Desplazan a Díaz Gilligan tras la polémica por una cuenta no declarada
El propio presidente Mauricio Macri había dejado en claro, horas atrás, que esperaba "un gesto" de su parte. Y ese gesto llegó en el atardecer de ayer, cuando pocos lo creían factible.
Valentín Díaz Gilligan , subsecretario general de la Presidencia, renunció ayer a su cargo, menos de un día hábil después de haberse conocido la omisión, en su declaración jurada de bienes, de una cuenta en un banco de Andorra con un depósito de 1,2 millones de dólares.
"No soportó el escarnio de los medios", explicó a LA NACION un altísimo funcionario de la Casa Rosada, afectado por la salida del subsecretario. Antes de renunciar, Díaz Gilligan pasó la jornada preparando su descargo en la Oficina Anticorrupción, que el viernes le había enviado un mail para pedir detalles de la operatoria.
"Mi mejor aporte al Gobierno es dar un paso al costado y no seguir alimentando esta bola mediática", declaró anoche Díaz Gilligan, en diálogo con TN.
La renuncia fue mitad decisión del joven funcionario y mitad de la mesa chica que rodea al Presidente. "No valía la pena, era costosísimo, revisamos todo y tomamos la decisión", explicó un importante asesor del Gobierno, y diferenció esta actitud de la del kirchnerismo, que defendía a los funcionarios cuestionados. "Esa es la diferencia entre nosotros y los anteriores", explicó.
Aún enojados por la "presión" que estaba soportando Díaz Gilligan, en el Gobierno adjudicaron su renuncia a una "ofensiva de algunos medios". Aún no está definido quién ocupará el lugar de Díaz Gilligan, que ingresó a Pro a fines de 2013, cuando comenzó a desempeñarse como subsecretario de Turismo del gobierno porteño.
Durante el día, algunos ministros habían salido, casi en cadena, a defender su inocencia y a destacar sus cualidades como persona y funcionario. Pero en la alianza oficialista Cambiemos hubo reclamos para que, al menos, pidiera una licencia. En tanto, en la mesa chica de la Casa Rosada querían terminar con el asunto cuanto antes.
"El Presidente espera que esto se resuelva cuanto antes. En realidad depende de Díaz Gilligan, porque la verdad él mismo no lo está pasando bien", resumieron a LA NACION durante la tarde muy cerca de Macri.
La "sugerencia" que ayer corría como reguero de pólvora consistía en que Díaz Gilligan se tomara licencia hasta que su presentación en la Oficina Anticorrupción (avisó que la enviará completa en los próximos días) fuera analizada por el organismo que encabeza Laura Alonso y este determinara si había motivos para separarlo del cargo.
El viernes pasado, Alonso le envió a Díaz Gilligan un mail para que, en un plazo de diez días, explicara a la OA sobre la presunta omisión en su declaración jurada patrimonial de un dinero depositado a su nombre en una cuenta en Andorra, como parte de la empresa Line Action Ltd., con sede en Londres, junto al empresario uruguayo Francisco "Paco" Casal.
Díaz Gilligan explicó anteayer a LA NACION que no declaró esa cuenta porque el dinero no era suyo, que no ganó un centavo poniendo su nombre y que "no hay fondos públicos involucrados". Argumentó, además, que cuando estaba por ingresar a la función pública como subsecretario de Turismo porteño le aclaró al empresario Casal que quería salir de la sociedad, pero que el trámite de desvinculación demandó más tiempo del que hubiera deseado.
Cambio de planes
Luego de avisarle a Alonso que le mandaría la información, Gilligan disponía de unos días para preparar su defensa.
"Salvo que decida dar un paso al costado, pero no porque lo pida el kirchnerismo", aclaraban cerca del Presidente a media tarde.
"Si hay un papel o prueba que lo complica, no dura ni diez minutos en el Gobierno", agregaban las fuentes, que también negaban que Díaz Gilligan hubiera presentado la renuncia a su cargo y que Macri se la hubiera rechazado.
"No va a decidir él lo que va a hacer", concluían en un despacho importante de la Casa Rosada, mientras en el suyo, en el primer piso, Díaz Gilligan cortaba de cuajo el diálogo con los periodistas y buscaba, vía telefónica, las pruebas que demostraran su inocencia. Cada tanto, se asomaba a la ventana de su oficina, que da al Patio de las Palmeras, con cara de preocupación y el celular pegado al oído.
En su diálogo con LA NACION de anteayer, Díaz Gilligan decía estar "mentalmente preparado" para ir a dar explicaciones a la Justicia.
Ayer, el diputado nacional Rodolfo Tailhade (FPV-PJ) lo denunció por "presunto lavado de activos y omisión maliciosa". En el Gobierno se tomaron con filosofía la denuncia, que recayó en el juzgado del juez federal Claudio Bonadio. Ya alejado del cargo, Díaz Gilligan deberá responder al juez por aquella cuenta que terminó costándole el cargo.
En su renuncia, Díaz Gilligan agradeció al Presidente el "respaldo incondicional" recibido, ratificó su pertenencia al espacio de Cambiemos y prometió "demostrar su inocencia en todos los ámbitos en los que sea necesario". Le dirigió la carta a De Andreis, con quien había ingresado en la función pública.
La investigación de El País
El subsecretario general de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, fue denunciado por ocultar 1,2 millones de dólares (980.000 euros) en Andorra, tras la investigación del diario El País, de España, que accedió a documentos de la Banca Privada de Andorra (BPA). La investigación cotejó la documentación referida al período comprendido entre enero de 2012 y noviembre de 2014, en el que Díaz Gilligan figuraba como accionista de Line Action LTD, empresa dedicada a la intermediación de clubes y jugadores de fútbol.
Una renuncia que se esperaba
Dos años en la Casa Rosada
Valentín Díaz Gilligan, de 44 años, fue hasta ayer subsecretario general de la Presidencia, con despacho en el primer piso de la Casa Rosada. Respondía al secretario general, Fernando de Andreis, con quien también había trabajado en el área de Turismo en el gobierno porteño, durante la gestión de Mauricio Macri en la ciudad
US$1,2 millones
El escándalo que derivó en su renuncia estalló al conocerse que había omitido en su declaración jurada una cuenta a su nombre en Andorra, con depósitos por 1,2 millones de dólares. El exfuncionario admitió que integró la sociedad Line Action Ltd., pero argumentó que el dinero depositado en la cuenta no era suyo, sino de la sociedad. Y afirmó que se desvinculó de la empresa en noviembre de 2014
Voces influyentes
- Paula Oliveto, diputada nacional-CC-ARI
- "El lugar donde se deben presentar los funcionarios a rendir cuentas es en la Justicia. Debería tener un rol fundamental la Fiscalía de Investigaciones Administrativas"
- Graciela Camaño, diputada NACIONAL-FR
- "Estamos en presencia de la posible comisión de un delito. Debe actuar un fiscal, no Laura Alonso. Basta de circo para evadir temas de corrupción que los involucran"
- Rodolfo Tailhade, diputado nacional-FPV
- "Existen sobrados motivos que imponen que se realice una rápida y profunda pesquisa en virtud de los graves hechos de corrupción que ventiló el diario español El País"
- Rogelio Frigerio, ministro del Interior
- "El Presidente ha sido claro: no estamos para apañar a nadie y queremos que la ley se cumpla. Si ocurrió un hecho que para la OA no corresponde, tendrá que dar un paso al costado"
- Mario Negri, diputado nacionaL-UCR
- "Debería pedir su separación del cargo, ir a la Justicia y aclarar su proceder. No es condena, la vara sobre la transparencia está puesta muy alta por parte de Cambiemos"
- Fernando Sánchez, secretario de Fortalecimiento Institucional
- "Pueden pasar dos cosas: que él decida pedir licencia o que el Presidente le pida un apartamiento parcial. Si yo fuera Díaz Gilligan, pediría licencia"
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