Dos argentinos enamorados, Silicon Valley y una idea para revolucionar la política
Santiago Siri y Pía Mancini fundaron una organización en Estados Unidos que busca reinventar la democracia con la ayuda de Internet
El es Santiago Siri. Ella es Pia Mancini. Los dos tienen un objetivo descomunal: revolucionar la política en el mundo entero. Y aunque la idea puede sonar un poco loca, el mundo escuchó. Hoy, después de haber transitado un camino que empezó en una oficina de Buenos Aires allá por 2012, los dos argentinos trabajan en Silicon Valley –la meca tecnológica en Estados Unidos donde viven Facebook, Google, y (casi) todo lo que usamos día a día- y fundaron una organización sin fines de lucro que quiere reinventar la democracia con la ayuda de Internet. ¡Ah! y también están enamorados.
La premisa es la creación de nueva tecnología para darle todo el poder al ciudadano en la toma de decisiones y dejar atrás la política de representación más tradicional. Según ellos, la intermediación política es cosa del pasado y ya no sirve. “Planteamos una tesis futurista de proponer a la Internet como una jurisdicción planetaria, con tecnología descentralizada. No trabajamos con políticos, no le vendemos a los gobiernos y nunca lo haríamos. Lo nuestro es empoderar al ciudadano y no al burócrata”, señaló Siri en diálogo con LA NACION desde su casa en San Francisco. Y agregó: “El político es un intermediario que no está persiguiendo el interés ciudadano sino su lugar en la burocracia estatal”.
El living es su lugar de trabajo. Ella, politóloga, en su escritorio, y él, encargado del código, en el suyo. Eso era así al menos hasta hace unos 10 meses, hasta que llegó Roma, su hija. Ahora quizás las cosas no son tan estructuradas. Eso sí, ella (todavía) no tiene su escritorio.
Apoyados por una organización que financia startups en todo el mundo y por donaciones, Siri (33) y Mancini (34) crearon la Democracy Earth Foundation, donde unas ocho personas de distintas nacionalidades trabaja en un sistema de votación centrado en dos puntos: por un lado, está basado en la misma tecnología que utiliza Bitcoin (la moneda virtual descentralizada y sin autoridad central) que se supone otorga mayor seguridad al proceso y la posibilidad de ser auditable por cualquier individuo.
Por el otro, impulsan lo que llamaron “la democracia líquida”, que consiste en la posibilidad de elegir a un conocido de confianza (amigo o familiar, por ejemplo) para que vote por uno mismo en un tema determinado en vez de elegir a un representante al modo tradicional como sucede hoy. Por ejemplo, si en una provincia se tiene que votar la autorización a una minera para que empiece a trabajar, el ciudadano que siente que no está capacitado en el tema puede delegar su voto en alguien de su confianza que sí conozca la temática.
Actualmente la fundación está llevando adelante un piloto del plebiscito que tendrá lugar en Colombia el domingo en el que la ciudadanía votará a favor o en contra del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC. En este caso, según contó Siri, se convoca a los colombianos que estén fuera de su país y que no cuenten con “la plenitud de sus derechos cívicos por estar lejos”.
El proyecto de la pareja tuvo su primer paso en el Partido de la Red, que lanzaron Santiago y Pía en la Argentina y que hasta se presentó a elecciones legislativas en 2013, aunque no logró superar el mínimo legal del 1,5% de los votos que prevén las primarias. En ese espacio se creó DemocracyOS, que consiste en una plataforma donde la ciudadanía puede votar los proyectos de ley que se presentan en la Legislatura porteña. Si el Partido de la Red ganaba un escaño, el legislador debía votar de acuerdo al resultado de la votación en esa plataforma. Para llamar la atención del electorado, ese año hicieron campaña paseando un caballo de Troya por la Ciudad de Buenos Aires.
Y en esas épocas de emprendedorismo porteño fue que empezaron a salir. Se conocían desde que los dos llegaban al fin de la adolescencia, pero ella salía con un amigo del hermano de él. Fue recién cuando Siri la convocó en plena creación del Partido de la Red que “una cosa llevó a la otra” y surgió el amor. “Me tuve que inventar un partido para levantármela”, bromeó, antes de calificarla como la “mejor compañera posible” en una tarea que “te consume la vida”.
La ambición es grande y ellos lo saben, pero están convencidos de que los dos pueden lograr sus objetivos en la política. Mitad en broma y mitad en serio, Siri lo definió con una frase que le provocó una carcajada: “Si Perón y Evita y Néstor y Cristina pudieron, ¿Por qué nosotros no?”.