Duhalde busca atenuar el clima preelectoral

Eduardo Duhalde festejó ayer sus 56 años en la intimidad familiar que le prodigó la quinta Don Tomás en San Vicente. Esta vez moderó sus definiciones políticas para no profundizar sus diferencias con el presidente Carlos Menem.

La señal fue clara: a 20 días de las elecciones Duhalde no puede tensar su relación con el menemismo. La campaña electoral lo obliga a mantener el equilibrio, a pesar de no compartir alguna definición de Menem.

Esto se evidenció ayer en la quinta Don Tomás donde se realizó una reunión política. Se festejó el cumpleaños del gobernador bonaerense, lo que no impidió que la política se mezclara con los brindis.

El mandatario provincial y su esposa Hilda González (primera candidata a diputada nacional por el PJ bonaerense) rompieron una suerte de silencio político de 24 horas. El matrimonio Duhalde embistió contra la alianza UCR-Frepaso: "No conocen la provincia, lo único que saben es hablar", coincidieron en una extensa charla que mantuvieron ayer con los periodistas, luego del almuerzo familiar.

Al gobernador se lo notó parco a la hora de hablar de su carrera presidencial y del escenario político después de los comicios del 26 de este mes. "Tengo dos años por delante para gobernar", dijo por toda respuesta, a diferencia de sus insistentes afirmaciones de que él es el candidato natural del PJ para 1999.

Asado, torta y foto de familia

"Mamá, vení al lado de mí. Son las tres, la hora en que nací". Aurora, la madre de Duhalde, se acercó a su hijo quien sopló la única vela de la enorme torta de crema que Hilda González, su esposa, aclaró no haber hecho.

Sus hijos, María Eva, Juliana, Analía y Tomás (Agustina estaba en Puerto Madryn), parientes directos y algunos amigos íntimos cantaron el clásico "Feliz cumpleaños".

La familia del gobernador habían compartido un generoso asado y ensaladas varias en la intimidad, que finalizó cuando las cámaras de fotos y los periodistas registraron el final del festejo, en el que no estuvo presente ningún dirigente político.

La remera bordó que vestía Duhalde fue un regalo de Chiche (que también le obsequió zapatos y otras prendas). Al gobernador se lo notaba contento y distendido.

En realidad, a Duhalde le habían organizado un gran festejo en un pueblito bonaerense. Pero la lluvia de anteayer y el encendido clima de campaña terminaron por abortar la idea.

Tomasito (como le dicen a su hijo menor los Duhalde) se fue a jugar al fútbol con sus amigos. Entonces, el gobernador y su esposa hablaron con los periodistas en la casa principal, lejos de la familia.

Duhalde se mostró incómodo cuando sintió que la mayoría de las preguntas lo ponían en la encrucijada de responder dichos del presidente Menem. Eligió la moderación.

"Es una respuesta a un ataque feroz que en forma permanente sufre el Presidente, que es el más criticado", dijo el gobernador al referirse a las duras críticas que hizo Menem contra la alianza UCR-Frepaso.

Para Duhalde la campaña electoral no es "fuerte", con lo que intentó por bajar el tono a los cruces verbales entre los dirigentes. En tanto, su esposa criticó a Graciela Fernández Meijide por "elegir lo peor de los hombres políticos", en alusión a las críticas de la senadora aliancista.

"Soy un ama de casa orgullosa. Serlo es una virtud", dijo categórica Chiche al retrucar a Menem, quien para descalificar a Fernández Meijide dijo que era "sólo un ama de casa". El matrimonio Duhalde también descalificó a los aliancistas -"No tienen ni idea", dijeron, y los vincularon con el "palacio de la corrupción", en alusión al Concejo Deliberante.

Duhalde no definió si coincidía con Menem en el "efecto desestabilizador" que se desatará si la Alianza gana los comicios. Cerca del final su esposa cargó contra Fernández Meijide: "La señora tiene una ética Ôlight´ y para mí hay una sola".

El matrimonio Duhalde se alejó por el jardín. Esta vez la única y categórica diferencia fue material: en el quincho ya no estaba la imponente foto que confundía en un abrazo a Menem y a Duhalde .