Después del ataque mapuche, el Gobierno instalará un comando de las cuatro fuerzas federales en Villa Mascardi
Es la respuesta al ataque que sufrió una casilla de Gendarmería el domingo por la noche, en un predio privado; ya está acreditado que además del fuego el ataque incluyó balas; reuniones frenéticas, consejos desoídos y diálogo en las más altas esferas
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El Gobierno nacional instalará en Villa Mascardi un comando de las cuatro fuerzas federales: Policía, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeronáutica. Será en las próximas horas, luego del ataque que sufrió este domingo por la noche una casilla móvil de Gendarmería, ubicada en un predio privado, que ya había sido objeto de dos atentados previos por parte de la agrupación mapuche Lafken Winkul Mapu. La confirmación de la medida, la primera concreta que se conoce tras el ataque, fue dada a La Nación por altas fuentes oficiales. La justicia y las fuerzas ya tienen acreditado que, además del incendio, hubo balazos a la casilla móvil.
“Se está trabajando en conjunto para mañana o pasado, a más tardar, tener todo listo. Hay que tomar la delantera”, indicó una alta fuente a este diario, que evitó dar precisiones del número de efectivos que emplazarán en la zona aunque sí precisó que la instalación del comando no será en el mismo lugar, sino en un punto cercano.
La decisión se tomó en las últimas horas, luego de una sucesión de reuniones durante la jornada de ayer, que incluyeron desde cumbres entre miembros de la propia fuerza afectada, de los otros cuerpos federales y hasta la del propio ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, con la fiscal federal de Bariloche, Cándida Etchepare, en su despacho de la cartera, en el barrio porteño de Recoleta. Etchepare tiene la investigación delegada por decisión de la jueza del caso Silvina Domínguez y fue quien había pedido la instalación de la casilla en el predio privado Los Radales, que ya había sido objeto de otros dos incendios.
La reunión entre ambos fue a las 16 de ayer, poco antes de que Gendarmería completara su primer informe sobre el ataque, en el que no se registraron heridos, pero que marcó un quiebre en lo que venía sucediendo en la zona. A diferencia de las veces anteriores, esta vez el objetivo fue el propio Estado y no un privado.
Fuentes al tanto de lo que viene sucediendo desde hace semanas con el conflicto en Villa Mascardi, ubicada a 25 kilómetros de Bariloche, explicaron que la custodia de Gendarmería en la propiedad fue pedida por la Justicia, en una decisión que fue aceptada por el Ejecutivo Nacional, pese a que desde el primer momento les hicieron saber que era un error. “Era evidente que pasara lo que pasó, porque la instalación se iba a leer como una provocación y eso es lo que efectivamente pasó. La Gendarmería estaba a dos minutos de ahí, no nos parecía que cambiara nada si no estaba en el lugar y a la vez era mejor”, reconstruyó una fuente del caso ante este diario.
Ese, de hecho, fue uno de los puntos que se abordó en una primera conversación telefónica entre Fernández y Etchepare ayer. Allí también la fiscal le comentó que estaba de visita en Buenos Aires, por lo que el funcionario le dijo de encontrarse para dialogar personalmente. “Hablaron y se pusieron de acuerdo en muchas cosas”, resaltaron.
La reunión fue una de las varias que Fernández acumuló ayer en varias horas de movimientos intensos y que terminaron con una visita suya a Casa Rosada, para dialogar, también personalmente con el presidente Alberto Fernández, donde lo puso al tanto de lo que se sabía hasta el momento y de cómo se pensaba proseguir.
Anoche también hubo una reunión entre la jueza Domínguez con la división científica de la Policía Federal y de Gendarmería, para conocer los pormenores de la investigación.
El lugar del ataque está en las inmediaciones del predio que ocupa la lof mapuche Lafken Winkul Mapu, que en los últimos cinco años se fue radicalizando cada vez más con distintos incidentes en la zona. Por los hechos existe una tensa relación entre los habitantes de la zona y los miembros del asentamiento.
Respecto del origen de los agresores, que por el momento no están identificados, cerca de Fernández explicaron que el ministro “no se tiene que poner a averiguar si son mapuches o no”.