En el Congreso descartan que pueda aprobarse una amnistía para perdonar a dirigentes procesados por corrupción
La sugestiva frase del presidente Alberto Fernández no pasó desapercibida en la oposición. "Si quieren indultar a gente que está procesada, no existe ese instituto: eso se llama amnistía. Y eso depende del Congreso, no depende de mí", sostuvo Fernández y, de inmediato, se desató un sinfín de interrogantes en el arco opositor. ¿Es que el oficialismo está pensando en esta herramienta, la amnistía, para perdonarle la pena a los procesados por corrupción del kirchnerismo?
"No hay ninguna posibilidad de que eso (un proyecto de amnistía) pueda prosperar en el Congreso", respondió, tajante, un encumbrado miembro del oficialismo del Congreso a una consulta de LA NACION.
Por las dudas, los legisladores de la oposición, que rechazan de plano la sola mención de una amnistía, no confían del todo en las promesas oficialistas. Después de todo esta herramienta, una facultad que la Constitución Nacional le confiere al Congreso en su artículo 75 inciso 20, puede ser aprobada con la simple mayoría de los votos. El Senado, dominado por Cristina Kirchner, ya cuenta con una amplia mayoría para avanzar, si ésta fuese la decisión. La Cámara de Diputados no la tiene, pero si triunfa en las elecciones legislativas de octubre, bien podría alcanzar la añorada mayoría en ese cuerpo e imponer la iniciativa pese a los pataleos opositores.
La polémica estalló cuando el exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni sugirió el indulto como una solución legal para aquellos dirigentes kirchneristas condenados por hechos ilícitos. Amado Boudou, Luis D’Elía, Julio López, Guillermo Moreno, Ricardo Jaime y Milagro Sala son algunos de los que integran la lista; en tanto, la actual vicepresidenta Cristina Kirchner y el exministro de Planificación, Julio De Vido, están procesados en distintas causas de corrupción.
"Sin el indulto, van a seguir los presos políticos. El indulto es un acto de gobierno que existe en todas las constituciones", había enfatizado el exmagistrado el lunes pasado.
Fernández aclaró que la posibilidad de conceder un indulto no está en sus planes y que respetará lo que prometió en campaña. "El indulto es un perdón que da el Presidente. Y la verdad, cuando la Justicia actúa, no tengo por qué perdonar, no soy quién para perdonar", sostuvo el presidente, tras recordar que el indulto sólo puede beneficiar a las personas condenadas.
Sin embargo, Fernández no se privó de cuestionar el trámite que han tenido algunos procesamientos que hoy afectan a distintos dirigentes kirchneristas. Y blandió la posibilidad de una amnistía aunque, aclaró, esa es una potestad constitucional del Congreso.
"En estos últimos cuatro años hubo muchos procesos, no digo todos, que han sido desarrollados de modo muy irregular. Y podría decir que están colmados de nulidades", reprochó.
Rechazo opositor
La oposición de Juntos por el Cambio rechazó enfática la posibilidad de que por medio de una amnistía o de un indulto se perdonen las penas de funcionarios condenados o procesados.
"El Congreso no puede efectuar esta concesión sino en el marco de las restricciones que la propia Constitución y los tratados internacionales imponen en la materia. En este sentido, no puede amnistiarse por delitos que están tipificados en la misma Constitución: sin dudas, tanto los delitos de lesa humanidad, como aquellos cometidos contra el orden institucional y el sistema democrático, (que a su vez incluyen a los graves delitos dolosos contra el Estado que conlleven enriquecimiento), son delitos tipificados en la Constitución Nacional y exentos del beneficio de la amnistía", sostuvo Juan López, autor de uno de los proyectos que limitan el otorgamiento de los indultos y de las amnistías.
Fernando Iglesias, de Pro, autor de otra de las iniciativas presentadas, coincidió. "Se trata, en definitiva, de la prohibición de indultos y amnistías para esta clase de crímenes que no pueden quedar en la impunidad. La corrupción es una grave violación a los derechos humanos y como tal no deben existir obstáculos normativos ni de ninguna índole que impidan que los responsables sean juzgados", sostuvo.
También los radicales Gustavo Menna y Facundo Suárez Lastra presentaron sendos proyectos para restringir la concesión de indultos y amnistías. Sin embargo, aún no fueron debatidos en las comisiones correspondientes.
La Argentina tiene varios antecedentes en materia de indultos y amnistías. Entre los más cercanos en el tiempo está la ley de amnistía de 1958, que sancionó el Congreso bajo el impulso del presidente Arturo Frondizi, que benefició a legisladores peronistas detenidos.
En 1973, durante el período de Héctor Cámpora, el Congreso también sancionó una ley de amnistía que favoreció a integrantes de grupos guerrilleros.
Diez años después, el presidente de facto Reynaldo Bignone, último presidente de la dictadura, dictó una ley de autoamnistía para los militares que luego fue derogada por Raúl Alfonsín.
El antecedente más reciente es el indulto de Carlos Menem a militares condenados y a miembros de la guerrilla.
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