Diego Frutos, dueño de La Cristalina: “Del otro lado del cerco tengo a Facundo Jones Huala”
El propietario de la cabaña usurpada ayer por activistas mapuches afirma que el líder de la RAM, que esta prófugo, se refugia en Villa Mascardi; muestra desconfianza en el Gobierno y dice que quienes toman las viviendas de la zona no son pueblos originarios, sino “delincuentes comunes”
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El dueño de la cabaña La Cristalina, usurpada ayer luego de ser incendiada en agosto de 2020, no tiene dudas de que el líder de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), Facundo Jones Huala, prófugo de la justicia de Chile, está “del otro lado del cerco” de su propiedad. En una entrevista con LA NACION, Diego Frutos, que preside la Junta Vecinal de Villa Mascardi, muestra desconfianza en el Gobierno y denuncia una zona liberada.
–¿Cómo se enteró de la usurpación?
–Todas las mañanas, algún amigo de Mascardi me va dando información. Había pasado algo insólito, habían atacado Los Radales y en La Cristalina todavía flameaba la bandera argentina, la simbología que yo tenía en el portal de entrada. Cuando me atacan, lo primero que hacen es incendiar la bandera. Como esta semana vine a Buenos Aires y estoy volviendo mañana [por hoy] a Bariloche, me iban dando un parte diariamente. Hoy [por ayer] amaneció con el portón bloqueado con ramas, chapas y maderas, arrancada la bandera, el cartel de La Cristalina y el arco de la entrada. Me han talado un árbol y lo han tirado contra el portón para bloquear el acceso, es la metodología que emplean cada vez que toman un lugar. Me habían incendiado la casa el 1° de agosto de 2020. La pandemia me agarró en Buenos Aires, no pude viajar hasta fines de agosto. Recuperé el lugar, con asistencia de amigos. Desde ese momento había tenido delitos menores, como robo de chapas, de regadores.
–¿Es simple para ellos ingresar?
–Una vez que a uno le incendian la casa, es difícil permanecer. Vivo en Bariloche, en distintos lugares que voy cambiando, porque por ser el presidente de la Junta Vecinal, es como que soy el enemigo directo de ellos. Habían llegado hasta el límite de mi terreno, que da a las excabañas de Gas del Estado, destruidas por ellos. Los tengo del otro lado del cerco, incluyendo a Facundo Jones Huala, que está asistido por sus dos hermanos, Fausto y Fernando. Lo tenemos en la toma de Mascardi desde que está prófugo de la Justicia chilena. Lo vi el domingo de Pascua. Está refugiado en el lugar más seguro de la Argentina, ninguna fuerza se anima a entrar a Villa Mascardi.
–¿Es una zona liberada?
–Sí. Habíamos logrado que Gendarmería trajera un puesto: duró menos de dos semanas. Lo instalaron el martes 13 y el domingo a la noche lo incendiaron. Gendarmería se retiró del lugar a raíz de eso.
–¿Sabe cuántas personas hay en La Cristalina?
–No tengo información precisa y no quiero arriesgar a la gente que está ahí a acercarse al portón. Es una subida importante de ruta y, una vez que uno sube hasta el portón, queda en un embudo y no puede retroceder. Prefiero asumir el riesgo cuando vaya para allá.
–¿Cómo está actuando la Junta Vecinal en esta nueva escalada?
–Es una agrupación de los pocos vecinos que quedamos en Villa Mascardi. Las noches son complicadas, se hacen guardias entre los vecinos, de aviso ante eventuales ruidos. En los últimos meses y días son frecuentes los disparos, bombas de estruendo y pedradas en techos.
–¿Qué espera del Gobierno, que prometió conformar un comando?
–Va a ser más de lo mismo. A partir de la pandemia, [los activistas mapuches] se vieron librados a actuar porque no existía ninguna vigilancia por aquel momento en Villa Mascardi. Empezaron los incendios y los saqueos de nuestras casas. Las reuniones son en vano, porque el gobierno nacional tiene una postura acérrima en cuanto a seguir considerándolos pueblos originarios, que no lo son. No forman parte de ninguna comunidad registrada, ni a nivel nacional en el INAI [Instituto Nacional de Asuntos Indígenas], ni a nivel provincial en el Codeci [Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas]. Son delincuentes comunes, encapuchados porque están prófugos de la Justicia y tienen que terminar en la cárcel. Quisiera hacerle una pregunta al señor Aníbal Fernández: ¿actuaría de la misma manera ante usurpación, violencia física, saqueos e incendios en alguno de los hoteles vacíos de la zona de El Calafate?
–¿Lo ha llamado alguien de la provincia o la Nación?
–Desde agosto de 2020 que nadie me llama, ni por las situaciones de violencia física ni por el incendio. Según el gobierno provincial, yo vendría a ser una persona difícil.
–¿En qué sentido difícil?
–En el sentido de que no soy débil. Si me decís ‘Te voy a mandar efectivos’, y no los mandás, te voy a mandar al frente. A mí ni me contestan, pero los mensajes al resto de los vecinos son solo ‘Estamos en el tema’.
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