Diez figuras que marcaron a fuego la era kirchnerista
Los protagonistas de los episodios más recordados y los autores de las frases más controvertidas de la gestión que termina
El gobierno que se va será difícil de olvidar. Por los índices ocultos de pobreza, el cepo al dólar y la inflación. Por las causas de corrupción todavía abiertas, como el caso Hotesur , el expediente de la ex Ciccone o el enriquecimiento ilícito de la Presidenta y sus ministros. Por las cadenas nacionales, 6,7,8 y su mística militante. Por su belicosa relación con la oposición, la Justicia y los medios de comunicación. También por medidas celebradas por todo el arco político, como la Asignación Universal por Hijo y la estatización de YPF.
Sobran los motivos.
La era "K" también fue la suma de pequeños episodios inolvidables y frases indelebles. Sus protagonistas, funcionarios militantes que mostraron obsecuencia total a Cristina Kirchner, fueron también los coautores del llamado "modelo" kirchnerista.
GUILLERMO MORENO
"Las mujeres para atrás y demos la pelea que hay que dar"
Guillermo Moreno defendió con casco y guantes las medidas más cuestionadas del kirchnerismo. Literal. Fue el artífice de las prácticas más proteccionistas, el autor intelectual de la patota del Indec, el mentor de la bandera "Clarín Miente" y un ferveroso militante de Enarsa, la "supercard" y la misión comercial a Angola.
Asumió como secretario de Comunicaciones en 2003 aunque con aires de grandeza que lo llevaron a comandar la proteccionista secretaría de Comercio Interior. Moreno pasará a la historia por un legado negro: la triste intervención del Indec, que no tuvo vuelta atrás. Desde 2007, bajo el aval de Néstor Kirchner, desplegó un operativo de persecución de los trabajadores en el Indec, desmantelamiento de sus cuadros técnicos y de manipulación de las estadísticas. Al distorsionar el IPC (índice de precios del consumidor) se ocultó bajo la alfombra a los datos de la pobreza en el país.
Otro de los episodios clave fue su paso por las asambleas de Papel Prensa en 2010. Moreno repartió cascos y guantes de box, invitó a las mujeres presentes a retirarse y llamó a "dar la pelea que hay que dar". Terminó denunciado por el jefe de Relaciones Laborales de la empresa por presuntas amenazas. También será recordado por el viaje a Angola en 2012, una misión comercial integrada por 360 empresarios que terminó en una caída de las ventas en ese país. En diciembre de 2013, desgastado, dejó el país para convertirse en agregado económico de la embajada de Italia.
JULIO DE VIDO
"No se pueden imputar al funcionario de turno los accidentes que se producen por décadas de abandono"
Julio De Vido fue el "superministro" de la era kirchnerista. Ministro de Planificación desde el día uno, lo tocaron de cerca algunos de los mayores escándalos del Gobierno. Entre otros, constantes sospechas de sobreprecios en la obra pública, digitación de licitaciones, el caso Skanska, la valija del venezolano Guido Antonini Wilson, las obras de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, además de su propio enriquecimiento.
Su poder estuvo dado por el manejo de la caja de la obra pública. Su elefantiásico ministerio de Planificación fue perdiendo poder en la última gestión de Cristina Kirchner.
La mejor definición del poder de De Vido la dio el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, cuando renunció a su cargo. "Hay cierto grado de cartelización de la obra pública con los sobrecostos que ello implica", dijo ante empresarios de la construcción. Ladero e hiper leal a Néstor Kirchner, los contratistas del Estado se referían a él como "Obediencia De Vido".
ANIBAL FERNANDEZ
"La inseguridad es una sensación"
Vocero de las decisiones más controvertidas del Gobierno, tiene el permiso para hacer bullying desde la Casa Rosada con las declaraciones más delirantes. De pasado duhaldista, no tardó en convertirse en un kirchnerista de pura cepa. Fue ministro del Interior en el gobierno de Néstor Kirchner, ministro de Justicia en la primera presidencia de Cristina, senador, secretario de Presidencia y jefe de Gabinete.
Quedará en los libros del kirchnerismo como el protagonista de las polémicas más insólitas como cuando aseguró que la inseguridad era una "sensación" cultivada por los medios de comunicación o cuando demandó a Elisa Carrió por "daños y perjuicios", tras endilgarle que no tenía "los patitos en fila".
Audaz y polémico, este año fue el símbolo de su ocaso: tras ser denunciado por Periodismo Para Todos de estar vinculado con el Triple Crimen, entró en cortocircuito con Daniel Scioli y terminó perdiendo la provincia de Buenos Aires frente al macrismo. Seguro de haber sido víctima de una campaña sucia, culpó al "fuego amigo" por su derrota.
AMADO BOUDOU
"He tenido más de 20 causas penales, de las cuales 18 están cerradas"
Amado Boudou siempre fue desprolijo en los negocios. Desde que llevó a la quiebra a la empresa de recolección de residuos Venturino en Mar del Plata -cuando dormía poco y alternaba el trabajo diurno con su faceta de DJ- hasta que se convirtió en el primer vicepresidente procesado, acusado por coimas en la compra de la ex Ciccone.
Pasó de una tortuosa relación con Néstor Kirchner al idilio con Cristina. Se sacó fotos con Cristian Favale (principal acusado por la muerte de Mariano Ferreyra), con Sergio Schoklender y con el ex juez de la Corte Raúl Zafaroni durante su cumpleaños.
Se ganó su lugar en el kirchnerismo puro gracias a la estatización de la AFJP pero terminará el mandato como el símbolo de la corrupción kirchnerista. Entre otras causas, fue denunciado por enriquecimiento ilícito, por el registro de un auto con papeles falsos, por la compra sin licitación de 19 autos para el Ministerio de Economía, por la recepción de dádivas por el uso de un avión privado y por irregularidades en la refacción de su oficina del Senado. El pez gordo en los tribunales fue, sin dudas, la causa Ciccone, donde quedó procesado por cohecho y negociaciones incompatibles con su condición de funcionario público. Según la Justicia, Amado Boudou aceptó como soborno el 70% de las acciones de la imprenta Ciccone para hacer negocios para sí, y se interesó en los trámites para levantar su quiebra. El despoder, probablemente, lo encontrará en un banquillo bajo un juicio oral y público.
OSCAR PARRILLI
"Pueden hablar tranquilos por teléfono que nosotros no los escuchamos, no hacemos eso"
Apodado "mayordomo" en los corrillos de la Casa Rosada, Oscar Parrilli hizo realidad cada deseo de su jefa. A fuerza de caprichos presidenciales y obsecuencia, se ganó la plena confianza de Cristina Kirchner, un vínculo que lo llevó a la caliente silla del "señor 5" de la Agencia Federal de Inteligencia.
Durante los 11 años que permaneció al frente de la Secretaría de la Presidencia, remodeló la casa de gobierno a gusto de Cristina Kirchner y trabajó con Javier Grosman para que el festejo del Bicentenario (esa eterna obsesión de Cristina) fuera impecable. También fue el interlocutor con los dirigentes sociales. Por eso aparece mencionado por Luis D’Elía en la denuncia de Alberto Nisman sobre un supuesto plan para exculpar a Irán de la causa AMIA.
A cargo de "la Casa", como llaman a la AFI, fue él quien le aceptó la renuncia Antonio "Jaime" Stiuso, antes de que el Gobierno autorizara la salida del espía del país y le perdiera la pista. Ya sea a metros del despacho presidencial o conduciendo a los espías, Parrilli es el hombre que se llevará los secretos más profundos del Gobierno.
ALICIA KIRCHNER
"Me llamó una mujer coraje [por Cristina Kirchner] y me dijo ‘hola gobernadora’ qué raro suena"
La hermana de Néstor Kirchner es la heredera del último vestigio del dominio familiar. Con perfil bajo, acompañó al matrimonio en cada etapa política, desde la unidad básica Los Muchachos Peronistas en Río Gallegos, hasta la cumbre nacional. Ahora, como gobernadora de Santa Cruz, será la Kirchner con más poder.
Nunca tuvo la retórica ni el carisma de Néstor Kirchner, aunque sí adquirió de su hermano sus artimañas políticas y las prácticas para hacer negocios, como la compra de terrenos fiscales en El Calafate a precios irrisorios.
La causa Hotesur también es una preocupación de Alicia ya que su hija Romina Mercado es la actual presidenta del directorio de la empresa hotelera de los Kirchner. Como ministra de Desarrollo Social, tampoco estuvo exenta de denuncias por corrupción: la CC la denunció por un supuesto recorte de $574 millones a un plan alimentario, aunque en los últimos días se conoció que repuso el dinero para no ser procesada.
CARLOS ZANNINI
"Soy de los torturados que no quieren torturar"
Es una parte indivisible de los Kirchner, su hombre de más confianza en el poder y el cerebro detrás de muchas de sus decisiones. En lo formal, como el secretario Legal y Técnico, el "Chino" Zannini le dio forma legal a los más polémicos proyectos presidenciales, como el Fútbol Para Todos o la ley de medios. Por su despacho desfilaron desde intendentes hasta gobernadores, sobre todo en años electorales, cuando en sus escritorios se delineaban las listas.
Nunca le gustó la exposición. Nacido en Córdoba, pasó cuatro años detrás de las rejas durante la última dictadura militar. En el pabellón conoció, entre otros, a Gerardo Ferreira, socio de Electroingeniería, una de las contratistas de obra pública de mayor crecimiento durante el kirchnerismo.
Con el regreso de la democracia, ya en Santa Cruz, fue el arquitecto jurídico de las dos reformas constitucionales que perpetuaron a Néstor Kirchner en el poder. Tras doce años en la Casa Rosada, recién empezó a subir su perfil cuando fue designado para acompañar a Daniel Scioli en la fórmula. Por su acercamiento al gobernador, y en el año que marcó su derrota, quedó bajo la lupa de los propios integrantes de La Cámpora, sus aliados en la consolidación del poder.
MAXIMO KIRCHNER
"Pasé de estar con un joystick de la Play a un lanzallamas"
Hasta que asumió como diputado nacional, no tenía registros en la AFIP. Ni como monotributista, ni en relación de dependencia. Sin embargo, fue sin dudas uno de los hombres con más poder de decisión en el rumbo que llevó el país los últimos años. Y el heredero de una fortuna millonaria tras la muerte de su padre.
Máximo Kirchner fue mucho más que el hijo de la Presidenta. Administró el poder más que cualquier ministro. Cuando Néstor murió se convirtió en el consejero principal de Cristina Kirchner, en una mesa chica para dos, a la que cada tanto se sumó Carlos Zannini. La segunda gestión de Cristina Kirchner llevó la marca indeleble de su creación, La Cámpora. Y aunque Máximo había fundado la agrupación en 2003, fue después de la muerte de su padre que convirtió a la juventud kirchnerista en algo más orgánico. Ya sea ubicando a los militantes en las distintas oficinas estatales como poniéndole cánticos y leyenda a los actos presidenciales.
Dueño de una fortuna que alcanza a los $36 millones, el escudo de los fueros que le da su banca le permitirá sortear por algunos años los coletazos de la investigación por los negocios de los hoteles familiares. Será él la cara de la "resistencia" fuera del poder central.
FLORENCIO RANDAZZO
"No la vi llorar a Karina Rabolini cuando un imitador manco le tocaba la cola"
Termina el kirchnerismo tildado de "Judas" por propios y ajenos. Pero él deja su despacho de la Casa Rosada con la frente en alto y un Plan Quinquenal bajo el brazo, símbolo de su obsesión por los trenes. A pesar de los obstáculos (y de los tres siniestros ferroviarios que ocurrieron bajo su mandato), lleva estampado el sello de la gestión.
"Quiere ser presidente o irse a su casa", decían desde hace más de un año quienes lo conocían en la intimidad. Randazzo estaba en su mejor momento: había agarrado la papa caliente de la cuestión ferroviaria, manchada por la ineptitud y la corrupción, y había mostrado logros.
Ni el enojo de Crsitina Kirchner lo achicó, cuando le pidió un baño de humildad para que se bajara a candidato a gobernador bonaerense. "El no quiere estar en la provincia y tener a Scioli o Macri de presidente", insistían en su entorno. Se dobló pero no aflojó. Y se bajó. Pasó de represetar "la continuidad del modelo", a ser vapuleado por los kirchneristas. Y así terminó, solitario. Lejos de las videoconfenrecias, sus últimas fotos son con los entrantes ministros de Mauricio Macri.
AXEL KICILLOF
"La medición de pobreza es bastante estigmatizante"
Joven, cuidadamente desaliñado, de respuestas largas y un léxico entre militante y académico. Axel Kicillof es el último ministro de Economía de la gestión kirchnerista, quizás, porque nunca se animó a cuestionar el libreto ni el modelo.
Con él la "juventud maravillosa" logró empoderarse de verdad, con el timón de la economía. Su origen militante no es La Cámpora, sino Tontos pero no Tanto (TNT), la agrupación universitaria que en 2001 le quitó a Franja Morada el liderazgo en la UBA. Tanto de TNT como del think thank Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), Kicillof tomó cuadros para que lo acompañaran en el actual ministerio de Economía.
Se convirtió en héroe del Gobierno por un rato tras negociar durante horas con los holdouts para decirles que no se les pagaría nada. También durante su gestión implantó el cepo, devaluó, lanzó los precios cuidados mientras la inflación avanzaba galopante y fue la cara del pago al Club de París y a Repsol. En sus cuentas personales, a pesar de hacer culto de lo nacional y popular, Kicillof engrosa su patrimonio con las inversiones inmobiliarias que hizo en Uruguay. Ahora, será un abanderado del modelo en el Congreso.
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