"Deseo una cooperación permanente"
SEUL.– En la segunda visita en la historia de un presidente de Corea del Sur a la Argentina, Roh Moo-hyun procurará afianzar desde hoy los lazos con América latina en general y plantear como premisa una cooperación permanente e integral, "no sólo en el plano económico, sino en todo aspecto". Esa voluntad se resume en una definición: "Juntos podemos ser ganadores".
Roh Moo-hyun, de 58 años, reformista moderado, famoso antes de acceder a la presidencia de su país por haber sido abogado defensor de víctimas del régimen militar de Chun Doo-hwan, respondió durante una entrevista con LA NACION sobre cuestiones tan vitales como la gira que emprenderá por América latina, cuyo punto culminante será la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Santiago de Chile, así como sobre la expansión de la economía coreana, las relaciones con los EE.UU., Japón, China y Corea del Norte, los desafíos que plantean la globalización y la guerra contra Irak, y el contrapunto entre valores tan caros como la paz y la justicia.
"Es innegable que la relación entre la República de Corea y América latina ha experimentado un importante progreso en los últimos tiempos –dice el presidente Roh–. Actualmente, el volumen comercial entre Corea y América latina llega a los 13.400 millones de dólares, cuando a principios de la década del 80 no superaba 1500 millones. Corea acumula en la región unas 600 inversiones que alcanzan a 5000 millones. Sin embargo, considero que estos números no son satisfactorios, teniendo en cuenta el potencial de Corea y de América latina."
–Su país, señor presidente, ha sido reconocido en el mundo como un modelo digno de ser imitado por el sostenido crecimiento que ha logrado alcanzar en materia económica, reflejado en un incremento permanente del producto bruto interno (PBI) y de sus niveles de competitividad internacional. ¿Qué factores históricos determinaron, a su juicio, esa notable expansión de la economía coreana?
–Siento una inmensa alegría en saludar al pueblo argentino por medio del diario LA NACION. Es grato que a la República de Corea la hayan calificado como un país modelo. Pienso que el primer factor que ha posibilitado el crecimiento de Corea ha sido el hombre; el segundo, la educación, y el tercero, la estrategia nacional. Para un país carente de recursos naturales y de capital, la fuerza de un pueblo capaz y apasionado ha sido el factor más determinante. En especial, la generación de aquellos que hoy son padres entendieron que la educación de sus hijos era la clave de un posible éxito. No dudaban en desprenderse de sus campos, si era necesario, para así financiar la educación de sus hijos. Hoy estamos viviendo el fruto de tal inversión. A ello se suma el sistema de economía de libre mercado, la política de promoción de la industria pesada y química, la estrategia de crecimiento con un modelo netamente exportador, etcétera. Con estos elementos, Corea se ha convertido en el undécimo país del mundo en términos económicos. Actualmente, el estancamiento del consumo privado se presenta como dificultad. Pero estoy convencido de que el potencial del pueblo nos permitirá superarla.
–¿Cómo evalúa el nivel de relación de su país con las naciones de América latina? ¿Cree posible que en los próximos años se produzca un fortalecimiento de esa relación?
–Quiero adelantar la conclusión: Corea quiere avanzar y profundizar su relación con los países latinoamericanos. Deseo una cooperación permanente e integral, no sólo en el plano económico sino en todo aspecto. Espero que mi visita sea un punto de partida para ello. Las relaciones, basadas en la complementariedad recíproca, pueden avanzar y profundizarse mucho más. Desde una visión a largo plazo y con una fuerte convicción de que juntos podemos ser ganadores, tenemos que ampliar la cooperación y extenderla a los recursos naturales, tecnologías, etcétera. Estoy totalmente convencido de que con un esfuerzo común, no sólo el comercio y la inversión se incrementarán aún más, sino que será posible una prosperidad común.
–Teniendo en cuenta que los Estados Unidos han sido históricamente un importante socio comercial de su país, ¿cómo evalúa el resultado de las recientes elecciones presidenciales norteamericanas? ¿Qué efecto podrían tener sobre la relación entre ambas naciones?
–No habrá grandes cambios en las relaciones bilaterales, las que seguirán profundizándose. Creo que la administración del segundo período del presidente George W. Bush va a mantener la actual política sobre Corea del Norte, y que la relación de alianza integral y dinámica, acordada en la cumbre Corea-EE.UU. en mayo del año pasado, va a profundizarse. Con respecto al programa nuclear de Corea del Norte, el presidente Bush continuará buscando una solución pacífica por medio del diálogo de los 6 países (ambas Coreas, EE.UU., Japón, China y Rusia), tal como lo prometió durante la campaña. El día 5, inmediatamente después de las elecciones, hablamos por teléfono y acordamos tratar como prioridad la cuestión del programa nuclear de Corea del Norte. En cuanto al comercio y al aspecto económico, ambos países intensificarán diálogos para poder establecer marcos institucionales de cooperación, tal como el FTA (Acuerdo de Libre Comercio), etcétera. En la cumbre de APEC que tiene lugar en Chile, el presidente Bush y yo nos reuniremos y confirmaremos una vez más la relación de alianza entre ambos países.
–¿Cómo definiría las relaciones actuales entre la República de Corea y Japón? ¿En qué medida esa relación está signada por un vigoroso espíritu de competitividad y en qué medida existe un alto nivel de integración y complementariedad entre ambas economías?
–A partir de 1965, en que establecemos relaciones diplomáticas, ha aumentado en proporciones muy importantes el intercambio de bienes y de personas, y la relación de cooperación se ha ampliado en todo aspecto. El tránsito personal anual del año 1965 entre ambos países era sólo de 10.000 personas. Hoy en día el número llega a 10.000 personas diarias, lo cual demuestra el acercamiento entre ambos países. La relación bilateral experimentará un nuevo avance a partir de las negociaciones del FTA que se están llevando a cabo. Si a un acuerdo del FTA que nos resulte Win-Win, logramos sumar un programa de eximición de visa, se establecerá una base de cooperación todavía más importante con libre tránsito de bienes, servicios y personas.
–La creciente apertura económica de China hacia el mundo hace pensar en un futuro con un alto protagonismo del continente asiático en los distintos mercados del mundo. ¿Qué lugar cree que le está reservado a su país en ese eventual escenario geopolítico y económico?
–El surgimiento de China como una potencia implica dos cosas para nosotros: oportunidad y reto. Por un lado, ofrece una gran oportunidad de ampliar la participación de las empresas coreanas en el mercado chino, y de mejorar la estructura de la industria y de la economía en general. Pero, por otro, representa un reto, pues la competencia se hace cada vez más intensa y la dependencia de nuestra economía hacia China puede aumentar. Para hacer frente a esta realidad, estamos haciendo grandes esfuerzos en distintos sentidos, ya sea diversificando los mercados de exportación, reformando la industria, renovando la tecnología, preparando recursos humanos altamente capacitados, etcétera. Pero en términos generales, el desarrollo económico de China es un fenómeno positivo para nosotros. Ya este año China se ha convertido en el primer socio comercial de Corea. Corea y China se consideran socios importantes. Pienso que la relación de cooperación de ambos países va a profundizarse y consolidarse.
–¿Cuál es el estado actual de la relación que mantiene su país con su vecina Corea del Norte? ¿En qué medida se han ido superando los resabios de la conflictividad que imperó en los años posteriores a la finalización de la Segunda Guerra? ¿En qué aspectos se ha ido flexibilizando esa relación a partir de los cambios registrados en el mundo en la última década del siglo XX?
–Mi gobierno ha propuesto la política de paz y prosperidad, y está haciendo un gran esfuerzo por conseguir una solución pacífica del problema relativo al programa nuclear de Corea del Norte, y obtener un progreso estable en la relación entre Corea del Sur y Corea del Norte. Gracias a ello, no obstante el programa nuclear de Corea del Norte, que genera preocupación en la comunidad internacional, desde la asunción del "Gobierno de Participación" se han celebrado 54 reuniones entre las autoridades de las dos Coreas, y los encuentros en distintos ámbitos y niveles tienden a ser regulares. El intercambio comercial entre Corea del Sur y Corea del Norte llegó a 720 millones de dólares el año pasado, lo que equivale a una tercera parte del volumen total del comercio exterior de Corea del Norte. Este año se unirán las líneas ferroviarias de las dos Coreas, y será puesta en marcha la producción en la zona industrial que están construyendo juntas. Además, este año se celebró la primera reunión entre altas autoridades militares de las dos Coreas, la cual indudablemente contribuye a la confianza recíproca en el plano militar. El programa nuclear de Corea del Norte es una cuestión pendiente que requiere una pronta solución. Nosotros estamos convencidos de que es posible una solución pacífica a través del diálogo, y haremos todo lo que esté a nuestro alcance en el diálogo de los seis países.
–El mundo atraviesa un momento histórico paradójico. Por un lado, parece marchar irreversiblemente hacia la globalización. Por el otro, la escena internacional nos impone un mosaico de injusticias, brechas cada vez más profundas entre unos pueblos y otros, actos de terrorismo y violencias irracionales. ¿Cómo cree que evolucionará esa crítica situación en el futuro?
–La globalización implica una oportunidad para lograr la integración y el crecimiento del mundo, la solución de distintos problemas socioeconómicos por medio de avances científicos y tecnológicos, y para gozar de la prosperidad común. Pero como bien indicó usted nos plantea nuevos problemas, y profundiza en cierto sentido la desigualdad económica entre países y clases. Para superar este reto, se requiere una estrategia basada en la cooperación y el acuerdo de la comunidad internacional. Entre países y entre regiones se debe reforzar la cooperación, basada en la participación y el acuerdo. Los organismos internacionales deben cumplir un papel más activo. Así podemos caminar juntos un camino de paz y de prosperidad.
–El conflicto planteado en Irak parece haber puesto en cuestión la eficacia de la estructura de las Naciones Unidas para asegurarle a la humanidad un horizonte de paz. ¿Qué modificaciones cree que habría que introducir en la estructura de la entidad mundial? ¿Cree que se deben hacer cambios en la composición del Consejo de Seguridad de la ONU?
–La República de Corea opina que para hacer frente a los nuevos retos que se presentan –tales como el terrorismo, las armas de destrucción masiva, los conflictos bélicos reiterados, etcétera– debe reforzarse el papel de Naciones Unidas. La República de Corea espera que Naciones Unidas desempeñe su función como garante central de la paz y la seguridad del mundo, y que realce los valores comunes y concrete la prosperidad común de la humanidad. En este sentido, creo necesaria una amplia reforma de Naciones Unidas. Con respecto a la reforma del Consejo de Seguridad, la República de Corea ha venido manifestándose, teniendo en cuenta el aumento del número de socios, a favor de la necesidad de practicar una reforma, de modo tal que el Consejo de Seguridad se amplíe adecuadamente, tenga más representatividad, y sea más democrático y eficiente. Así, la República de Corea apoya un mayor número de países miembros no permanentes en el Consejo de Seguridad, elegidos por voto. Espero una importante cooperación entre la República de Corea y la Argentina en materia de reformas de Naciones Unidas.
–La paz y la justicia siguen siendo los dos valores supremos que persigue la humanidad. Con frecuencia, lamentablemente, esos dos valores entran en conflicto entre sí. ¿Qué recursos se deben emplear para superar ese choque entre dos ideales igualmente deseables?
–Para evitar el choque entre el valor paz y el valor justicia, es necesario considerarlos como conceptos amplios y latos, y no como conceptos opuestos. Por ejemplo, si bien es cierto que es necesario hacer frente, con decisión, al terrorismo internacional, que amenaza al mundo entero, para encontrar una solución fundamental a este problema será menester realizar justicia tratando de atenuar y eliminar las desigualdades económicas estructurales. Es necesaria una aproximación de doble vía (Two-Track Approach) al problema. En cuanto al problema de Irak, considero que deberá haber multilateralismo y cooperación de la comunidad internacional para su estabilización, consolidación de la paz y reconstrucción.
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