Diego Maradona se reunió con Alberto Fernández y salió al balcón de la Casa Rosada: "¡No vuelven más!"
Elevó sus manos al pecho y luego miró al cielo, mientras sostenía con la mano derecha una diminuta réplica de la Copa del Mundo que le había alcanzado el fotógrafo Víctor Bugge. "¡No vuelven más! ¡Que Macri se vaya a vivir a Tailandia!", gritó Diego Maradona desde el histórico balcón de la Casa Rosada, mientras una multitud lo vivaba detrás de las rejas, en la Plaza de Mayo, y distintos funcionarios nacionales festejaban la ocurrencia.
Fue, tal vez, el momento más emotivo que vivió el astro futbolístico y actual técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata en su visita al despacho presidencial de la Casa Rosada, donde lo recibió, por más de una hora, Alberto Fernández. En el encuentro, que revolucionó la rutina laboral en Balcarce 50, también estuvieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el titular de la cartera de Turismo y Deporte, Matías Lammens. A Maradona lo acompañaban su abogado Matías Morla y el también abogado Víctor Alejandro Stinfale.
La reunión comenzó puntual, minutos después de las 12.30. A esa hora bajó de una van gris el exfutbolista, luciendo un original look con saco azul, camisa fuera de las bermudas cortas y zapatillas deportivas blancas. Ayudado por el subsecretario general de la Presidencia, Miguel Cuberos, Maradona -que tiene serios problemas en las rodillas- subió las escaleras hasta el primer piso. Luego de darse un abrazo que duró varios segundos, le regaló al Presidente camisetas de fútbol de la selección y también de Argentinos Juniors, club donde empezó su carrera, a mediados de la década del setenta, y del que Fernández es hincha confeso.
En el cónclave, según explicaron cerca de él, Maradona mencionó su proyecto para generar "potreros" en los barrios más pobres y colaborar al mismo tiempo con la alimentación de los chicos que lleguen allí a jugar fútbol. En el terreno político solo hubo coincidencias: Maradona apoyó al kirchnerismo durante la campaña electoral y la semana pasada afirmó que el Presidente "cuenta con el apoyo de todo el pueblo argentino y tiene cero soberbia", desde las redes sociales.
Su presencia, claro, no pasó desapercibida en la Casa Rosada. Muchos empleados -algunos hasta luciendo remeras con la imagen del ídolo- se acercaron a la planta baja para verlo pasar, mientras en la Plaza de Mayo se concentraban decenas de curiosos y fans que también esperaban que saliera al histórico balcón. Entusiasmados, en el gabinete también cambiaron sus rutinas: el ministro de Economía, Martín Guzmán, fanático de Gimnasia, salió hacia su despacho y luego volvió con una pelota envuelta en una bolsa. Se fue no solo con la pelota, sino también con la camiseta de Gimnasia autografiada por su ídolo.
El capitán de la selección campeona del mundo en 1986 le firmó también una camiseta argentina al Presidente, en la que, antes de estampar su firma, escribió la dedicatoria: "Para Alberto, con mi corazón de pueblo". El encuentro, que testigos calificaron de "muy emotivo", contrasta con la aspereza que signó el vínculo entre Maradona y Macri, a quien el astro bautizó "el cartonero Báez" cuando discutían premios en Boca Juniors.
Maradona escenificó así un apoyo al Gobierno que, de Fernández para abajo, todos celebraron.
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