Descartan las urnas electrónicas y debaten cómo se votará en la Ciudad
Por los problemas en las PASO la jueza Servini dejó sin efecto el convenio de colaboración con la Ciudad, dijo que votar de la misma manera sería “una burla para la sociedad”; por eso se analiza colocar dos urnas y dos biombos con boletas de papel; en una se votaría a Presidente y en otra a Jefe de Gobierno
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Tras los graves problemas en las PASO porteñas, la Ciudad debate ahora la forma de reemplazar las urnas electrónicas para las próximas elecciones. Ante la imposibilidad de cambiar la fecha de votación a un día diferente de la elección nacional, se analiza dejar de lado la boleta electrónica y reemplazarla por una de papel, que se colocará en una urna diferente. Por otro lado, se baraja si sumar el tramo de autoridades locales a las boletas nacionales, en una sola papeleta, según dijeron fuentes de la Ciudad a LA NACION.
Esta última opción, que el caledendario electoral obliga a decidir antes del 23 de agosto próximo, es mirada con desconfianza en la Ciudad por sus consecuencias políticas. Así las cosas, Jorge Macri, además de obtener sus votos, compartiría su suerte con la candidatura nacional de Patricia Bullrich. En cambio, el libertario Ramiro Marra, que solo logró el 13 por ciento de los sufragios para jefe de Gobierno, podría crecer si fuera pegado a la boleta de Javier Milei.
Por eso pesa más la opción de colocar dos urnas y dos biombos de cartón, ambos con boletas de papel.
En una urna se votaría a autoridades nacionales y en otra urna se votaría al jefe de Gobierno, con una boleta corta que solo tenga al candidato a los candidatos a autoridades locales. Para tomar esta decisión, Horacio Rodríguez Larreta por decreto o el Instituo de Gestión Electoral deberían disponerlo hasta no menos de un mes antes del 22 de octubre.
La opción de cambiar la fecha de la elección porteña y realizarla en un día diferente a la nacional ya no es posible, porque se vencieron los plazos para modificarla.
Todos estos cambios estuvieron motivados en que, a través de un oficio que dirigió a la Cámara Nacional Electoral, la jueza María Servini comunicó que deja sin efecto el convenio firmado con la Ciudad para la utilización de la Boleta Única Electrónica para las elecciones porteñas de manera concurrente con los comicios nacionales, ante las fallas que las máquinas y el servicio manifestaron a lo largo de la votación del domingo pasado.
La jueza advirtió que las elecciones del 22 de octubre “no pueden realizarse en las mismas condiciones” que se vivieron el pasado domingo. No solo porque “constituiría una burla para una sociedad cansada de la ineficiencia de sus funcionarios”, sino porque su juzgado no podría “garantizar la normalidad y seguridad” de las elecciones generales”, su razón de ser.
La jueza señaló que el acuerdo entre la Ciudad y la ´justicia federal “no puede permanecer vigente, por evidente incumplimiento” y agregó en el tetxo enviado al presidente de la Cámara Nacional Electoral Alberto Dalla Vía: “De no dejar sin efecto dicho acuerdo, no es posible garantizar la normalidad y seguridad del acto electoral que habrá de desarrollarse en octubre próximo”.
Aunque en el texto enviado a la Cámara Nacional Electoral advierte que las elecciones no pueden realizarse del mismo modo, la decisión de desdoblar las elecciones es de la Ciudad, ya que de seguir con la boleta electrónica no contará con la escuelas o autoridades de mesa provistos por la justicia federal electoral. En cambio, puso la pelota del lado del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. “Las autoridades de la Ciudad deberán reconsiderar su ingeniería electoral, dejando de lado las cuestiones políticas, y diseñando un sistema pensando en facilitar a las personas el ejercicio del derecho al sufragio y así conseguirán, seguramente, una opción que funcione”, escribió, deslizando que el cambio de sistema en la Ciudad obedeció más a intenciones políticas que operativas.
La resolución de Servini es un compendio de los problemas que los porteños experimentaron durante el domingo para votar. “Estos inconvenientes -repetidos en numerosas mesas y locales de votación y durante toda la jornada- transformaron esta elección en los comicios más problemáticos y conflictivos de los últimos 30 años en esta Ciudad, afectando el derecho a sufragar de muchos ciudadanos que no pudieron votar a nivel local, o debieron hacerlo en condiciones deficientes”, advirtió la jueza federal con competencia electoral en la ciudad de Buenos Aires. “Provocaron que muchos ciudadanos tuvieran que hacer largas filas con una espera de hasta más de dos horas para poder votar, algo que no había sucedido nunca, ni aun durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid 19″, insistió.
En su resolución, la jueza responsabiliza por los inconvenientes al Gobierno porteño, “sobre todo el Instituto de Gestión Electoral [IGE] y su empresa contratada [MSA]”, a los que les imputa que “no previeron, planificaron mal y ejecutaron peor” la organización de los comicios.
Servini afirmó que se incumplió el “acta acuerdo” firmada el 24 de junio entre ella y el Tribunal Electoral porteño, “donde se estableció claramente que el IGE y demás autoridades locales en el ámbito de sus competencias poseen responsabilidad exclusiva en la implementación de tecnologías al procedimiento de emisión de voto y sus actos correlativos”. Agregó que ese acta, que ahora considera incumplida, señala que las autoridades de la Ciudad “garantizarán el buen funcionamiento de las máquinas, la conectividad de los locales de comicio y el cableado necesario, al igual que la disposición de personal técnico idóneo”.
A las complicaciones que quedaron en evidencia y fueron registradas por los medios durante el domingo, Servini agregó que el hecho de tener dos urnas en cada mesa de votación también “provocó demoras al momento del escrutinio y confusión en torno a la documentación”. ¿Por qué? Porque algunas de las urnas nacionales fueron enviadas al predio del escrutinio porteño, y viceversa.
Además, vinculó los ya evidentes altos índices de ausentismo en estas elecciones y las que se sucedieron con anterioridad en el país, con una preocupación de cara a los comicios de octubre. “El maltrato al que se vieron sometidos tanto los electores como las autoridades de mesa, desalienta la participación electoral y el ejercicio de un derecho fundamental que hace a las instituciones republicanas”, señaló, para agregar: “Hubo autoridades de mesa que ante el nerviosismo generado por la situación, más la aglomeración de electores que querían sufragar, colapsaron emocionalmente, y manifestaron su intención de no cumplir su función en octubre próximo”.
Servini recordó que personal de su juzgado debió hacerse cargo de más de una mesa de votación por la deserción de autoridades, pero también en los casos de fallas consecutivas de las máquinas, “ante la ausencia de autoridad local y la inexistencia de personal idóneo de la empresa contratada por el Gobierno de la Ciudad”.
La jueza señaló “la mala preparación del personal técnico contratado” por MSA (por las siglas del nombre original de la firma, Magic Software Argentina) tanto para instalar como para probar las máquinas, pero añadió que “demostraron poca predisposición para solucionar los problemas, en una actitud irresponsable y casi negligente”. Dijo que los propios técnicos admitieron haber recibido poca capacitación, señaló las precarias conexiones eléctricas que montaron en las escuelas y advirtió que en algunos locales de votación los técnicos ni siquiera se presentaron.
Voto paraguayo
Como broche de oro, la jueza advirtió que en una mesa de votación, la N°2692, la máquina de votación imprimió una Boleta Electrónica correspondiente a los comicios de la República de Paraguay. “Otro caso muy ilustrativo de la desorganización que caracterizó a las máquinas de votación”, cerró.
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