Denuncian maniobras contra los curas villeros
El obispo de San Justo, Eduardo García, denunció maniobras que intentan "vincular maliciosamente" a los curas villeros de la diócesis con la ocupación ilegal de un predio en el barrio 22 de Enero, de La Matanza. Afirmó que la Iglesia acompaña el "reclamo legítimo de los vecinos de barrios carenciados por tierras y viviendas dignas", pero que no respalda las tomas por la fuerza.
"Los curas que trabajan en las barriadas más vulnerables de La Matanza no organizamos ni instigamos tomas de tierras", dijo García, uno de los obispos del conurbano más cercanos al papa Francisco. Desacreditó enfáticamente un video que circula en las redes sociales y mezcla una bendición realizada el Viernes Santo del año pasado con hechos ocurridos en los últimos días en el barrio 22 de Enero, donde "vecinos y algunos aprovechados avanzaron sobre unos basurales".
El trabajo de la Iglesia en las villas bonaerenses y porteñas creció en los últimos meses por la pandemia. Incluso, los sacerdotes Guillermo Torre y Agustín López Solari, de la Villa 31, se contagiaron del Covid-19. Eso llevó al obispo Gustavo Carrara, vicario para la Pastoral en Villas de la Arquidiócesis de Buenos Aires, a reclamar más testeos en los barrios populares.
"En la Ciudad se ha hecho bastante y en la provincia se empieza a hacer. No hay que esperar a que la persona esté enferma y vaya al hospital. Sobre todo en los barrios populares, hay que salir a buscar dónde están los casos sospechosos", dijo el obispo Carrara,
Tomas en La Matanza
"Estos hechos no son nuevos", advirtió el obispo García al denunciar hechos irregulares en La Matanza. "Junto con las necesidades -describió-, muchos utilizan a los vecinos como punta de lanza y, una vez que los terrenos están ocupados, los desalojan e inescrupulosamente los venden ante la vista gorda de muchos", .
Condenó las usurpaciones y afirmó que los curas de la diócesis "se han puesto al hombro los problemas de la pandemia y están al lado de nuestros vecinos que legítimamente reclaman el derecho a tierras y viviendas dignas".
Entre otros avances sociales logrados en los últimos años en su diócesis, mencionó "la urbanización de la villa Palito, el trabajo que se lleva adelante en Colonia Mi Esperanza, el polideportivo, la escuela San José, el colegio Papa Francisco en el barrio Puerta de Hierro, todos realizados conforme a la ley, con cesión de tierras de la provincia o el Estado nacional, con papeles que la avalan".
Respecto de la situación en el barrio 22 de Enero, el obispo dijo que los sacerdotes acompañaron la iniciativa de crear un comedor por los propios vecinos y que en algunos casos "han estado presentes como mediadores, para tratar de que los desalojos, muchas veces inevitables, se produzcan sin hechos de violencia".
Frente a la emergencia, destacó que "los curas se han puesto al hombro la pandemia y el hambre en nuestros barrios y decir que son los organizadores de las tomas es desviar la mirada del problema verdadero: el negociado sobre las tierras y las necesidades de los vecinos, que contemplan tierras ociosas y basurales delante de sus narices".
Los curas que trabajan en barrios vulnerables de La Matanza se sumaron al reclamo del obispo de San Justo y advirtieron que "es una vergüenza que existan terrenos abandonados y convertidos en basurales junto a barrios populares, en los que conviven familias hacinadas con viviendas precarias, sin acceso al agua potable y al servicio cloacal".
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