Echaron a Maza, el vocero de los gendarmes
"Me castigan por reclamar lo que es justo", dijo el efectivo destituido; acusó al jefe de la fuerza de "cobarde"
El vocero de los gendarmes durante el conflicto salarial que las fuerzas de seguridad protagonizaron en octubre pasado, Raúl Maza , fue dado de baja ayer.
Según el texto en el que se le notificó la decisión, la Gendarmería, a cargo del comandante general Enrique Zach, consideró a Maza "inepto para las funciones de su grado" y ordenó su destitución.
El ex gendarme no dudó en vincular la disposición con su rol como nexo entre los manifestantes y los medios durante la disputa con el Gobierno.
"Esto tiene que ver con haberme expuesto en los medios, con haber reclamado un sueldo digno y en blanco, por haber dicho lo que muchos pensaban y no se animaban a decir", relató a LA NACION ayer, pocas horas después de haber perdido el rango.
Con durísimas críticas a Zach y a la ministra de Seguridad, Nilda Garré , anunció que recurrirá a la Justicia.
Gendarme desde diciembre de 2008, Maza, de 33 años, se desempeñaba como administrativo en el Edificio Centinela. Desde que fue pasado a disponibilidad, una sanción previa a la baja, en octubre pasado, cobraba 1900 pesos. Antes de la medida disciplinaria su sueldo era de $ 3600.
Su cara se hizo conocida hace dos meses cuando, por el decreto 1307, se recortaron los sueldos de suboficiales de Gendarmería y Prefectura hasta en un 60 por ciento.
La protesta duró 10 días y derivó en la caída de los jefes de ambas fuerzas, además de en un fuerte cimbronazo para el gobierno de Cristina Kirchner.
Los reclamos comenzaron en el Edificio Guardacostas, de Prefectura, y luego se extendieron al Centinela, de Gendarmería. Enseguida, hubo réplicas en varios puntos del interior del país.
"No estoy arrepentido de nada. El que tiene que arrepentirse es Zach, que no hace más que bajarse los pantalones ante Garré. Evidentemente fue ella la que le pidió que me echara", lanzó Maza, apoyado sobre su paraguas, sentado en un banco de plaza frente a la estación de Retiro.
A su ahora ex jefe le dedicó, incluso, un pasaje bíblico. "La Biblia dice que a los tibios los vomita Dios. Y los tibios son los cobardes. Él es un cobarde", descargó.
Maza conoce bien la Biblia. Hizo el seminario en San Rafael, Mendoza, pero nunca se ordenó cura. Hace casi dos décadas, cuando llegó a Buenos Aires desde su Tucumán natal, militó en la UCR.
Sin dejarse inmutar por el desborde de la estación de trenes del San Martín, propio de un viernes en hora pico, Maza sugirió que la fecha en la que se le comunicó la baja "no es para nada casual". La vinculó con la situación salarial de sus compañeros, que, afirmó, "sigue siendo una vergüenza".
"En los próximos días se pagan los sueldos de noviembre. Claramente, esto [por la destitución] busca amedrentar a quienes quieran reclamar porque siguen cobrando con recortes", razonó.
Preocupado por atender las llamadas a su celular, que nunca dejó de sonar, Maza responsabilizó por su situación a "todo el Gobierno", al que describió como una "dictadura disfrazada de democracia". "No les interesan ni la seguridad ni la defensa del país", agregó molesto.
En noviembre, la administración de Cristina Kirchner liquidó los sueldos de la Gendarmería y la Prefectura con fuertes aumentos, de más de 10.000 pesos, para altos jefes de las fuerzas, pero con subas muy exiguas para suboficiales, con lo cual reapareció el malestar entre los uniformados de las categorías más bajas.
Mientras recorría el andén para tomar el tren que lo llevaría a su casa en José C. Paz, donde vive con la familia de uno de sus hermanos, Maza dijo que su abogado "ya está trabajando" en la presentación que la semana que viene hará ante la Justicia, tanto federal como civil.
Aunque sabe que no tiene muchas posibilidades, piensa "agotar instancias". Estudia denunciar a Zach en el fuero militar "por no velar por el bienestar de sus subalternos".
Además de Maza, ayer fueron dados de baja tres cabos que lo asistieron mientras fue vocero de la protesta.
En total, 40 gendarmes fueron pasados a disponibilidad por adherir al reclamo. La lista incluye a un cura que fue echado por haber oficiado una misa frente al Edificio Centinela, en pleno conflicto.
Maza no piensa abandonar el alto perfil que le costó la carrera. Mañana encabezará en Plaza de Mayo un acto con mujeres de suboficiales para pedir "por seguridad, por los caídos y por sueldos dignos".
El ex gendarme, que además es ex auxiliar médico y cantante lírico, no le teme al regreso a la vida civil. "Trabajo desde los 12 años. Volver a trabajar como civil no me va a hacer menos persona. Mandaré currículum y trabajaré de lo que sea", concluyó antes de subirse al tren.
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