Dura reacción de la Iglesia por el protocolo sobre el aborto
El obispo Bochatey, que preside la Pastoral de Salud del Episcopado, advirtió que con la reglamentación de González García "se instala el aborto libre en el país"; Fernández recibirá el miércoles a los obispos
El fuerte reclamo llegó a través del obispo auxiliar de La Plata y presidente de la Comisión de Pastoral de la Salud del Episcopado, Alberto Bochatey, quien declaró que la iniciativa del Gobierno no lo sorprende, porque "el ministro González García es abortista y ya había advertido que no iba a entrar en una discusión por la ley, sino promulgar el protocolo vía ministerio y obligar a las provincias a que se adhieran".
Horas después se confirmó que el presidente Fernández recibirá el miércoles, a las 11, en la Casa Rosada, a la conducción del Episcopado, encabezada por el obispo Oscar Ojea, que había pedido una audiencia para saludarlo por la Navidad. La reunión será a agenda abierta.
Bochatey, formado en la Orden de San Agustín, es obispo auxiliar de la arquidiócesis de La Plata, que conduce Víctor "Tucho" Fernández, quien a mediados de noviembre había cuestionado el cambio de posición del entonces presidente electo, Alberto Fernández, sobre el aborto, ya que en la campaña había sostenido que "no lo consideraba una prioridad" y luego anunció que presentaría un proyecto en el Congreso para despenalizarlo.
El enérgico rechazo de la Iglesia al protocolo -una guía que autoriza la interrupción legal de un embarazo cuando existe "un riesgo físico y psicológico para la salud"- contrasta con la buena recepción que habían tenido entre los obispos los gestos de moderación política de Alberto Fernández, reflejados en la misa que compartió con Mauricio Macri en Luján y en su posterior discurso de asunción en el Congreso, en el que no mencionó el problema del aborto entre sus planes principales. El rechazo se produjo, además, el mismo día en que Fabiola Yáñez, la pareja del presidente Fernández, compartió un encuentro con el papa Francisco en el Vaticano (ver aparte).
El ministro de Salud justificó la aprobación del protocolo sobre el aborto al señalar que "hay 30 muertes evitables por año y casi 50.000 internaciones, muchas de las cuales son evitables".
"La táctica es clarísima y era muy previsible, evitando que se genere todo tipo de discusión y un debate democrático. La ciudadanía no está a favor del aborto en la Argentina, como quedó demostrado democráticamente en el Parlamento, en 2018", explicó el obispo Bochatey, al recordar el fuerte debate que rodeó al tratamiento del proyecto de legalización del aborto, rechazado finalmente por el Senado.
Fuentes eclesiásticas consultadas por LA NACION, reconocieron la autoridad del obispo Bochatey para expresar la posición de la Iglesia sobre los temas inherentes a la salud, pero aclararon que la presentación del protocolo no fue analizada por los obispos en su conjunto.
Probablemente lo haga la semana próxima la comisión permanente del Episcopado, que preside el obispo Oscar Ojea e integran unos 20 pastores, y que tiene previsto reunirse el martes y el miércoles en su sede de Suipacha 1034. Se especula con que en ese encuentro surja la decisión de pedir una audiencia con el presidente Fernández, para saludarlo públicamente con motivo de la próxima Navidad.
Bochatey cuestionó específicamente la actualización del protocolo, que modifica la edad a partir de la cual las adolescentes pueden acceder a la interrupción legal del embarazo. Según el texto reglamentado por el ministro González García, estarán habilitadas desde los 13 años, aun sin autorización de sus padres. "Esto es peor que la ley que quisieron promulgar en 2018, que lo aceptaba desde los 14 años", expresó el obispo.
Bochatey deslizó la existencia de una estrategia común en los países de la región para avanzar con la práctica del aborto, sin necesidad de que sea convalidada por una ley. "Metieron el aborto por la ventana, no por la línea de debate legislativo, contrario a la cultura del pueblo, sin otras propuestas para el cuidado de la mujer. No se trata simplemente de un tema de salud pública o medicamentos, sino que es algo más profundo: está en juego la vida misma", dijo.
El protocolo restituye la fugaz reglamentación que había ordenado hace algunas semanas el entonces secretario de Salud Adolfo Rubinstein, en las postrimerías del gobierno de Mauricio Macri, quien lo derogó a las pocas horas. González García lo restableció con la resolución 1/2019, para que los equipos de salud "cumplan con su responsabilidad en la interrupción legal del embarazo contemplado en el marco jurídico argentino".
No es el primer enfrentamiento que González García mantiene con la Iglesia por el aborto. En 2005, cuando era ministro de Salud de Néstor Kirchner, protagonizó un fuerte cruce con el obispo castrense, Antonio Baseotto, que derivó en un histórico conflicto con el Vaticano, al disponer el entonces presidente la supresión del obispo.
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