inicio del trámite y sin justificación se le dio un trámite muy rápido. Desde la fojas uno, se estableció el carácter de ‘urgente’. Fue una simulación de licitación pública.”
De acuerdo con el fiscal, en esta obra “se sabía de antemano quién iba a ganar: una empresa de Lázaro Báez”.
“La obra no tenía el crédito legal específico que exige el artículo 7 de la ley 13.064, que establece que no podrá llamarse a licitación obra alguna que no tenga crédito legal”, agregó Luciani.
El fiscal dijo que la asesoría jurídica incluso advirtió que se publicó mal la licitación. “Sin embargo Periotti [Nelson, por entonces director de Vialidad Nacional] desoyó esto”.
Para Luciani, una buena publicidad es necesaria para conseguir más oferentes, evitar la opacidad y posibilitar el control ciudadano. “¿Saben cuantas ofertas se presentaron? Una”, relató.
“Tal era la urgencia que se convocó a la licitación sin aprobar previamente el proyecto”, añadió, y dijo eso solo está habilitado en casos excepcionales cuando situaciones especiales así lo requieran. En este caso, según Luciani, esto no pasaba. Además, los funcionarios debieron pedir una “excepción” al Boletín Oficial para hacer una publicación de un día para el otro.
El fiscal también exhibió mensajes que dan cuenta del conocimiento que tenía Máximo Kirchner de otras obras públicas de Santa Cruz y que acreditan -afirmó Luciani- su injerencia en las decisiones. “Hola, me encantó el video de Laguna Ortiz. Cómo hacerlo estoy viendo y quiero consultarte”, le dice López en un mensaje al hijo de la vicepresidenta.
“¿Qué pareció a Máximo las obras?”, dice otro mensaje que José López le mandó a Abel Fatala, por entonces subsecretario de Obras Públicas. “Cayó de sorpresa con Matías Bezi”, le contestó Fatala, que le cuenta que se reunió con Máximo Kirchner y con Bezi.
El alegato de los fiscales seguirá el lunes próximo. Esta semana fueron las tres primeras jornadas. Restan otras seis, que terminarán con los pedidos de pena.
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