Detienen al exsecretario de Cristina por nexos con Muñoz
Isidro Bounine había sido mencionado por Campillo en su declaración; abonó la hipótesis de que los Kirchner estaban detrás de las propiedades de Muñoz en el exterior
La causa de los cuadernos de las coimas sumó ayer un nuevo detenido. Se trata nada menos que de uno de los hombres más cercanos a la expresidenta Cristina Kirchner : su exsecretario privado Isidro Bounine. Hasta ahora, Bounine había quedado por fuera de los colaboradores de los Kirchner que quedaron implicados en la causa de los cuadernos.
Bounine quedó detenido ayer a las 15 45, cuando salía de un garaje ubicado en la avenida Corrientes, con su auto. Fue trasladado a la sede de Drogas de la Policía Federal, donde pasó la noche, y hoy será llevado a Comodoro Py , al juzgado de Claudio Bonadio , que instruye la causa de los cuadernos de las coimas.
A Bounine lo complicó un hombre del entorno de los Kirchner: el exministro de Economía de Santa Cruz Juan Manuel Campillo. Es decir que su detención se produjo como inmediata consecuencia de la homologación del acuerdo de Campillo como arrepentido.
Según pudo saber LA NACION, en su declaración como imputado colaborador, Juan Manuel Campillo se refirió a las operaciones de venta de las propiedades de Daniel Muñoz en el exterior, a las que a él se lo encontró ligado.
El exministro de Hacienda de Santa Cruz contó que Bounine, quien dejó su cargo como secretario de la entonces presidenta en 2011, lo llamó en 2016 para hacerle un pedido: que se contactara con personas del entorno de Daniel Muñoz, para vender sus propiedades en el exterior. Campillo vinculó entonces el dinero proveniente de la corrupción investigada en la causa con el dinero de Daniel Muñoz, que se sacó del país a través de la compra de propiedades y la posterior venta mediante sociedades offshore.
Stornelli había adelantado que tenía una batería de medidas lista para pedir si se homologaba el acuerdo. Durante la feria judicial, la fiscalía de Stornelli siguió activa con sus secretarios y el fiscal Carlos Rívolo , que también forma parte de la investigación, hizo lo mismo. Esas medidas podrían implicar nuevas detenciones, pedidos de indagatoria e inhibiciones de bienes.
Campillo, que es defendido por Gustavo Kollman, fue detenido en el marco de esta causa a mediados de noviembre porque Elizabeth Ortiz Municoy, una posible testaferro de Muñoz, lo mencionó en su declaración como arrepentida. Municoy había declarado que Campillo había viajado a Estados Unidos junto a su sobrino, Gastón Campillo -también detenido en esta causa-, para participar de las maniobras de traspaso y venta de inmuebles y propiedades de Daniel Muñoz en Estados Unidos.
El exministro santacruceño no desmintió haber viajado para participar de las maniobras de venta de las 16 propiedades. Afirmó haber viajado junto a su sobrino Gastón Campillo -que será liberado por una resolución reciente de la Cámara Federal-, pero dijo que el abogado de Carolina Pochetti, Miguel Ángel Plo, ya estaba a cargo de esa gestión.
Según declaró Campillo, Plo le había dicho que él había cobrado el 10 por ciento de comisión (del total de la operación) por ser quien llevara adelante el traspaso de propiedades y su venta, por un total de US$73 millones. Sobre Plo, abogado de Pochetti, todavía pesa un pedido de detención que hizo Stornelli a Bonadio hace más de un mes.
Oscar Centeno indicó en sus cuadernos que el dinero que cobraban los exfuncionarios era entregado, de manera sistemática, en el departamento del matrimonio Kirchner en Recoleta, a manos de Muñoz. Al declarar como arrepentido, Centeno ratificó esa versión.
La información aportada por Campillo refuerza la hipótesis que predomina en la fiscalía: que el dinero que circuló por una red de sociedades offshore y testaferros es producto de la recaudación que Muñoz recibía por orden de los Kirchner.
Al vincular a alguien del círculo íntimo de la expresidenta -Isidro Bounine- con el dinero de Daniel Muñoz, quienes participan de la investigación judicial consideran que el dinero de Muñoz era, en realidad, de los Kirchner.
Bounine es un santacruceño de 39 años que después de trabajar para Cristina multiplicó notablemente su patrimonio. Su madre trabajó como empleada doméstica en la casa de los Kirchner y él comenzó a trabajar como secretario presidencial en 2005, aunque estaba en contacto con los Kirchner desde 2000.
Mientras era secretario, a Bounine se lo investigó por enriquecimiento ilícito junto a Muñoz, Daniel Álvarez y Fabián Gutiérrez. Todos fueron sobreseídos por Bonadio.
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