Diputados: en un clima de tensión contenida, oficialistas y opositores repudiaron el atentado contra Cristina Kirchner
Primó el rechazo al ataque contra la vicepresidenta antes que la pelea partidaria; la izquierda y los libertarios no acompañaron la iniciativa; el bloque de Pro se retiró del recinto
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En un clima de tensión contenida, el oficialismo y buena parte del arco opositor de la Cámara de Diputados aprobaron este sábado un proyecto de resolución en el cual expresaron su repudio al intento de magnicidio contra Cristina Kirchner. Luego de aprobada la iniciativa, el bloque de Pro se retiró del recinto en desacuerdo con la decisión del resto de las bancadas –incluso de sus socios en Juntos por el Cambio- de pronunciarse en el recinto sobre el ataque a la vicepresidenta.
La actitud de Pro –que tampoco contribuyó al quorum en el recinto, a diferencia del resto del interbloque- preanuncia un nuevo capítulo de tensiones internas dentro de Juntos por el Cambio. El jefe del bloque macrista, Cristian Ritondo, fue el encargado de explicar el motivo de su retirada.
“No es la calle, ni el recinto, el lugar para determinar los culpables de un delito. Es el Poder Judicial el único que tiene el deber de investigar, juzgar y condenar”, enfatizó. “En nosotros van a encontrar una vía institucional para trabajar por más democracia y libertad, pero no para escuchar esta acusación a la Justicia, a los medios y a la oposición política, que ha demostrado la madurez suficiente en los discursos de la no violencia, que es lo que la caracteriza”, enfatizó Ritondo, en crítica alusión al discurso que pronunció el presidente Alberto Fernández por cadena nacional.
La postura de Pro no tiene otra explicación que la presunción de que el oficialismo iba a hacer un uso político de la sesión para pronunciar fuertes diatribas contra el expresidente Mauricio Macri, la presidenta de Pro, Patricia Bullrich –quien no se pronunció sobre el ataque a la vicepresidenta-, como también contra la Justicia y los medios de comunicación. “Los kirchneristas van a hacer del recinto un circo romano para lapidarnos”, advertían los más duros de la bancada macrista.
Finalmente, ese peligro no se consumó: previo a la sesión el Frente de Todos aceptó morigerar el tono de su proyecto original –en el que hacía alusión a los “discursos del odio” y la responsabilidad mediática, política y judicial- para adoptar una redacción menos irritante para la oposición. Reunidos en Labor Parlamentaria, Juntos por el Cambio propuso aprobar el texto de repudio al atentado que habían suscripto los senadores a última hora del jueves pasado, pocas horas después del ataque a la vicepresidente. El oficialismo accedió.
El texto de la declaración
Tras algunos retoques en la redacción, el texto aprobado fue el siguiente: “La Honorable Cámara de Diputados de la Nación expresa su enérgico repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta y dos veces presidenta de la Nación Doctora Cristina Fernández de Kirchner”.
“Además, manifestamos nuestra absoluta solidaridad con la Señora Vicepresidenta y su familia. Exigimos el pronto y completo esclarecimiento y condena a los responsables de este hecho lamentable, que empaña la vida en democracia. Exhortamos a la dirigencia toda y a la población a buscar todos los caminos que conduzcan a la paz social”.
El macrismo, si bien avaló la redacción final, no salía de su desconfianza sobre la dinámica adoptaría la sesión. Insistió en que la resolución se votara al final del debate para condicionar su voto a que los discursos no se salieran de cauce. No tuvo suerte: ni siquiera sus aliados de Juntos por el Cambio acompañaron su pedido. Fue entonces cuando el bloque que conduce Ritondo decidió que se retiraría no bien se votara la resolución.
“El bloque radical decidió permanecer en nuestras bancas porque, ante un hecho de tanta conmoción, nuestra voz no podía quedar ausente –explicó un encumbrado diputado radical-. Nosotros (durante la gestión de Raúl Alfonsín) lo sufrimos en carne propia con los alzamientos carapintadas y allí estuvo (Antonio) Cafiero (jefe del PJ) para respaldar al gobierno. Es una cuestión de responsabilidad”.
Los discursos
Finalmente, contrario a lo que presumían en el macrismo, las dos horas de sesión transcurrieron de manera ordenada y en paz. Cecilia Moreau, debutante en la presidencia de la Cámara de Diputados, respiró aliviada: el acuerdo tácito entre los bloques –sobre todo en el oficialismo- fue evitar cualquier desborde que dejara malparada a la Cámara de Diputados tras la conmoción vivida el jueves pasado.
“El ‘Nunca Más’ es patrimonio de todos los argentinos, nos exige cerrar brechas, y trabajar en la construcción democrática, republicana y federal”, arrancó el diputado cordobés Carlos Gutiérrez (Córdoba Federal).
El oficialismo aplaudió: la bancada que conduce Germán Martínez tuvo asistencia casi perfecta pese al día inhabitual de sesión. No asistió Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta. Martínez lo justificó luego, pasada la sesión. “Pasó un momento muy difícil con su madre, ¡cómo iba a venir!”, explicó.
Los discursos de la oposición, salvo algún párrafo subido de tono de Myriam Bregman y de Javier Milei (La Libertad Avanza), mantuvieron un tono moderado. En un momento se desató un chisporroteo cuando José Luis Espert (Avanza Libertad), de palabra afilada, tomó la palabra.
“Aquellos que hablan de discursos de odio no tienen la menor idea de lo que dicen. Lean la Comisión Americana de Derechos Humanos, artículo 13 inciso 5 para saber lo que es un discurso de odio. Discurso de odio es cuando se dice que la prensa trata de socavar a un gobierno elegido por el pueblo, cuando se dice que los productores agropecuarios son oligarcas que no trabajan para la Argentina”, exclamó Espert, quien sentenció: “Si Cristina tiene que terminar presa, que así sea porque lo definirá la Justicia.”
Desde las bancas kirchneristas se escucharon algunos abucheos que no pasaron a mayores. Los discursos de Rodrigo De Loredo (Evolución Radical) y de Mario Negri (UCR) bajaron los decibeles.
“Acepten nuestro acompañamiento, nuestra solidaridad, porque a veces siento que prefieren no hacerlo”, enfatizó De Loredo (Evolución Radical). “Si Raúl Alfonsín ocupa un sitial moral es porque siempre tuvo un discurso de unidad y pacificación”, exclamó.
El jefe del bloque radical, por su parte, remarcó que, en esta instancia de conmoción y “frente a un hecho aberrante no debe haber distinciones entre oficialismo y oposición”.
“Estos eventos imprevisibles y siniestros tienen que congregar a todos los demócratas para los que la violencia no puede ser legitimada como método político. La divisoria es entre demócratas y no demócratas –exclamó-. El discurso que enuncia que ‘el violento es el otro´ es puro cinismo, es mirar la viga en el ojo ajeno. No ayuda, no es sincero, no construye”.
Cerró el debate el jefe de la bancada oficialista. “No estamos en presencia de un hecho policial, estamos presencia en un hecho político, mejor dicho, de un acontecimiento político que irrumpe con tal nivel de magnitud que las cosas no son iguales, y las cosas no van a ser iguales en la Argentina después de lo que le pasó a Cristina”, sostuvo Martínez, quien instó a sus colegas a “no tener miedo del debate político”. “Qué ámbito más propicio que este recinto: no hubiera sido lo mismo un comunicado, una foto en una escalera, una mención en redes sociales estamos en el lugar que tenemos que estar, el recinto, diciendo lo que tenemos que decir”, sostuvo.
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