D’Elía aportó la militancia y el ruido a Comodoro Py, pero lamentó su “17 de octubre” fallido: “¿Por qué no peleamos todos?”
El dirigente piquetero congregó a sus militantes en los tribunales de Retiro, pero no tuvo acompañamiento de más grupos kirchneristas
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Luis D’Elía llegó justo a tiempo a los tribunales federales de Comodoro Py. El arribo de la columna del partido Miles y la Federación Tierra y Vivienda (FTV), ambos espacios liderados por el dirigente piquetero, se produjo quince minutos antes de que se leyera la sentencia de condena contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. Grandes pancartas, una combi con parlantes desde los que se escuchaban cánticos militantes a todo volumen y un camión con un largo acoplado, que funcionaría minutos después como escenario, acompañaban la llegada ruidosa del dirigente kirchnerista.
El arribo de D’Elía y su columna, que había salido desde la iglesia de San Cayetano, en Liniers, le aportó sonido y convocatoria a una concentración que durante toda la tarde fue pequeña y que mereció el lamento del jefe del partido Miles por la falta de acompañamiento de otros sectores del kirchnerismo. D’Elía admitió, en su discurso previo a la desconcentración, que deseaba una convocatoria que no se concretó. Apostaba por montar en la calle un nuevo “17 de Octubre”, pero su organización fue la única que concentró masivamente en la avenida Comodoro Py.
“Hoy tendríamos que haber hecho un nuevo 17 de Octubre, para liberar la Patria, el pueblo y a Cristina”, señaló D’Elía desde el acoplado de un camión alquilado por su agrupación y apostado frente a la entrada de los tribunales. “¿Por qué no peleamos todos unidos?”, se preguntó, y subrayó, a los gritos: “Los quilombos populares se resuelven en la calle”. Su discurso marcó el cierre de la movilización.
Los parlantes instalados en el acoplado del camión permitieron a los simpatizantes kirchneristas presentes escuchar el fallo y el discurso posterior de la vicepresidenta (que D’Elía debió cortar antes de su finalización porque debía “devolver el camión”). Según pudo averiguar LA NACION en el lugar, el alquiler del vehículo costó 45.000 pesos por ocho horas.
La avenida Comodoro Py estuvo abierta al tránsito prácticamente toda la tarde. Recién a las 17 la circulación se interrumpió, cuando algunos militantes del partido de D’Elía ocuparon tres carriles de la calle al ritmo de los bombos que comenzaron a sonar.
Cuando la columna de D’Elía asomaba por la avenida, el dirigente hizo sus primeras declaraciones, en las que despreciaba el fallo que se conocería minutos después y ya hacía notar la poca convocatoria. “Venimos a escuchar la condena e inhabilitación de por vida de Cristina. El fallo ya está cerrado, venimos a ver cómo el lawfare llega a su máxima expresión”, sostuvo D’Elía en diálogo con LA NACION, antes de que el tribunal condenara a la vicepresidenta a 6 años de prisión. “Es anormal que la mayoría hoy no quiera luchar”, se quejó.
Tras conocerse el fallo, se escucharon insultos y golpes sobre las vallas negras instaladas frente a los tribunales. Algunas vallas cayeron y la policía que estaba dentro del predio de los tribunales se dirigió a la zona para formar un cerco humano detrás del vallado y de las rejas. Minutos más tarde, se sumaron efectivos en moto. Algunos militantes arrojaron botellas plásticas por sobre el vallado, pero los incidentes no pasaron a mayores.
Cuando el tribunal comunicó la absolución de Cristina Kirchner por asociación ilícita, parte de la militancia lo celebró y cantó “Cristina presidenta”, una de las consignas más repetidas de la tarde. Otros, sostenían su bronca con algún llanto o con gritos contra la Justicia.
La movilización fue perdiendo fuerza luego del veredicto y los primeros tramos del discurso posterior de la vicepresidenta. Pasadas las 18.30, las columnas de D’Elía se retiraban de la zona de Retiro.
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