El albertismo respaldó al Presidente, pero hizo catarsis y le reclamó “más relato” al Gobierno
Convocados por Rossi, consejero de Alberto Fernández, desfilaron en Rosario ministros, legisladores y pensadores; hubo mensajes al kirchnerismo para que cese el internismo
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ROSARIO.- Un sector del Frente de Todos, alineado con Alberto Fernández, y con el exministro Agustín Rossi como anfitrión, exhibió hoy su respaldo al Presidente tras una semana ríspida en la coalición de gobierno, cruzada por fuertes críticas del entorno de la vicepresidenta Cristina Fernández a funcionarios del Gabinete. Los dirigentes que se reunieron en Rosario hicieron una catarsis política y admitieron que sin unidad el peronismo no tiene ningún futuro en 2023. “Dejemos de mirarnos el ombligo y pensemos en lo importante, que es dar soluciones”, planteó Rossi al final.
El espíritu de la reunión pretendió encontrar un relato de la gestión de Alberto Fernández, que hasta ahora –según coincidieron varios expositores, entre ellos la escritora María Esperanza Casullo - nunca apareció. Esa fue una de las autocríticas dentro del propio espacio del kirchnerismo que se pretende armar en torno al Presidente: no hay mística para seducir a la población ni al electorado. “Nos autoflagelamos”, ensayó el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi.
En la mesa de los “intelectuales”, el escritor y filósofo rosarino Juan Gianni destacó como otro capítulo de la autocrítica que esta es una fuerza política que “disimula sus virtudes y exalta sus defectos. Esto no se vio nunca en un partido político en el mundo”, apuntó con ironía. Mientras que Ricardo Forster, uno de los creadores en 2008 de Carta Abierta, reconoció que “hay que recuperar el entusiasmo, porque la política es celebración y es sentir la alegría de dar la pelea. Por eso discutimos cómo lo hacemos, porque las derechas se ponen de acuerdo para arruinar a la gente”.
Durante más de seis horas, desfilaron por el escenario en el Patio de la Madera en Rosario, que exponía el lema “presente y futuro”, decenas de dirigentes de distintas provincias, y algunos referentes del gobierno nacional, entre ellos, uno de los que acapara las críticas desde el cristinismo, como el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, que no concurrió de forma presencial al acto sino que lo hizo a través de zoom. Vestido con una remera blanca, Kulfas admitió que “es un momento difícil para el Frente de Todos, pero en un contexto donde la economía está dando claras señales de recuperación”.
Desde su casa, el ministro de Desarrollo Productivo no podía sentir el intenso calor que hacía en el salón que está ubicado en el centro de Rosario, que desde las 14 estuvo repleto de dirigentes de distintos puntos del país y sobre todo de los barrios rosarinos. El ambiente recreado no fue de un acto clásico –sin el folklore de los bombos y cánticos-, sino que todos los asistentes estaban sentados y escuchaban a los expositores que desfilaban por el escenario. El problema era el calor y la humedad, por lo que con el correr de las horas la gente empezó a salir al parque a tomar aire fresco. Sólo al final, después del discurso de Rossi, se cantó la marcha peronista.
El jefe del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, Germán Martínez, que actuó de local, fue uno de los primeros que habló sobre el amplio escenario, donde había una pantalla led donde se repetía la frase “presente y futuro”. “El movimiento nacional y popular es más importante que sus partes. Son tiempos difíciles para pensar la política, pero qué vamos a hacer. ¿Nos vamos a quedar escondidos?. Nacimos para protagonizar cada uno de los debates que hay en Argentina”. “Necesitamos escucharnos mucho más que bajarnos línea”, dijo Martínez.
El clima empezó a calentarse a nivel discursivo cuando empezó a caer la tarde. Y comenzaron a desfilar los miembros del gabinete nacional. Uno de los más exaltados fue el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, que recordó: “Yo hacía pintadas en el barrio contra el FMI. Pero nos votaron para resolver y salir de las pandemias de (Mauricio) Macri y del covid”. El ministro dijo que “están demasiados lastimados los argentinos para seguir golpeándonos entre nosotros. Dejemos de hablar de nosotros y hablémosle a los argentinos”.
A su vez Cecilia Todesca, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, presentada como una “ricotera de pura cepa”, blanqueó que estaba nerviosa por hablar frente a un público numeroso. “Tenemos que ir por más, pero no de cualquier manera. No se puede tirar plata desde un helicóptero. El problema de la economía argentina tiene que ver con que la argentina crece y se queda sin dólares”, señaló. Aclaró que el gobierno “no sólo necesidad de unidad sino cohesión, de creer en la posibilidad de transformar la Argentina”.
Por su parte Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica de la Nación, advirtió como Todesca que el público le generaba nerviosismo, pero enseguida desplegó otro capítulo de autocríticas. “Mostrarle alguna división a un pueblo es imperdonable. No nos lo permite la historia. Si discutimos entre nosotros no podemos mostrar lo que hacemos”, advirtió.
“Nos ponemos a comentar la realidad y nosotros estamos para transformar la realidad”, planteó a su turno el ministro Ferraresi, quien consideró que “hay 2023 si se logra que los argentinos vivan mejor”, pero para eso, agregó, hay que reconstruir la unidad con agenda”. “Pero a veces nos gusta autoflagelarnos”, apuntó el vicepresidente del Instituto Patria kirchnerista, ahora alineado en el albertismo.
Pasadas las 19, Rossi cerró el acto. Y fue claro a la hora del diagnóstico. “El problema hoy no son los militantes sino en la dirigencia. Los peronistas vamos a generar otro fenómeno electoral para ganar en 2023. La pandemia nos hizo perder el contacto entre los militantes pero también la perspectiva”, dijo. Rossi repasó los períodos del kirchnerismo más duros desde el 2003 y lo comparó con el proceso pospandemia.
“Hay que ver el vaso completo. No hay que subsumirse en la ansiedad de ver el vaso medio vacío. Tenemos un problema de relato, porque los voceros del vaso medio vacío son más fuertes”, aseguró. “Sólo hablamos de lo que falta y no de lo que se hizo. No tenemos relato y comunicamos mal. Necesitamos comunicar con un disparo de carabina, con precisión. No con perdigones de una escopeta, porque tenemos un sistema de medios concentrado que no perdona”, esgrimió el organizador del acto.
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