Diputados. El bloque libertario trató de exhibir cohesión mientras siguen los ruidos internos por la visita a represores en Ezeiza

El bloque oficialista en la Cámara de Diputados logró movilizar a su tropa, trató de exhibir cohesión, pero continuaron los roces internos por la visita a represores detenidos que seis de sus diputados realizaron hace algunas semanas. Cruzado por reproches y denuncias, los libertarios priorizaron su agenda legislativa por sobre sus diferencias. No obstante, hubo gestos de distanciamiento que no pasaron desapercibidos.

Antes de que se aborden los proyectos del temario, el presidente de la Cámara, Martín Menem, logró evitar que la izquierda y el kirchnerismo se apartaran del reglamento para votar la expulsión de la media docena de libertarios que fueron a Ezeiza, una iniciativa de la diputada de Unión por la Patria, Gisela Marziotta. Lo curioso fue que si bien no se aprobó esta votación -salió denegada por 121 legisladores contra 102 a favor-, Rocío Bonacci (La Libertad Avanza), votó a favor se su propio corrimiento.

Bonacci es una de las referentes del oficialismo que se trasladó al penal de Ezeiza para reunirse con represores condenados por violaciones y torturas. No obstante, acusó a su compañero de bloque y organizador del evento, Beltrán Benedit, de realizar una convocatoria “engañosa”. Junto a su colega Lourdes Arrieta, condenaron la visita y ésta última denunció por coacción agravada, abuso de autoridad, malversación de fondos y violación de los deberes de funcionario público a dirigentes y compañeros libertarios.

A diferencia de la semana pasada, la legisladora Arrieta no apareció en el recinto con el Nunca Más -el informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep)- y la diputada Bonacci llegó al recinto a horario. La legisladora santafecina, que el miércoles pasado no dio quorum y amenaza con irse del bloque desde que Oscar Zago (exlíder del oficialismo) pegó el portazo, argumentó que la razón de su demora fue un vuelo cancelado e inconvenientes con el tráfico. Sin embargo, sus compañeros de bancada desconfiaron de sus intenciones.

Si bien el bloque libertario actuó en virtual sintonía, los gestos para diferenciarse se multiplicaron. Por caso, cada vez que un legislador de la oposición hizo una cuestión de privilegio contra la media docena que visitó a Alfredo Astiz, las diputadas Bonacci, Arrieta y Marcela Pagano escucharon atentamente. No se plegaron a su bloque cada vez que sus colegas aplaudieron o gritaron para continuar con el temario y sortear los cuestionamientos. Funcionaron amalgamadas en una bancada atravesada por las internas.

Denuncia e investigación

Arrieta presentó un escrito de 30 páginas el viernes pasado en el Juzgado Federal de La Plata a cargo de Ernesto Kreplak. En el texto, al que accedió LA NACION, hay un apartado especial en el que la diputada se refiere a Astiz. Hizo un pedido de “protección” para ella y su familia después de haber denunciado amenazas que dice haber recibido tras conocerse públicamente la visita a la cárcel.

Previamente, Bonacci admitió durante una entrevista a un canal televisivo de Rosario que fue “engañada” al penal de Ezeiza y sugirió que Menem estaba al tanto de la visita. Arrieta, además, presentó un proyecto para crear una comisión investigadora de los hechos.

Es la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, liderada por la diputada Silvia Lospennato (Pro), que está convocada para mañana a las 12.30. Será el lugar donde oficialismo y oposición definirán si a los seis libertarios les cabe algún tipo de sanción disciplinaria por este hecho. No obstante, la materialización de esta reunión no está confirmada: si se cumplen las más de 30 horas de debate, se superpondrá con la sesión en marcha y con la que se convocó para abordar el DNU 656/2024.