Desde la “maldición de la inflación” hasta la “batalla contra los codiciosos y los agoreros”: las frases más fuertes del discurso de Alberto Fernández
El Presidente habló hoy sobre la “guerra” contra la suba de precios que comenzó sin medidas concretas, a excepción del pan, y con el anuncio de una convocatoria a empresarios, sindicalistas y dirigentes sociales
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LA NACION
El presidente Alberto Fernández habló hoy sobre la “guerra” contra la inflación que comenzó sin medidas concretas, a excepción del pan, y con el anuncio de una convocatoria a empresarios, sindicalistas y dirigentes sociales para alcanzar un acuerdo de precios y salarios que permitan frenar la espiral inflacionaria.
En su presentación, el mandatario ató la suerte del programa económico a los efectos del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ayer se aprobó en el Congreso. Además, habló de la “maldición de la inflación” y que dará una “batalla contra los codiciosos y los agoreros”.
Las principales frases del discurso grabado de 18 minutos fueron:
- “La inflación es un fenómeno histórico en la Argentina, casi una maldición con la que muchos y muchas hemos crecido. Ha sido un callejón recurrente del que pareciera ser imposible salir. Hemos visto paquetes, planes, grandes anuncios. También los vimos fracasar una y otra vez”.
- “No vamos a dejar de controlar y fiscalizar precios, aplicar la ley de abastecimiento si es necesario. Nuestra batalla hoy es contra los especuladores. Contra los codiciosos. Contra quienes buscan aún en situaciones tan complejas sacar una renta extraordinaria. Contra los agoreros de siempre, que intentarán instalar el sálvese quien pueda o buscar culpables rápidos y respuestas sencillas”.
- “Nos ha tocado gobernar en un contexto muy adverso. Hemos podido superar los obstáculos que se nos han cruzado. Pero sabiendo de todo lo que hemos logrado, tengo la certeza de que nos encontramos en un momento bisagra de la historia argentina y mundial. Me doy cuenta de que hoy se suman nuevas tensiones a viejos desafíos que no supimos o pudimos encarar”.
- “Este contexto complica más las cosas, la guerra agrava la inflación. No voy a permanecer pasivo ante esta situación”.
- “No me cansaré de repetirlo: nadie se salva solo. Escucharé sus propuestas y sus preocupaciones y les transmitiré los caminos que estamos recorriendo. Es hora que cada sector pueda pensar cuál es su contribución a este momento crucial del mundo y de la Argentina”.
- “La guerra afecta básicamente al país que sufre esta agresión, allí están las principales víctimas, pero el impacto se extiende a todo el mundo. Sus consecuencias ya están en la Argentina”.
- “Rusia y Ucrania proveen casi el 30% de las exportaciones mundiales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol”.
- “El conflicto afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana, como la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana. Todos los países comienzan a procurar proveerse de ese bien y los precios rápidamente comienzan a subir. La tonelada de trigo costaba, antes del 20 de febrero, el día en que estalló la guerra, menos de 300 dólares. En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que cuesta ahora, llegando a 400 dólares la tonelada”.
- “He decidido constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional al precio que pagan los argentinos”.
- “He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana. He decidido que el gabinete económico se concentre en implementar todas las medidas necesarias para enfrentar a la inflación, en particular la de los alimentos. He dado indicaciones a mis ministros para que construyan acuerdos con los diferentes sectores”.
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