Documento: los pagos del Gobierno a la agencia de lobby que gestionó la llamada de Alberto Fernández a Joe Biden
WASHINGTON.– El contrato, por casi dos millones de dólares, tiene una duración de un año, y se firmó en medio de la negociación por la deuda con los bonistas. El objetivo estipulado fue "mejorar y profundizar" las relaciones con el gobierno de Estados Unidos. Alberto Fernández sumó a una de las principales firmas de lobby de Washington, Arnold & Porter, para avanzar su agenda, y los primeros documentos oficiales sobre ese trabajo revelan tres gestiones del bufete en nombre de la Argentina, un esfuerzo que a veces corrió por andariveles paralelos a la embajada argentina.
Por su trabajo para el Gobierno, la firma cobra una tarifa mensual de 125.000 dólares, y recibe otros 36.000 dólares que destina a una agencia de comunicación estratégica, Glover Park Group. El contrato y esos pagos que la firma recibe del Gobierno, además de sus contactos políticos y con autoridades del país de la firma en nombra de la Argentina quedaron registrados en presentaciones al Departamento de Justicia, un requisito que debe cumplir la industria del lobby que camina los pasillos del poder político y económico de Estados Unidos.
Desde mediados del año anterior hasta fines de enero, la firma realizó tres gestiones en nombre de la Argentina, según consta en documentos a los que accedió LA NACION: una en el Congreso, otra con la Reserva Federal de Nueva York, y la última –a primera vista, las más importante– con el equipo de transición del entonces presidente electo, Joe Biden, en noviembre, para montar la llamada telefónica con Alberto Fernández, que ocurrió el pasado 30 de noviembre. Esa llamada ya había sido gestionada por la embajada argentina.
La gestión ante el Congreso, en junio y julio del año anterior, se hizo para cursar invitaciones por correo electrónico al Comité de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara de Representantes, y solicitar la participación de dos senadores, Jim Risch y Bob Menendez, en un video conmemorativo del 26º atentado contra la AMIA. La tercera gestión, a principios de julio de 2020, en medio de las negociaciones por la deuda, fue para establecer una llamada entre el embajador argentino, Jorge Argüello, y un funcionario de la Reserva Federal de Nueva York, que no aparece identificado.
Cuatro correos
Uno de los documentos indica que entre el 8 y el 29 de noviembre hubo cuatro contactos de Arnold & Porter, todos por correo electrónico, con un miembro del equipo de transición de Biden. El motivo de los cuatro contactos fue el mismo, según consta en una presentación: "Solicitud para establecer una llamada entre el Presidente Electo Biden y el Presidente Argentino Alberto Fernández". Fernández y Biden hablaron al día siguiente del último contacto, el 30 de noviembre. Fue la primera conversación entre ambos desde la elección presidencial en Estados Unidos en la que triunfó Biden contra Donald Trump.
Al frente de esa gestión estuvo una de las principales figuras de Arnold & Porter, Tom Shannon, embajador retirado de Estados Unidos, quien llegó a ser el número tres del Departamento de Estado durante la presidencia de Barack Obama, y tuvo a su cargo los vínculos con América Latina entre 2005 y 2009, con George W. Bush, primero, y luego con Obama, cuando Biden era vicepresidente. Shannon, un diplomático con llegada a republicanos y demócratas, y uno de los que más conoce a la región en Washington, tejió vínculos con Néstor y Cristina Kirchner durante los gobiernos de Bush y de Obama, y se sumó a la firma a mediados de 2018, tras dejar atrás una larga carrera en el Departamento de Estado.
Shannon se comunicó en ese momento con Amanda Sloat, quien ahora trabaja en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, pero el equipo de transición respondió que ya estaba en contacto con la embajada, según indicó el sitio Politico y ratifican en el gobierno argentino.
Los contactos con funcionarios norteamericanos son solo una fracción –muy minoritaria, remarcan en el Gobierno– del trabajo de la firma. En Estados Unidos, los lobistas deben informar sobre sus contactos oficiales en nombre de otros países, pero están exentos de revelar sus gestiones con actores privados. En el Gobierno ponderan los aportes de Arnold & Porter durante la negociación con los bonistas. Además, señalan que opera en otros frentes, como la liberación de las trabas para las importaciones de biodiésel argentino, y que es común que los gobiernos extranjeros se respalden en lobistas.
"Es un carnet de conducir", graficó una fuente oficial, en referencia al papel que cumple el bufete para transitar los pasillos del poder político y económico en Estados Unidos.
El contrato fue firmado Juan Usandivaras, presidente de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, que depende de la Cancillería. Arnold & Porter dijo en una de sus presentaciones que brinda "asesoramiento estratégico" en comercio internacional, oportunidades de inversión y asuntos financieros, en "cuestiones de comercio internacional relacionadas con el sector agrícola", oportunidades de inversión extranjera y financiación en diversos sectores, y "cuestiones relacionadas con la deuda".
Por sus gestiones, Arnold & Porter cobra honorarios mensuales de US$ 125.000 del gobierno nacional. La firma le paga además 36.000 dólares a The Glover Park Group, una empresa de relaciones públicas. Otro documento indica que Arnold & Porer contrató a otra empresa, Ferox Strategies, en nombre de Ecuador y de la Argentina para "proveer servicios legislativos y de políticas públicas" y "representación en asuntos de gobierno ante el gobierno federal de Estados Unidos en nombre de Ecuador y la Argentina". Ferox cobrará una tarifa plana de 110.000 dólares por cuatro meses de trabajo entre enero y mayo, según indica el documento.
Arnold & Porter trabaja con otros países, como Israel, Corea del Sur, Micronesia, y también tiene entre sus clientes al gobierno interino de Juan Guaidó de Venezuela.
La AMIA
Además de los contactos por la llamada de Fernández con Biden, los documentos brindan detalles de las otras gestiones. A finales de junio, se enviaron tres correos electrónicos con invitaciones al Congreso por la conmemoración del atentado contra la AMIA.
El 6 y el 7 de julio, hubo otros dos contactos a través de correo electrónico con la oficina del senador republicano, Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, para invitarlo a participar del tributo. El 8 de julio hubo otro contacto, telefónico, con un miembro del equipo del mismo comité para solicitar la participación en el mismo video del senador demócrata, Bob Menendez, una de las figuras más influyentes en el Capitolio en relación con América Latina.
El video, de casi 31 minutos, fue difundido por la embajada y la Cancillería para el 26º aniversario del atentado a la AMIA. Menendez participó con un mensaje grabado en un video que fue incluido en el tributo; Risch, no. Otras figuras que también conmemoraron el nuevo atentado del ataque terrorista fueron el entonces secretario Interino para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Michael Kozak, y los congresistas Michael McCaul y Eliot Engel, quien ya dejó la Cámara baja tras perder la última elección.
Además de esas dos gestiones, la firma se comunicó por teléfono y por correo electrónico el 9 de julio último con la oficina de la Reserva Federal del Banco de Nueva York para coordinar una "potencial llamada" entre un funcionario de la institución y Argüello.
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