Después de lanzar una línea aérea, Ricardo Quintela presentó un equipo de autos de carreras
El mandatario de La Rioja quiere nacionalizar su imagen y se muestra cercano al presidente Fernández; administra un provincia dependiente de fondos nacionales
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El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, trabaja para levantar su perfil y tener más presencia en el tablero nacional. Sostenido en una muy buena relación con la Casa Rosada, administra una provincia que depende fuertemente de los fondos que manda Nación y en la que el Estado asume cada día un mayor protagonismo: no solo participa en empresas de diferentes rubros y maneja un abanico de planes sociales, sino que lanzó su propia empresa aérea provincial y hasta un equipo de auto de carreras para competir en el Turismo Nacional.
El sostenimiento de un Estado de las dimensiones que tiene el riojano solo se explica por el dinero que gira la Nación. El año pasado, La Rioja y Buenos Aires fueron las dos provincias que más transferencias por fuera de la coparticipación recibieron. Antes, entre 1996 y 2020, La Rioja siempre estuvo en el podio de las más beneficiadas por la Casa Rosada.
Eso se fundamenta en que, tras la sanción de la ley de coparticipación en 1988, La Rioja perdió un punto en ese reparto. Desde entonces los presidentes aceptaron que era necesario otorgar ayudas económicas a la provincia. El año pasado fueron $12.500 millones y Quintela le reclamó al ministro Martín Guzmán un incremento del 50% para este año.
Hace unas semanas, Quintela lanzó Alas La Rioja, un aérea que cubre la ruta La Rioja-Buenos Aires dos veces a la semana. Suspendió el primer vuelo por falta de pasajeros. La ministra de Transporte, Alcira Brizuela, explicó a este diario que fue porque las agencias no estaban vendiendo todavía.
La Provincia destinó $98 millones a alquilar aviones a American Jet por seis meses. Brizuela indicó que una parte se cubrirá con la venta de pasajes. Estimó necesitar unos $500.000 mensuales para subsidiarla. “Nos salen más los ómnibus por mes”, graficó. Aludió a Rioja Bus creada en 2020 para absorber empleados de una empresa que dejó de funcionar.
La oposición es crítica del gobierno provincial por intervenir en diversas actividades. Sobre todo, apunta al cuerpo de “chalecos rojos” creados por el gobernador. Nacieron en mayo del 2020 para colaborar con tareas en plena pandemia de Covid-19, pero participan en cada vez más sectores (hace una semana se sumaron a la cosecha de la aceituna por falta de trabajadores). Reciben dinero sin ser empleados provinciales, a través de contratos precarios. Los opositores los definen como “militantes” de Quintela.
“Felicidad con igualdad”
“El Gitano” Quintela administra un gobierno donde el empleo estatal representa el 58% del total provincial, según datos del Ieral. El 86,2% de los riojanos recibe al menos una transferencia de Nación, sea jubilación, plan social o un salario.
La Rioja paga cada mes 65.000 sueldos (incluidos docentes y municipales). A ese plantel hay que sumarle los precarizados y los monotributistas. Es la única provincia que se encarga de abonar los sueldos de los municipales, salvo los de la ciudad capital.
Quintela milita en el peronismo desde el regreso de la democracia: antes de llegar a la gobernación fue diputado provincial y nacional e intendente de la ciudad de La Rioja. Insiste siempre en la “impronta peronista” de su gestión y menciona que trabaja para la “renta social”, a la que define como una política “distributiva, orientada a llevar felicidad con igualdad, también es una política dinamizadora de la economía”.
Llegó a la gobernación porque su antecesor, Sergio Casas, rompió con Luis Beder Herrera -quien se suponía que volvería a ese puesto- y lo eligió como candidato. Ahora tiene buen vínculo con Alberto Fernández, aunque el kirchnerismo duro no olvida que su hermana, Teresita Quintela, en 2008 votó como diputada nacional en contra la resolución 125 de las retenciones al campo.
Antes había tenido una reunión con la entonces presidenta Cristina Kirchner, a la que le había dicho que “pensaría” el voto sobre la resolución 125. Como intendente, Quintela también fue noticia cuando armó un piquete de recepción contra Alberto Fernández, quien llegaba a la provincia como jefe de Gabinete. El reclamo era por la coparticipación de la ciudad.
El planteo que hacía es el mismo que lo enfrenta ahora a la intendenta radical Inés Brizuela y Doria y que dio lugar a un conflicto que escaló y terminó dejando a los vecinos de la ciudad sin varios servicios y con basura acumulada en las calles. Quintela fue quien llegó a la Corte Suprema de Justicia pidiendo que La Rioja tuviera ley de coparticipación. Hace unos meses lo mismo hizo su sucesora, porque entiende que él no la respeta. En esa pelea lo apoyó la Casa Rosada.
Aunque fue subsecretario de la Juventud en la última gestión provincial de Carlos Menem, nadie define a Quintela como “menemista”. Públicamente sí tuvo gestos hacia el fallecido expresidente, como organizar el homenaje que se hizo en La Rioja por el primer aniversario de la muerte.
Va por más
En medio de la pandemia, Quintela anunció que impulsaría la reforma constitucional. Con el control de la Legislatura provincial tiene el camino habilitado para avanzar. Sus legisladores definieron la instancia como “una bisagra que abre las puertas a un Estado con oído atento al pueblo”. Sin embargo, nunca envió un proyecto, todo quedó en el anuncio. Para algunos dirigentes, el gobernador pretendía generar un “operativo clamor”.
En mayo del 2020, Quintela eligió a Amado Boudou, condenado en la Justica por el caso Ciccone, para pedirle asesoramiento sobre cómo resolver el endeudamiento de los riojanos con empresas privadas o financieras. La alternativa que analizaron fue comprarles esa deuda. Quintela tuvo que salir a aclarar que no lo había contratado: “Lo saludé y me emocioné. Nos dio una mano enorme cuando estuvo en la Anses”, dijo a El Destape Radio.
En mayo pasado se filtró un audio del jefe de Gabinete provincial, Juan Luna, en el que decía “hay que inundar las radios porque a todas les pagamos” y pedía que se designe a Luz Santángelo, secretaria de Comunicación Pública, para aumentar esos pagos: “Que Luz les mande a todos una platita más fuerte para que hagan la campaña”. La pauta oficial aparece como disciplinadora de los medios en la provincia.
Durante la crisis del oficialismo desatada luego de la derrota de las PASO y la carta de Cristina Kirchner, Quintela se mostró cercano a Fernández y ofreció ser el anfitrión de una reunión de los gobernadores peronistas para apoyarlo. En su residencia oficial, con almuerzo de cabritos mamones, se hizo el cónclave. El mandatario optó por llamar a la crisis “proceso de reordenamiento” del Frente de Todos.
Los opositores más duros comparan a Quintela con el formoseño Gildo Insfrán, por su vocación de que el Estado sea “omnipresente” y de intentar controlar las voces disidentes.
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