Desafiante, Juan Grabois le marca la cancha al Gobierno de cara a 2023
El dirigente impulsa una representación “generacional” que dispute el poder en unas PASO del Frente de Todos y pone condiciones para apoyar un acuerdo con el Fondo Monetario
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“Les pido perdón si alguno se siente zarpado, pero no podemos seguir tolerando un país con 42% de pobres”. El cierre de la intervención de Juan Grabois durante un festival por los 20 años del estallido social de 2001 motivó la ovación de los presentes y le sumó condimentos a la discusión abierta al interior del oficialismo. Sin medias tintas, sus palabras buscaron delinear los contornos del tablero sobre el que el dirigente social pretende jugar en los dos años de mandato que le restan al Frente de Todos.
El referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) no se anduvo con vueltas al momento de plantear sus deseos políticos. “Sin esperar la varita mágica de nadie, tenemos que elegir un candidato o una candidata presidencial para disputar en las PASO un proyecto de transformación estructural en el país, ganar las elecciones y gobernar en 2023″, definió. Y trazó una línea en el calendario: “Tenemos 70 semanas para preparar un programa de transformación basado en las cosas reales que necesita nuestro pueblo, que son Tierra, Techo y Trabajo”.
“Si nosotros no cumplimos el contrato electoral que le prometimos al pueblo en 2019, le estamos poniendo una alfombra roja a los Gerardo Morales y las Patricia Bullrich para que lleguen a la casa de gobierno, y nosotros, nuestra generación, no va a permitir que vuelvan los asesinos del 2001″, agregó el dirigente social más cercano al Papa Francisco.
En otro tramo de su discurso, y tras elogiar a Alberto Fernández por la propuesta de mudar la capital al norte del país, Grabois se despachó contra el Presidente por decir que el “error” que cometió el oficialismo fue haber perdido el voto de centro por haberse ido al extremo. “¡¿A qué extremo, papá?!”, exclamó. “Expropiamos Vicentín y fuimos para atrás, tratamos al FMI como si fuera que vamos a tomar el té con una señora buena. ¡¿Qué extremo?! ¿Qué medidas profundas tomamos para reformar la Argentina?”, insistió.
“Postura pragmática”
En el transcurso del año, Grabois fluctuó en sus consideraciones públicas respecto a la coalición gobernante. Fueron varios los momentos en que el malestar del dirigente social para con el oficialismo se hizo sentir. Uno de ellos fue el cierre de las listas electorales. En julio, los rumores de una ruptura se acrecentaron cuando, entre los candidatos del Frente de Todos, no fueron incluidos suficientes representantes de los movimientos sociales.
Hoy por hoy, las discusiones son otras. El peronismo perdió las elecciones legislativas y ahora debe afrontar las negociaciones por el pago de la deuda externa. En ese contexto, Grabois es consciente de que cualquier acuerdo con el FMI traerá aparejado, en mayor o menor medida, la exigencia de un mayor ajuste en las cuentas públicas. Por eso, los tres diputados del Frente Patria Grande que integran la bancada del Frente de Todos –Itai Hagman, Federico Fagioli y, desde este mes, la cartonera Natalia Zaracho– no acompañarían el plan plurianual si no contempla, a su vez, una política de ingresos para los sectores más vulnerables.
“Hay distintos escenarios de acuerdo, desde uno malo hasta uno malísimo”, expresó Grabois en una entrevista reciente con el programa de radio Crisis en el Aire, emitido por Nacional Rock. “Nosotros tenemos una postura pragmática, en términos de levantar la manito solamente a cambio de una reivindicación social de una magnitud importante, como un salario básico universal para todas las personas sin ingresos fijos que sea equivalente a la línea de indigencia”, precisó.
Por más que la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) lo levante como una consigna del conjunto de los movimientos sociales oficialistas, la propuesta de un salario básico universal lleva el sello distintivo del abogado cercano al Papa Francisco. Lo demostró la reunión que compartió con Martín Guzmán, a solas, en agosto pasado, para hablar explícitamente de esa iniciativa. Aunque el cara a cara con el ministro de Economía no haya dado el fruto que se buscaba: incluirlo en el fallido Presupuesto 2022.
Otro trago amargo fue el reciente empantanamiento de la ley de envases, una iniciativa impulsada por el MTE que alcanzó dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados, pero que finalmente no se debatió en el recinto. El proyecto pretende crear una “tasa ambiental” del 3% que pagarían aquellas industrias que elaboren productos envasados que no se puedan reciclar, con el fin de crear un fondo destinado al reciclaje. La iniciativa fue frenada por el propio bloque del Frente de Todos, que no cuenta con los apoyos necesarios para aprobarla.
Distinta fue la suerte de otra ley que reclamaba Grabois y que sí logró aprobación de las dos cámaras: la que le garantiza los derechos humanos a las personas en situación de calle. El viernes 24, el MTE, junto a otras organizaciones sociales, servirán una cena de Nochebuena para ellos en las puertas del Congreso. Una movida más que simbólica.
Generación 2001
Para Grabois resulta inevitable que exista un reacomodamiento de fuerzas dentro del Frente de Todos de cara a las elecciones del 2023. Y llamó a “la generación del 2001″ a tomar las riendas y hacerse cargo de “su responsabilidad histórica de construir una corriente propia, que tenga un programa de reforma social, política, judicial, profundamente transformador”.
Dentro de ese amplio abanico generacional que plantea Grabois, y que incluye a “los que más o menos atravesamos ese período de 45 años, desde la irrupción del neoliberalismo”, no habría espacio para el sectarismo. Son los dosmiluners, como le gusta llamarlos: a las figuras de Máximo Kirchner o Axel Kicillof, se le suma, por ejemplo, la de Eduardo “Wado” de Pedro.
La semana pasada, el líder cartonero fue recibido por el ministro del Interior en su despacho de la Casa Rosada. A ambos los une la edad y el hecho de haber sido detenidos el 20 de diciembre de 2001, casi en el mismo lugar de la Plaza de Mayo, durante la represión policial previa a la renuncia de Fernando de la Rúa a la Presidencia de la Nación.
Wado es uno de los cuadros políticos más lúcidos de Argentina, de los pocos que piensa el país. Lo conozco desde que puso el cuerpo en esa rebelión fundacional del 2001. No hizo más que superarse sin abandonar convicciones ni quebrar lealtades. Tengan paciencia y escúchenlo más. pic.twitter.com/NoT7i8uhDk
— Juan Grabois (@JuanGrabois) December 16, 2021
Ya lo dijo públicamente: en el horizonte político de Grabois, Cristina ya no representa un liderazgo para el futuro. Tampoco se siente representado por alguna de las alas preponderantes del Gobierno. “Juan no sería candidato a presidente contra Máximo o contra Axel. Pero si no hay una figura que exprese ese espacio, y las únicas candidaturas que hay son la de Alberto u otro sector del Frente de Todos, ahí perfectamente podría tener la posibilidad de tratar él de ocupar ese espacio”, analizan cerca del dirigente.
Así y todo, en el entorno de Grabois son tajantes respecto de que, aun si hubiera una crisis interna por el pago de la deuda externa, eso no tendría por qué expresarse en una ruptura en las filas del oficialismo. “El Frente de Todos no se formó para ponernos de acuerdo con el FMI, sino para ganarle a Macri”, advierten, de todos modos, desde el movimiento que lidera el influyente dirigente social.
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