Detuvieron al jefe de un gremio portuario acusado de extorsión y estafas
ROSARIO.- Herme Juárez nunca se imaginó que iba a salir esposado de su mansión, que construyó sobre la barranca del Paraná, el río que lo transformó en millonario, a partir de un extraño modelo que sobrevivió 40 años. Vino Caliente, como lo llamaban, controlaba el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) y la cooperativa que tuvo hasta hace dos años el monopolio empresario de la carga y descarga de los buques que llegan a los puertos del Gran Rosario,donde se exporta el 78 % de la producción de granos y aceites que produce la Argentina.
A los 79 años, el secretario general de SUPA y presidente de la Cooperativa de Trabajadores de Puerto General San Martín fue detenido, junto a otras nueve personas, entre ellos, el exintendente de San Lorenzo Rubén Tevez. Todos están acusados de lavado de activos, extorsión, malversación de caudales públicos y privados y estafas. La aprehensión de Vino Caliente provocó sorpresa en el sector agroexportador y también cierto alivio. Se presume que Juárez acumuló una enorme fortuna a costa de los trabajadores del gremio -que cobraban en pesos- y de los empresarios que pagaban las tarifas dolarizadas. La ecuación fue durante décadas millonaria.
En más de 30 allanamientos que realizó la Policía Federal, por orden del juez federal de Campana Adrián González Charvay, se secuestraron 290.000 dólares, más de 4 millones de pesos, tres lingotes de oro, joyas y una decena de armas de fuego. La Justicia pidió al Banco Central que bloquee las cuentas bancarias que administraba Juárez donde hay depósitos por más de 100.000.000 de dólares.
Además de Juárez fueron detenidos el exintendente de San Lorenzo, dos miembros de la cooperativa, Pablo y Damián Bunello; el abogado Jorge Jerez, José Luis Gómez, Iván Juárez, hermano del sindicalista, Daniel Badía, Oscar Juárez y Hernán López.
Los detenidos, según informaron fuentes de la investigación, estarían involucrados en diversas maniobras ilícitas, como el desvío de fondos desde las cooperativas y mutuales a cuentas privadas de los responsables de las mismas. Ese dinero habría sido utilizado luego para la compra de inmuebles y autos de alta gama.
Por ese motivo, se libró un exhorto internacional a fin de requerir a Uruguay el aseguramiento preventivo de los bienes que la organización poseería en ese país.
En la casa del hermano de Vino Caliente la policía secuestró en varias cajas fuertes y en bolsas de plástico más de 248.000 dólares y 1.200.000 pesos.
La detención de este dirigente peso pesado del sector agroexportador parece ser un segundo capítulo en materia portuaria de la caída de Omar "Caballo" Suárez, titular durante 27 años del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Incluso, en algún momento Juárez aspiró a quedarse con parte del poder de Caballo.
Juárez sospechaba que su ocaso estaba en un horizonte cercano. Por eso a último momento decidió apostar por el regreso del kirchnerismo, que consideraba que podía ser su salvación, aunque a lo largo de las gestiones de Cristina Fernández tuvo una relación zigzagueante, a excepción del vínculo que tejió con Julio De Vido, quien designó en 2012 a Alejandro Ramos, un hombre de la zona de Juárez, en la Secretaría de Transporte. Juárez siempre tenía como as en la manga la amenaza de paralizar los puertos, y por ende la exportación de granos y la entrada de divisas, como lo hizo durante diez días en 2010.
La investigación contra Juárez y su entorno se centra en los desmanejos económicos de la Cooperativa de Trabajadores Portuarios, que Vino Caliente conduce a la par del sindicato desde 1969. El control del gremio y la cooperativa lo transformó en uno de los hombres más poderosos del polo agroexportador, y un dirigente que también controlaba los hilos políticos de la zona.
Con ese "modelo" acumuló una fortuna que ahora es investigada por la Justicia Federal de Campana. Este esquema monopólico se rompió en septiembre de 2017, cuando tras un acuerdo entre la cooperativa y la Cámara de Puertos Privados y Comerciales se abrió la competencia en el sector de la estiba. Juárez había recibido un duro golpe tras la detención un año antes de Caballo Suárez. "Vino Caliente debía hacer buena letra porque sabía que estaba en la mira", sostuvo una fuente cercana al gremio.
En 2010, Juárez paralizó las exportaciones durante diez días con un lockout de la cooperativa de estibadores, que después de esa protesta logró un incremento del 27 por ciento en dólares de la tarifa de estiba. Hugo Moyano, titular entonces de la CGT, fue el que le rogó a Juárez que levantara la medida después de que el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno lanzara amenazas que hicieron cosquillas a Vino Caliente.
Después del lockout, en momentos en que era jefe de Gabinete Jorge Capitanich, buscaron apaciguar su presión. A cambio de la paz en los puertos le cedió a Herme Juárez la construcción de 130 viviendas a través de Procrear.
Luego, Herme Juárez tuvo una buena relación con Julio De Vido, y fue él quien empezó a intervenir en las complicadas negociaciones con las terminales portuarias en favor de Vino Caliente.
Con la llegada de Mauricio Macri, Juárez comenzó a cuidarse y a negociar con menos exigencias con las terminales portuarias. Incluso, cedió a algo que parecía imposible unos años atrás: que la cooperativa de estibadores no tuviera más el monopolio de la estiba y mantenimiento de los barcos que cargan soja en los puertos de la zona.
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