Desde su entorno le piden al Presidente “desgastar” y aislar al cristinismo
Ministros y funcionarios le sugieren ubicar “leales” en los espacios que maneja el camporismo; el Presidente pide calma y afirma que “no romperá la unidad”
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“Estamos esperando que Alberto se decida, y él tiene que tomar esa decisión. O se entrega, o se pone al frente y capitaliza lo que se avanzó con el acuerdo con el FMI”. La voz oficialista resume la idea de buena parte del Gobierno, para quienes el presidente Alberto Fernández debería “accionar” contra el sector que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien el diálogo personal está roto mientras la interna parece cobrar mayor velocidad y ferocidad con el correr de las horas.
La idea de “desgastar” a los funcionarios camporistas que manejan suculentas “cajas” como Pami, Anses o YPF, ubicando allí segundas líneas que respondan al Presidente o dejándoles en claro que no cuentan con el apoyo de la Casa Rosada es una de las ideas que circula por la mesa chica que acompaña al Presidente. “Hay que hacer algo, ellos no le reconocen autoridad a Alberto, amenazan con una nueva carta de Cristina y dicen que lo doblegan en 45 días”, disparan desde usinas del albertismo.
A quienes buscan llevarlo a devolver “golpe por golpe” las andanadas del cristinismo, el Presidente pareció contestarles en su extenso diálogo con Roberto Navarro por radio El Destape. “De mi parte no esperen ni un gesto para romper la unidad”, afirmó el Presidente, y recalcó que “lo peor que le puede pasar a la Argentina es volver a las viejas recetas”, a las que asoció con la oposición de Juntos por el Cambio. Siguió la línea de la carta publicada el domingo por el canciller Santiago Cafiero, consensuada con el propio Presidente y dónde se invocaba a la unidad en un momento “crítico” del oficialismo.
De todos modos, el Presidente no dejó de reconocer las diferencias y envió varios estiletazos hacia sus hoy rivales internos. “No podemos darnos el lujo, por narcisismo, egoísmo, o lo que sea, de desunirnos”, afirmó, y destacó que “no existe la presidencia colegiada, las decisiones las tomo yo”, afirmó. ¿ Va a hablar con Cristina? “Ansiolíticos para todos”, le respondió el Presidente a su entrevistador cuando lo consultó sobre un eventual encuentro con su vice. Y propuso reconocer que “en el Frente de Todos hay muchos espacios, hay que dejarlos crecer y eso se define por el voto de la gente”, en relación a las eventuales Paso para dirimir candidaturas en 2023.
Más allá de la intención presidencial de calmar las aguas y salir de la “angustia” que no adjudicó a ningún sector en particular, desde su entorno hablan de una situación grave que merecería definiciones. Suman las votaciones negativas contra el acuerdo con el FMI en el Congreso a los rumores sobre la participación de movimientos sociales cercanos a la Casa Rosada como el Movimiento Evita en las piedras contra el despacho de la vicepresidenta. Y sospechan de “operaciones mediáticas” como la denuncia por gastos excesivos en la remodelación de sus oficinas contra el ministro de Hábitat, Jorge Ferraresi. “Es el peor momento de la relación”, repiten, y destacan un párrafo de la carta titulada “moderación o pueblo” firmada por intelectuales y artistas ligados al cristinismo y donde afirman que “la unidad no se mantiene porque se la nombre. Se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen”. Una manera, según el albertismo, de “decir que rompen sin decirlo”.
En la Casa Rosada y otras oficinas creen que el Presidente debería actuar “ya” contra los funcionarios que no lo respaldan o que directamente se oponen a sus directivas. En ese sentido, la portavoz Gabriela Cerruti deslizó hoy que “quienes sostienen posturas tan extremas, deberías preguntarte que hacés allí”, en referencia concreta al director por el oficialismo del Banco Nación, Claudio Lozano, crítico del acuerdo con el FMI y distintos aspectos de la política económica. Desde el oficialismo también destacan la “falta de poder” del gobernador bonaerense Axel Kicillof, que “no controla” a ministros como Andrés Larroque, que ayer volvió a criticar al Gobierno.
“Varios ministros están un poco cansados de esperar. Hay que definir para donde vamos, y es obvio que hoy Cristina y Alberto quieren cosas distintas”, insisten desde un búnker albertista, aunque las reacciones del Presidente ante anteriores crisis y sus declaraciones de hoy parecen evaporar las esperanzas de quienes piden cambios de forma y fondo en el vínculo con la vicepresidenta.