Tras quedarse con YPF, el kirchnerismo duro apunta a otras áreas del Estado
"Están bastante organizados. Y avanzan". En voz baja y tono resignado, la reflexión surge desde un ministerio importante del gobierno de Alberto Fernández que no comulga con el kirchnerismo duro, el que responde a Cristina y Máximo Kirchner y que se apuntó esta semana el control de YPF, la principal empresa estatal del país, y que -coinciden propios y extraños- va por más.
La reciente salida de Guillermo Nielsen de la presidencia de YPF fue leída por los mercados, la oposición y también una parte del Gobierno como parte de esa avanzada, que reconoce antecedentes en el "operativo clamor" para que Máximo Kirchner tome el control del PJ bonaerense. Antes ya se había dado con la asunción de Jorge Ferraresi como ministro de Hábitat en reemplazo de María Eugenia Bielsa o los amagos para reformar el sistema de Salud con un plan elaborado por La Cámpora. Se sugieren desde el kirchnerismo, además, sustanciales modificaciones al plan económico diseñado por Martín Guzmán para este año, repletos de congelamientos, subsidios y restricciones con evidentes objetivos electorales.
La empresa estatal Aysa, la AFIP, Puertos y hasta la propia Cancillería son hoy escenarios de más movimientos, algunos sutiles y otros no tanto, en los que partidarios de la vicepresidenta y su hijo intentan ganar lugares físicos e incidir, cada vez más, en las políticas que se implementan.
"Lo de Nielsen es relativo. La pata de La Cámpora ya estaba adentro", afirmaron desde la Casa Rosada. Buscaron relativizar así la ofensiva y mantener buenos vínculos con la vicepresidenta. Precisaron que actuales funcionarios como Santiago "Patucho" Alvarez y Desiré Cano (encargada de comunicación de la petrolera estatal y pareja de Hernán Reibel, vocero de Cristina Kirchner) como muestras de que "nada va a cambiar" con la asunción del exvicegobernador de Santa Cruz Pablo González como nuevo titular de la compañía petrolera. "Tampoco es que la gestión de Nielsen fue genial", criticaron desde Balcarce 50, más allá de que el perfil moderado del exsecretario de Finanzas de Roberto Lavagna generaba una tranquilidad que se evaporó, a juzgar por la pronunciada baja en las acciones de YPF en las bolsas internacionales.
Los rumores corrieron con velocidad durante la semana que pasó. Se orientaron a la empresa estatal de aguas Aysa, manejada por Malena Galmarini (esposa de Sergio Massa) y cuyo vicepresidente, Martín Reibel, responde sin medias tintas a la vicepresidenta. Otro sillón massista, el de Mario Meoni como ministro de Transporte, sería codiciado por un cristinista sin rodeos ni sutilezas: el exsubsecretario de Puertos Horacio Tettamanti, que en estos días, y a través de declaraciones públicas, se mostró muy crítico de la política "entreguista" del Presidente en materia portuaria por su acuerdo con el canal de Montevideo. "Quitar a Massa del medio tendrá un costo alto para la coalición de gobierno", se atajaron cerca del presidente de la Cámara baja, mostrando los dientes y con la guardia en alto.
Fuentes de la gestión anterior también incluyeron a Pablo Tettamanti, vicecanciller y ex embajador en Rusia, además de primo de Horacio, en la "avanzada" de cercanos al kirchnerismo duro, en este caso con la mira en el sillón de Felipe Solá. "Nada que ver. Pablo es un hombre de la diplomacia y muy íntegro, no es su intención ocupar otro cargo", relativizaron las conjeturas cerca del canciller.
También comenzaron a crecer los comentarios en la AFIP, donde Mercedes Marcó del Pont controla sólo una de las tres áreas operativas: la Aduana, y a través de Silvia Traverso, ya que las otras dos (DGI, con Virginia García, familiar de Cristina y Carlos Castagneto, responsable de Seguridad Social) son "Juncal puro", según definió un viejo funcionario de la entidad recaudatoria en referencia a la calle en la que vive la expresidenta. Algunas críticas a Traverso (que se encarga por estos días de la importación de vacunas contra el coronavirus) aparecidas en las redes sociales alimentaron las versiones, aunque desde la AFIP dicen que "Marcó del Pont no tiene mala relación con Cristina". Con ironía, alguien que conoce los pasillos del organismo recaudador dijo: "El asunto es que Mercedes funcione".
Los cambios de mando generan, cada tanto, conflictos abiertos. Gremialistas y funcionarios de la UDAI de Anses, en Munro, resistieron la semana pasada de manera ruidosa la decisión de remover a su titular, la funcionaria peronista Malena Barcelona Vázquez, tomada por Fernanda Raverta, titular de Anses y también integrante de La Cámpora, para ubicar allí a un dirigente cercano.
La influencia en la economía
En lo que pocos dudan en el Gobierno es sobre la influencia de la expresidenta es en el área económica. Luego de aquel discurso en el estadio único de La Plata-con el Presidente a su lado-en el que pidió alinear "precios y tarifas" para que "el crecimiento no se lo queden tres o cuatro vivos", llegaron la anulación del aumento a la medicina prepaga, topes a las tarifas de energía y telecomunicaciones y la frustrada intervención en el mercado del maíz, que generó un nuevo paro de la Mesa de Enlace.
En las últimas horas se agregaron la prohibición de despidos y suspensiones, la doble indemnización con un tope de 500.000 pesos en el recargo y el congelamiento en el valor de los alquileres. Se tratan de medidas discutidas por el gabinete económico, luego del cual Guzmán salió a tranquilizar a los mercados y desmentir que se esté pensando en reestatizar YPF.
"Mucho de lo que se dice es exagerado. Cristina no tiene una decisión de estatizar todo, piensa bastante parecido a nosotros, con maneras más efusivas", contestaron cerca del Presidente con el propósito de no ahondar diferencias y relativizar los cortocircuitos dentro de la coalición gobernante.
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