Dos privados manejarán los trenes de TBA
Unidad de emergencia de Metrovías y Ferrovías
El variopinto mundo ferroviario argentino sumará algunas otras estructuras desde el día mismo en que se publique el decreto mediante el cual se desplace a Trenes de Buenos Aires (TBA) como concesionario de los ramales Sarmiento y Mitre.
Según los dichos del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, la operación quedará en manos de una unidad de emergencia que será conformada por Metrovías y Ferrovías, las otras dos concesionarias que aún se mantienen en pie.
Desde ese momento, los 4480 empleados que trabajan en TBA pasarán a ser empleados públicos. ¿Quién será efectivamente el empleador de estos miles de ferroviarios? No se sabe demasiado sobre el punto. Pero hay antecedentes. En las estatizaciones de los ramales Roca, San Martín y Belgrano Sur, antes explotadas por Trenes Metropolitanos, la fórmula que se utilizó fue rescatar una vieja sociedad (Belgrano Sociedad Anónima) y hacerla empleadora de toda la planta de trabajadores. Si se usara el mismo esquema, esa empresa deberá absorber 280 trabajadores de la Asociación de Señaleros Ferroviarios Argentinos (ASFA), 3034 de la Unión Ferroviaria, 663 de La Fraternidad y 503 fuera de convenio.
Lo que está claro es que la responsabilidad laboral y el costo de pagar los sueldos quedarán en cabeza del Estado, tal como sucede en las líneas San Martín, Belgrano Sur y Roca. Esos tres ramales, por caso, insumieron para el fisco un cheque en 2011 por $ 1867 millones para pagar los sueldos de los cerca de 10.000 empleados que trabajan allí. De esa cifra no hay un solo peso que se destine a inversión, mantenimiento o gastos. Todos son sueldos. Y sólo para ponerla en perspectiva, de 2010 a 2011, según datos de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) aumentó un 66 por ciento, al pasar de 1125 millones a 1867 millones de pesos.
Millones para todos
Esos tres ramales están operados por la Unidad de Gestión Operativa de Emergencia Ferroviaria (Ugofe). Esta sociedad no es estatal sino que está compuesta por TBA –será excluido, según dijo De Vido–, Ferrovías y Metrovías. Las tres manejan una empresa en la que las responsabilidades laborales, la infraestructura, el material rodante y el dinero para soportar todos los gastos son aportados por el Estado. La Ugofe cobra un fee para correr los trenes y aporta a esta estructura estatal algunos funcionarios técnicos.
Este esquema nació en la emergencia, como una solución de corto plazo, pero aún se mantiene.
Nunca se explicó demasiado por qué si el Estado tiene responsabilidades, empleados y material rodante no opera por sí estos ferrocarriles. Más aún cuando también tiene otras dos sociedades públicas que bien podrían cumplir esa función.
Por caso, la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado, que el año pasado recibió aportes estatales por 48,1 millones de pesos, está creada para correr trenes. Pero jamás se ocupó de los ferrocarriles metropolitanos. Por ahora el Estado prefiere pagarles a los privados por esta tarea. En enero pasado pagó por ese trabajo 108 millones de pesos. Y desde 2003, el dinero que se aportó a esa caja llegó a 957 millones de pesos. El esquema se volverá a reeditar con tres ramales más.
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