¿Dos semanas? El Gobierno asegura que volverán las clases si se liberan camas
Cerca de Fernández dicen que no hay voluntad de prorrogar la medida; el control de la mortalidad guiará la decisión
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La suspensión de las clases en las aulas ¿durará solo dos semanas? La pregunta atraviesa horizontalmente a toda la sociedad y sobrevuela a buena parte de la política, que ingresó en una dinámica de toma de decisiones vertiginosa y conflictiva.
Alberto Fernández dijo “confiar” en que el impasse de 15 días sea suficiente y agregó que hará “todo lo posible” para que los alumnos regresen a la escuela en mayo. Pero la prioridad número uno en el Gobierno es evitar la saturación del sistema de salud. Y ese será el parámetro guiará las decisiones.
“Nosotros esperamos volver a las clases después de estas dos semanas. La voluntad del Gobierno es esa y no tenemos intención de seguir prorrogando la medida. Sabemos que los casos no van a bajar en estos días, pero el principal objetivo ahora es descomprimir el sistema de salud y avanzar con la vacunación”, dijo a LA NACION un importante funcionario que trabaja al lado de Fernández.
El Presidente dijo, tras la fuerte indignación social que generó su decisión: “Haré todos los esfuerzos para que en 15 días la presencialidad escolar pueda volver con más garantías y con más cuidados”. Y agregó: “Son 15 días de shock. Confío en llegar al día 30 de abril y que hayamos ganado tiempo para frenar los contagios y liberar camas”.
En Casa Rosada aseguran que no trabajan con la idea de suspender las clases por tiempo indefinido, como en 2020, aunque sí podría haber nuevas suspensiones más adelante, en un esquema intermitente. Si cumplen su palabra -y las clases vuelven en mayo- probablemente lo harán con un formato distinto. “Vamos a plantear más protocolos y modalidades intermedias”, confió un importante portavoz oficial.
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, se llamó a silencio desde el anuncio del Presidente del miércoles, que lo dejó descolocado. No habló públicamente y tampoco dialogó con los ministros provinciales del AMBA. Solo hizo saber que habrá una reunión “el martes o miércoles”, con la medida en marcha.
Con la intransigencia de Fernández, en la Ciudad albergan la expectativa de que la Corte, en un trámite exprés, haga lugar a su cautelar. Si el camino judicial no prospera, esperan que la suspensión no se sostenga en el tiempo. “El Presidente se comprometió a que esta medida dure solo 15 días”, dijo Horacio Rodríguez Larreta esta semana. Según pudo reconstruir LA NACION, Fernández le habló en tono de expectativa. “Realmente espero que en 15 días podamos volver a clases”, le dijo en la reunión a solas en Olivos.
El jefe de gobierno porteño -que asistió a la reunión con el Presidente tras prepararse toda la mañana para convencerlo- llevó a Olivos propuestas para persuadir a Fernández de tomar una opción intermedia. Le dijo, entre otros puntos, que los contagios entre alumnos se dan sobre todo en adolescentes de secundario y mucho menos en el nivel primario, con la idea de segmentar la medida. Pero no hubo caso.
Tensión
“No sabemos si vamos a volver en 15 días porque no tuvieron en cuenta la evidencia para suspender las clases y no sabemos en qué se van a basar para volver”, desconfiaron en en el ministerio de educación porteño, que conduce Soledad Acuña.
En la provincia de Buenos Aires, principal promotora de las medidas, también aseguraron que la “voluntad política” es volver a la presencialidad en dos semanas, aunque no descartaron repetir la medida. “Hay una decisión política de volver a las aulas en mayo y eventualmente volver a suspender más adelante”, dijo un colaborador que trabaja cerca de Axel Kicillof.
El gobernador fue uno de los primeros en enterarse de las medidas. El Presidente lo llamó el miércoles a la tarde y le contó lo que pensaba hacer, justo cuando Kicillof estaba en un Zoom con intendentes del Frente de Todos. El mandatario provincial celebró la decisión y pidió unos minutos para comentarlo con los jefes comunales. Enseguida volvió a llamar a Fernández y le ratificó el apoyo del oficialismo bonaerense.
El objetivo sanitario
La primera meta del Gobierno es contener la mortalidad, más que dar vuelta la curva de contagios. La aspiración es lograr la liberación de unidades de terapia intensiva destinadas a intervenciones programadas y reorientar esos recursos al Covid. También avanzar con la vacunación de los grupos de riesgo.
Se espera que en las próximas horas arriben al país 864.000 vacunas de AstraZeneca (por Covax) más unas 800.000 Sputnik V, si Rusia cumple lo pactado. Eso es, por ahora, lo que el Gobierno tiene asegurado para abril y le permitiría vacunar por diez días a ritmo sostenido.
“Hay que contener la mortalidad, que se multiplica rápidamente si se satura el sistema de salud. Sabemos que en dos semanas los casos no van a bajar pero aspiramos a desacelerar el ritmo”, dijo a la nacion Analía Rearte, directora de Epidemiología del Ministerio de Salud.
Y agregó: “Con las clases el riesgo individual puede ser bajo o moderado. Pero acá se busca contener el riesgo colectivo, porque las clases implican más de 3 millones de personas circulando. Es el agregado de actividades el problema en esta instancia”.
Un estrecho colaborador del Presidente resumió: “Podemos pagar el costo político de la suspensión de clases. Lo que no podemos admitir es que se apilen los muertos en la puerta de un hospital”.
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