Duhalde planteó otra convertibilidad

Un mes y medio después de anunciar el fin de la convertibilidad 1 a 1 que rigió durante casi once años en el país, el presidente Eduardo Duhalde admitió ayer como una posibilidad más instaurar una nueva convertibilidad entre el peso y el dólar "en el futuro".

Duhalde dijo durante entrevistas radiales que aplicar un nueva paridad cambiaria "está dentro de las posibilidades, de las cosas que se pueden hacer en la economía, pero hay que ver el momento".

El mandatario también subrayó: "Son decisiones de política económica y no se descarta nada. Lo malo sería que nos atemos a cualquier regla de la economía", para luego recordar lo que ocurrió en Europa, donde "se establecieron bandas rígidas y después siguió la apertura".

No obstante, horas después voceros de la Casa Rosada dijeron a LA NACION que se trataba de un problema de interpretación y que el Presidente en modo alguno había querido sugerir que se analice un cambio en la política cambiaria. "Para nada está pensando en salir de la flotación. No hay absolutamente ningún proyecto en ese sentido", enfatizaron los voceros.

La aplicación de un nuevo tipo de cambio fijo fue descartada, asimismo, por funcionarios del equipo económico, quienes señalaron a LA NACION que no trabajan, ni piensan, en esa hipótesis.

"Es imposible pensar en una nueva convertibilidad, por ejemplo, de 1 dólar=2 pesos, tanto por las dificultades instrumentales como por lo poco creíble que sería anunciar algo así después de todas las medidas tomadas hasta ahora", sostuvo una fuente del Palacio de Hacienda.

En este sentido, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, recordó durante una entrevista con periodistas de la agencia Reuters que la salida de la convertibilidad fue festejada por los gobiernos de los países más industrializados del mundo, de los que ahora depende obtener una ayuda financiera internacional.

"De todos los ministros de Economía del mundo con los que he hablado, del G-7 (Grupo de los Siete) y países amigos, la primera palabra, la primera expresión fue: `Al fin salieron de la convertibilidad´", dijo Remes.

"Requerimos sí o sí llegar a un acuerdo con los organismos internacionales, en particular con el FMI -agregó-. Estamos convencidos de que la salida de la Argentina va a ser muy difícil sin el acuerdo con el Fondo Monetario."

Dólares y corralito

Duhalde también afirmó que el Gobierno decidió que el dólar debe bajar a $ 1,70 mediante políticas activas del Banco Central, aunque admitió que "hay que esperar más o menos un mes" para que se estabilice la cotización de la divisa.

Durante la reinauguración de una planta frigorífica en la ciudad bonaerense de Salto, Duhalde comentó que el Banco Central intervendrá todo lo necesario en el mercado, sin que eso represente un riesgo de evaporar sus reservas: "En todo el mundo la casa central interviene, y como el nuestro es un mercado muy acotado, no hay riesgo de quedarse sin reservas".

Al referirse a una posible flexibilización mayor del corralito, el Presidente sostuvo: "Importa mucho si vamos a tener a o no ayuda externa, porque si tenemos más musculatura, más espaldas para aguantar, podríamos ser un poco más audaces en su apertura".

"La gente sabe que la plata no está para todos, pero piensa que por ahí está para mí y por ello inician juicios, pero el Estado debe ser sincero y decir que si quieren contar con su dinero no debe venirse abajo el sistema bancario y financiero porque si no pueden perder sus ahorros", explicó.

Duhalde caracterizó las colas en Tribunales para presentar recursos de amparo contra el corralito como "la expresión menos violenta de reclamar", y admitió que si la Justicia resuelve la devolución del dinero es un problema que el Gobierno tendrá que afrontar.

Consultado sobre la actitud del Gobierno ante las reiteradas protestas contra el modelo económico, contestó que "la represión es lo último, porque no se pueden permitir actos delictivos".

"La queja, las cacerolas que se golpean, no tienen porqué tener ningún tipo de represión. Son absolutamente comprensibles." Pero sostuvo que se corre "el riesgo de que esto vaya evolucionando en una espiral de violencia en la cual sea necesario que se ponga orden, porque la gente no tolera la anarquía".

Duhalde reafirmó su disposición "a pilotear esta crisis hasta que la Argentina esté en buen puerto".