Aportó Alemania pruebas de coimas
Una investigación judicial en Munich permitiría probar el pago de coimas por parte de una de las más importantes empresas alemanas a un abogado de la Armada Argentina para la construcción de una lancha patrullera.
Ese material –más de 1200 páginas de documentos– ya fue enviado al juez federal argentino que lleva el caso, Ariel Lijo.
Correos electrónicos, cartas reservadas enviadas al ex presidente Néstor Kirchner y al ministro de Planificación, Julio De Vido, y memorandos de la empresa alemana permiten desentrañar el mecanismo de pagos ilegales de la firma Ferrostaal.
El principal sospechoso es un ejecutivo en la Argentina de la empresa alemana, Gustavo Frers, acusado de haber pagado en 2008 coimas por cientos de miles de euros al abogado de la Armada Osvaldo Parrinella, identificado como Goldlocke (rizos de oro) por su rubia cabellera y su manía de peinarse a cada rato.
Los documentos provinieron de la fiscalía de Munich, que los envió al juez federal Ariel Lijo, el mismo que interviene en el caso Siemens, originado en la misma fiscalía alemana. A partir de la publicación del affaire en la prensa alemana y la argentina, y de una denuncia del Ministerio de Defensa, Lijo envió un exhorto a Alemania a mediados del año pasado. Esta semana le enviaron tres carpetas que serán traducidas y el juez podría así indagar a algunos sospechosos.
El pago indebido se habría realizado pese a que
un ex agente del servicio secreto alemán le advirtió al entonces presidente de Ferrostaal Matthias Mitscherlich, en un mail enviado desde la Argentina en septiembre de 2005, sobre la necesidad de trabajar "sin el corrupto Parrinella".
El comienzo del caso se remonta a junio de 2005, cuando el entonces canciller alemán Gerhard Schröder le escribió al presidente Néstor Kirchner una carta en la que sugiere "una posible cooperación" de ambos países "en el campo de la tecnología militar marítima". Dado el interés de la Armada en incorporar lanchas patrulleras de alta mar, existían empresas alemanas interesadas en adjudicarse la construcción de las embarcaciones, incluyendo a Ferrostaal. "Nos alegraríamos de una decisión favorable a un oferente alemán", le escribió Schröder a Kirchner.
En enero de 2006, Klaus Lesker, directivo de Ferrostaal, le escribió al ministro de Planificación, Julio De Vido, dado su interés en visitarlo pronto, y anexó una carta de intención firmada por el Astillero Río Santiago y las firmas alemanas Ferrostaal y el astillero Fassmer para la construcción de las lanchas patrulleras, un negocio para el que la Armada tenía un presupuesto de unos US$ 120 millones. La acusación alemana añade que no se concretó la concesión. Sin embargo, sí se logró, con la intermediación de Ferrostaal, un contrato de 3,5 millones de euros por el cual el astillero Fassmer le vendió a la Armada Argentina el diseño de las embarcaciones.
"Para intermediar en el contrato, el acusado Erbslöh [director ejecutivo del área de construcción naval de Ferrostaal] sobornó, con la ayuda del ex director de Ferrostaal Argentina Gustavo Frers, al alto funcionario Parrinella, un argentino que sería llamado Goldlocke. Con Parrinella se involucra a un trabajador de la Armada, nombrado por el Ministerio de Defensa, para preparar la decisión del Ministerio, especialmente en el rubro de las compras", afirma la causa alemana, que LA NACION pudo revisar.
"El dinero [unos 218.000 euros] fue girado por el acusado Harald Fassmer a una cuenta de Gustavo Frers y entregado por Gustavo Frers a Parrinella en efectivo. Este habría llevado el dinero del soborno, luego del descuento de su porcentaje, a otros tomadores de decisión en la Armada, como por ejemplo el almirante de dos estrellas Leprón y un capitán de mar con el nombre de Palma", añade el expediente alemán. En la causa argentina están identificados como el contralmirante Juan Carlos Palma y el vicealmirante retirado Gustavo Leprón.
Parrinella también habría cobrado dinero para promover proyectos de construcción de lanchas patrulleras en Chile y Colombia. Para ese cometido, se le pagaron 135.000 euros a la firma Wiler, con sede en Uruguay, que sería propiedad de Parrinella, según una auditoría encargada por la propia Ferrostaal a la firma norteamericana Debevoise & Plimpton
El otro detalle llamativo es que, según la auditoría, el presidente de Wiler es Roberto Perasso, un argentino que también es vicepresidente de la firma Ferroexport, cuyo presidente es Roberto Smiraglia, que también fue titular de Ferrostaal Argentina hasta mayo pasado.
Ferrostaal dijo, ante la consulta de LA NACION, que colabora con el caso, en tanto que en la Armada no se obtuvo respuesta.
CLAVES DE LA CAUSA
- Contrato . La Argentina acordó con Chile construir lanchas patrulleras. La tecnología se la compraron a la empresa Fassmer, de Alemania
- Sobornos . La empresa alemana Ferrostaal se ofreció para construir las lanchas. Pero sólo quedó en pie la venta de los planos.
- Causa alemana. La fiscalía de Munich empezó a investigar ante la sospecha de que se pagaron sobornos y consiguió los documentos que lo prueban e involucran a oficiales retirados de la Armada y empresarios.
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